desarrollado para Alianza Q-Cero

La Alianza Q-Cero presenta un decálogo para electrificar la industria española: inversión para crear y modernizar redes y una fiscalidad razonable

La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales acogió este martes una nueva jornada de la Alianza Q-Cero por la descarbonización de la demanda térmica en España. Bajo el título “Impulsando un marco favorable para lograr una industria descarbonizada y competitiva”, el evento reunió a empresarios, investigadores, políticos y otros actores del sector para debatir sobre cómo avanzar hacia una industria sostenible. La Alianza está formada por más de 140 organizaciones comprometidas con el impulso de la descarbonización. 

Sergio Domínguez Cabrerizo, Director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, se encargó de dar la bienvenida a los asistentes como anfitrión. “Este de la sostenibilidad es un tema que nos interesa mucho”, aseguró antes de concluir recordando que “la descarbonización no es una imposición, sino una necesidad y un polo que generará muchas oportunidades”. 

Le siguió en el estrado Gonzalo Sáenz de Miera, Director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola, una de las empresas promotoras de la Alianza Q-Cero, que consta de dos elementos: “Fomentamos la descarbonización y tenemos la vocación de escuchar a la demanda, que encuentra retos importantes para avanzar. Esta revolución es una gran oportunidad para la competitividad”. Una alianza, recordó “que quiere alinear visiones, porque así se producen cambios profundos, sistémicos y replicables. Nadie es más fuerte que todos juntos”.

Raúl Gómez Merino es CEO del Grupo Vidrala, una de las empresas implicadas en la Alianza. “Estamos en una encrucijada”, recordó el industrial, “algo nos pasa con la competitividad: la presión regulatoria de Europa crea una desventaja estructural; y luego, están los costes energéticos”. Merino quiso terminar su intervención con optimismo: “No es un declive irreversible. Podemos ser competitivos y estar descarbonizados, pero solo si estamos dispuestos a invertir más”. 

Para cambiar de tercio y pasar al sector público tomó la palabra Teresa Parejo Navajas, Directora General de Estrategia Industrial y Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria y Turismo. “Somos conscientes del carácter estratégico de la industria”, aseguró, “por lo que el gobierno está impulsando la recuperación de la base industrial de España al tiempo que aspira a alcanzar la neutralidad climática antes de 2050. El mensaje central es que la descarbonización no es un requisito ambiental, sino una palanca para reforzar la competitividad de nuestra economía”.

La visión desde la empresa

Tras el bloque introductorio se celebró la primera mesa redonda de la mañana, titulada “Cómo crear un marco favorable para lograr la descarbonización de la demanda térmica: la visión de la empresa” y moderada por el profesor de la UPM y coordinador de la Alianza Q-Cero Javier Mazorra. Representantes de varias empresas industriales-Equipe Cerámicas, Saint Gobain, Vidrala., CEMEX-compartieron retos y estrategias para avanzar hacia la sostenibilidad.

Galo Álvarez Goicoeche, Director de Sostenibilidad de Vidrala, garantizó que es posible “armonizar sostenibilidad y competitividad, sobre todo mediante la eficiencia energética”. David Blanco Santos, Responsable de Desarrollo de Saint Gobain España, destacó las inversiones previstas por la empresa para descarbonizar sus hornos.

Rogelio Villa Rodríguez, Consejero Delegado de Equipe Cerámicas, explicó como fueron capaces de instalar el primer horno eléctrico para la producción cerámica. “Tenemos muy claro que la descarbonización es el único futuro que tiene el sector cerámico”, aseguró, “y hemos logrado reducir el consumo energético en torno al 70% en los últimos 40 años”. El horno eléctrico les ha permitido incrementar su competitividad y eficiencia, explicó el empresario.

Javier Uría, representante de CEMEX, constató que “a nivel técnico, la descarbonización es posible, pero necesitamos el apoyo de todos los stake holders para conseguirlo”. Cristina González Alonso, en representación de la industria química, recalcó que el camino de la descarbonización requiere un entorno regulatorio .

