Una España grande otra vez

Pedro Jiménez Hervás

Dice el diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros, de los Espinosa de los Monteros de toda la vida, que quiere que España vuelva a ser otra vez grande. Y uno se pregunta, con toda la inocencia: ¿a qué época se referirá este hombre?               

Porque para él y otros que piensan como él, España fue “una, grande y libre” no hace mucho. Concretamente, en el siglo pasado y durante casi 40 años. En esa etapa correspondiente al franquismo, en la que los regueros de sangre de los represaliados políticos se extendían por todas las calles y campos de la geografía hispana. Y el hambre campaba a sus anchas. Y los jóvenes tenían que emigrar a Francia, Suiza, Bélgica o Alemania porque en su gran país solo cabían unos pocos privilegiados: los triunfadores de la guerra. Por entonces, la España grande era esa España “católica, apostólica y romana” en la que cabía la tortura, en los colegios apenas había libros y los escolares calmaban su apetito devorando una leche insípida que se repartía en cartones procedentes de Argentina.

Pero cómo olvidar otro momento en el que España fue grande en su decadencia. Corría el año 1898 y nuestras últimas colonias (Puerto Rico, Cuba y Filipinas) nos decían adiós para siempre, marcando el fin del imperio español y el de un tiempo, conocido como Restauración borbónica, caracterizado por la desfachatez monárquica, el abuso caciquil, los amaños de su clase política y empresarial y el control de la educación y las costumbres por parte de la Iglesia española.

Lo único grande que hay en nuestros días son esas oficinas antiokupas que están proliferando como la peste en los gobiernos PP-Vox y que no reciben llamada telefónica alguna

Ni que decir tiene que el señor Espinosa de los Monteros puede que también se esté refiriendo a aquellos siglos en los que nuestro país fue una potencia mundial, tras la hazaña del descubrimiento de América. Los españoles dominábamos el mundo y nuestros barcos llegaban a cualquier parte del globo. Pero el oro que recogíamos apenas alcanzaba para socorrer tanta ineficiencia y tanta guerra y España jamás dejó de vestir harapos y oler a agua sucia. Eso sí, quien manejaba bien la navaja podía vender sus servicios al mejor postor.

Ante tanta disyuntiva, solo cabe preguntarse qué significa “una España grande” para el diputado de Vox. ¿Fue España grande cuando Cervantes murió en la miseria tras escribir Don Quijote de la Mancha' ? ¿Fue España grande cuando Iniesta marcó el gol del Mundial de fútbol en 2010? ¿Se referirá quizás Espinosa de los Monteros al gran uso que hacen algunos de la bandera española cuando se la restriegan al resto de españoles que no piensan como ellos? Una cosa está clara. Lo único grande que hay en nuestros días son esas oficinas antiokupas que están proliferando como la peste en los gobiernos PP-Vox y que no reciben llamada telefónica alguna.

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Pedro Jiménez Hervás es socio de infoLibre.

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