A Juan Carlos Monedero

Cesar Moya Villasante

Juan Carlos:

Espero que no me consideres el abuelo cebolleta que te regaña por lo que haces. Te elijo a ti para darte mi opinión respecto a las críticas que mantenéis contra personas que para mí tienen otros valores que parece que olvidáis. Y para simplemente darte mi opinión del futuro, ya que te veo con frecuencia dando opiniones, muchas veces acertadas, sobre tu filosofía política y del mundo que vivimos.

Ante todo, acepté vuestro nacimiento con ilusión. La ilusión de un hombre que nació en plena posguerra, con un padre falangista y franquista acérrimo con el que jamás me entendí. Fíjate si eso te puede condicionar la vida. Pues bien, mi ilusión se esfumó muy pronto cuando vi que vuestro esfuerzo era acompañado de un ego exagerado y, también, porque vivimos en el tiempo en que no solo hay que luchar contra una derecha no homologable en Europa, sino contra un sistema económico neoliberal que ha arrasado todo y eso es mucho más complicado que intentar gobernar. Porque el dinero es el único dios existente, ateo, por cierto, y que parece que vosotros no habláis de ello porque sabéis que una de las cosas que ha arrasado es la política. Sabes que una financiación “adecuada al sistema” arruinaría un gobierno de izquierda real (es real solo la vuestra en principio, pero demasiado antigua). Porque os harían pagar la deuda pública a velocidad de crucero, algo que no pasara nunca con un gobierno como el actual, obediente al sistema. Y con un gobierno actuando así con gran alegría, por cierto.

Por eso, te quiero comentar que yo, que represento a una izquierda muy castigada por el tiempo y con conocimiento enorme de lo que ha sido el gobierno actual desde aquel fatídico 39, puedo disculpar los objetos de critica vuestra actual, representado en los dos felipes, Gonzalez y Borbon.

Felipe González es fácilmente criticable por haberse pasado a esa derecha civilizada que asume el mundo en que vivimos. Y es cierto, que se ha pasado de forma demasiado holgada. Pero también te diré que su obra hay que reconocerla porque algo hizo para cambiar un país tan difícil. La España del 75 no fue la misma que la del 94. Pero tuvo que hacerlo en una lucha durísima contra un país con una ultraderecha nada parecido en el mundo, exceptuando los republicanos USA. Con un mundo militar nada homologable a una democracia y, aun así, defendió hasta la cultura y mucho hizo por ella. ¡El colmo en este país ¡Yo que soy melómano viví los tiempos en que solo existía la Orquesta Nacional y ahora puedes ver las que hay en este país, aunque no en su mejor momento por culpa de alguien que odia la cultura! Ha pasado a ser un hombre respetado fuera de España, que otros no consiguieron, incluso comprando medallas. Por algo será.

No te cuento más de aquel tiempo porque la historia se encargará de ello. Pero si hubieras vivido entonces lo entenderías bien. Te cuento una anécdota personal que recuerdo siempre: En mi casa, de familia de las llamadas bien, tuvimos una asistenta que ayudaba a mi madre en tareas de la casa.Y hablo en las décadas de los 40 y 50. Ella comía en la cocina, recordando a su marido al que no conocí nunca por estar en la cárcel por “rojo”; nosotros en el comedor, algo que para mí fue un trauma. Y aún no lo he olvidado porque aquella mujer, era como mi segunda madre. Mi madre, de ideas contrarias a las de mi padre soportaba en silencio su pena por ello y por muchas cosas más importantes que no te cuento, pero así era la vida en aquellos años de posguerra tan limitados por un franquismo que aún subsiste. Quizá pienses que esta anécdota es una bobada, pero no lo es tanto en un adolescente que está creando su personalidad. Por ello la cuento y es un dato pequeño de esas dos sociedades que el ultraliberalismo quiere recuperar a toda costa. Los del comedor y los de la cocina. O los del yate y los de la patera. Ahora es tiempo de luchar por crear una democracia social que no ataque al rico, contra el que nada tengo tampoco, y ahí es donde la izquierda no acierta, sino que busque un mundo igualitario, dentro de lo posible, en un mundo que está cambiando y en donde las nuevas tecnologías, que yo aún vigilo por mi antigua profesion aeronáutica, veo una oportunidad enorme de realizar cambios muy positivos. Pero ¿alguna vez habláis de ello? Nunca escucho a un político hablar de intentar cosas para el futuro no lejano y siempre para ganar el trono. Parece que nada existe en el futuro porque lo importante es ganar votos, pero te aseguro que, hablando de cambio climático, del BigData de la inteligencia artificial, o de la física cuántica se avanzaría muchísimo para, un cambio igualitario que es posible amparándose no solo en el dinero. Contra eso nada podeis hacer, de momento. Y seguramente quizá ni lo hayáis pensado, pero hay tantas cosas en ese mundo en donde yo no estaré que, por lo bajo y sin hacer ruido, se puede llegar a gobernar, no con galones, quizá, pero si con inteligencia. Y esa la derecha no la compra, te lo aseguro, porque sus principios se lo impiden.