El gran problema de las redes

La siguiente mesa de la mañana, y el plato fuerte del encuentro, versó sobre “El potencial de las redes para impulsar la descarbonización industrial en España” y fue moderada por el periodista económico José María Camarero, que lanzó una pregunta para empezar la conversación: ¿Cuál es la radiografía del problema que existe con las redes?

Se encargó de dar la respuesta Óscar Barrero Gil, Socio responsable del sector de Energía y Utilities en PwC España, quien trazó un diagnóstico de creciente demanda energética industrial e inversiones escasas y lentas en la creación y modernización de las redes eléctricas necesarias. “Un cuello de botella”, en resumen.

“Este paradigma de un nuevo modelo económico que Europa quiere instaurar con el Green Deal y la autonomía energética incide aún más en la necesidad de invertir en redes. Tiene un componente estratégico, vital también para la reindustrialización de Europa. Y eso requiere de redes para conectar la potencia de renovables”, insistió Barrero.

De hecho, explicó, está sobre la mesa un proyecto de inversiones masivas para instalar y modernizar las redes europeas. Sin eso, se pone en riesgo toda la estrategia europea de industrialización sostenible. “España está en una muy buena posición para afrontar este proceso”, continuó, “pero no hemos hecho los deberes a la hora de definir un marco regulatorio para que esas inversiones en redes canalicen esa oportunidad económica”. 

Se está creando “un cuello de botella” que no permite la instalación efectiva de industrias sostenibles relacionadas con transporte, data centers u otros sectores. “Los plazos que se plantean no encajan con las necesidades de la industria”, lamentó Barrero. “Estamos hablando de multiplicar por tres las inversiones y agilizar los procesos administrativos necesarios”, concluyó.

Marta Castro Pérez-Chirinos, Directora de regulación en la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC), corroboró las posturas de Barrero. “Se necesitan, principalmente, inversiones, porque no tenemos capacidad para enchufar a la red la demanda industrial que necesitamos”, declaró, “además de un nuevo modelo retributivo”. 

Abundó en el análisis David Robinson, Senior Research Fellow en el Oxford Institute for Energy Studies, que destacó la importancia de “coordinar las diferentes partes de un sistema integrado, que dependen unos de otros, y haciéndolo desde la perspectiva de un sistema de planificación. Hay una falta de coordinación y planificación en la instalación de redes. Pero otra necesidad urgente es determinar quién dirige la planificación: si es el gobierno, que no tiene capacidad técnica de hacerlo solo. Hace falta un ente público que tome decisiones y asesore al gobierno, para que así no depende de los intereses de los propietarios y operadores de las redes”.

Irina Celades López es Directora Técnica del Instituto de Tecnología Cerámica, que se ocupa de hacer estudios y aportar datos para ayudar a orientar la política energética industrial. “Nuestra conclusión es que vamos a necesitar una instalación de mayor potencia de cara a los escenarios previstos para 2030 y 2050”, expuso, “pero hay que ponerse a trabajar para poder electrificar todos los hornos, es difícil que se haga con todos. No son cambios rápidos, pero hay que ir preparándose y tener la colaboración de toda la cadena de valor. No puede ser una empresa sola”.

Tomó de nuevo la palabra Barrero, preguntado esta vez por el impacto en las industrias de la factura eléctrica. “El impacto de las redes es mínimo en la factura, el foco hay que ponerlo en los impuestos, como sostiene el Informe Draghi”, aseguró el representante de PwC, “las ventajas competitivas que tenemos la acabamos perdiendo por la fiscalidad. En España estamos engordando la factura vía fiscalidad, pese a tener unos costes de producción menores”. 