Por ejemplo, un caso concreto. Por culpa del sistema, los profesionales ya pintamos poco. Si haces un proyecto de calidad, en la rama que sea, ya no sirve y el profesional que lo ha firmado tiene presiones para que lo cambie para ser más “competitivo”. Otra palabra que se usa para convencernos que la competencia siempre gana, pero nace de una calidad inexistente y con trabajadores con salarios ridículos. Y nadie defiende a ese profesional que quiere hacer las cosas bien. Obviamente existen aún empresarios sensatos que aún defienden las cosas bien hechas , pero no sé lo que durarán ante lo que explico. Y te puedo asegurar que se juega peligrosamente con esos proyectos que nadie ve pero que se manejan a voluntad. Y no te cuento aquellos que pueden ocasionar un beneficio corrupto. Es mejor no saberlo. Por ello mi mayor crítica a Rajoy es por haberse cargado el I+D. No se puede hacer más daño a una sociedad que el que está haciendo Rajoy en ese sentido por su obediencia sumisa a los Merkel y Draghilos para seguir en su sillón. Y muy bien pensado por el sistema que representa ese personaje, para crear un pais, donde la creatividad que es su mejor cualidad, se abandone en beneficio del turismo de sol y playa, y en donde solo existan camareros. Y lo sabéis.

He citado este problema de los profesionales porque defendiendo posturas éticas se puede llegar más lejos que ocupando un cargo político. Te podría contar detalles importantes y serios que haría algo larga esta perorata. Quizás los resultados se vean con lentitud pero sois jóvenes y tenéis futuro en una política que disponga de algo de ética. A menos algo.

No soy monárquico ni por asomo. Sin embargo, conociendo este país, comprendo la monarquía. Alguien que no es político y está en el medio de esta lucha de sociedades distintas. Pudo valer en aquel 75 aunque la Transición fue inadecuada o no acabada. Pero es lo que hay. Ser republicano es algo que se entiende muy mal en este país. Porque parece que serlo es aceptar ser de izquierdas y no es así. ¿Te imaginas una república gobernada por Aznar o Rajoy? Te digo la verdad, prefiero a Felipe y a Letizia. Al fin y al cabo, la reina pisó el suelo y algo influirá en Felipe. Otra cosa es que ni le dejen opinar con un Gobierno como el actual pero si tuviera más fuerza algo podría hacer. Aunque sea está más preparado que toda esa pandilla de medio gitanos, y que me perdonen los gitanos, que nos han arruinado el pais cuando ha llegado el dinero de Europa. Yo conocí como lo querían hacer mucho antes pero no había fondo para poder hacerlo. Europa les ha venido muy bien para hacer caja. Fue el “éxito” de Rato. Sé que hay motivos económicos para criticar lo que nos cuesta tener una monarquía y por ello mi defensa es muy leve, pero quería explicar al menos una opinión de abuelo ya muy baqueteado.

En resumen, Juan Carlos, debo ser demasiado iluso en mi tercera edad, pero nada podréis hacer gobernando porque el mundo actual esta confabulado en contra de lo social. Intentadlo sin querer llegar al poder. En eso no soy iluso. Sé que todos queréis llegar ahí. Pero se puede hacer mucha labor desde la tecnología de la que nadie quiere hablar. Es algo que analizándolo bien impresiona en lo bueno y en lo malo. Porque hay que cambiar el ideario total de las próximas generaciones y nada se esta haciendo. Porque desaparecerá la política, la mano de obra, muchos oficios, pero vencerá la creatividad, la lucha contra la climatología, la inteligencia, la solidaridad forzosa, una educación distinta y adaptada, y muchas cosas más que ahora ni somos capaces de presumir. Hazme caso y empezad a hablar de futuro y no de tronos.

 

César Moya Villasante es socio de infoLibre

Juan Carlos:

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