¿Cuál sería la mejor forma de fomentar la inversión en redes?, preguntó Camarero, ¿qué marco retributivo sería el ideal? Recogió el guante Castro Pérez-Chirinos, que sostuvo que lo primero que hace falta es “agilidad, un marco que dé seguridad jurídica y atraiga capital”. Eso incluye medidas como un “marco regulatorio sujeto a la demanda y que las exigencias en eficiencia tengan un equilibrio”. Y un tercer punto: “La parte de costes de enganche por parte del consumidor para conectarse a la red, que tiene que ser lo más competitivo posible”. 

Cerró la mesa Irina Celades, que lo hizo animando a aplicar su metodología a distintas industrias para obtener datos y saber dónde poner el foco de la electrificación. “Pero es importante que haya otros incentivos en el proceso. Hemos reducido emisiones, gases, costes…son efectos positivos que hay que tener cuenta para establecer esas redes. La dificultad técnica existe, pero el problema está en la red y en los costes de conexión. Al final, hace falta que colaboren todos los agentes de la cadena de valor para que la industria siga siendo competitiva”, concluyó.

Qué hacer desde las administraciones

La tercera y última mesa de la mañana giró en torno a “Políticas, medidas y propuestas para el impulso de la descarbonización del calor”. Moderó la mesa José Luis Elejalde Hernani, Director de Energía, Clima y Transición Urbana en Tecnalia, que empezó por preguntarle a Marcos Escudero Olano-Jefe de Área de Políticas Industriales en el Ministerio de Industria y Turismo-por las prioridades de su ministerio.

“Obviamente, queremos mejorar la competitividad del sector industrial y su autonomía estratégica”, explicó, “esto es una oportunidad para nosotros, porque tenemos muchos recursos renovables y podemos convertirnos en hub energético y ser locomotora industrial de Europa gracias a nuestros costes energéticos competitivos”. Su intención, desde el ministerio, “es tener una política más activa y no tan reactiva. Las cosas han cambiado mucho en cuatro años: nos venían asociaciones empresariales a decirnos que electrificar es imposible, y ya empezamos a oír que hay tecnología y que se puede hacer. Ahora los problemas están en los costes o en la fiscalidad. Eso quiere decir que estamos en el buen camino”.

Valentina Martínez Ferro es directora de Oikos, un think tank liberal-conservador dedicado a pensar en torno a la transición energética y el cambio climático. “Queremos a ayudar a tomar decisiones rigurosas”, explicó Ferro. “sabemos que las soluciones técnicas son posibles, pero hay que asegurar su viabilidad económica, por eso queremos dar soluciones pragmáticas”, prosiguió. 

Antonio Hernández García, Socio de mercados regulados, análisis económicos y sostenibilidad en EY España, intervino para presentar un estudio sobre cómo hacer compatible la descarbonización y la competitividad. “Son claves para ello las redes y los precios eléctricos quitando cargos e impuestos a las facturas”, argumentó Hernández, incidiendo de nuevo en uno de los grandes temas de la jornada.

Él mismo se encargó de clausurar el panel, y quiso recordar que “España tiene mucho margen para reducir la factura de la electricidad. Hace falta una visión dinámica de los impuestos que permita atraer inversión y dinamizar la actividad industrial. Y es muy importante aumentar las inversiones en redes”.

Por último, se cerró la jornada con la presentación oficial de una declaración para el impulso de un marco favorable a la descarbonización de la industria, que corrió a cargo de Carlos Mataix Aldeanueva (Director del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano) y Virginia Martínez Vallier (Responsable de Gestión del Agua y la Energía en Importaco). Este decálogo, base de la Alianza Q-Cero, recoge las medidas más urgentes para lograr el objetivo compartido que impulsa la jornada.

En primer lugar, apuesta por eliminar las distorsiones de precios que impiden una competencia en igualdad de condiciones. La segunda medida pide garantizar a la industria el acceso a la electricidad mediante el refuerzo y optimización de la red. Una tercera propuesta invita a potenciar los programas de ayuda; y las siguientes apuestan por impulsar la demanda de productos descarbonizados, agilizar los procesos de tramitación de permisos, garantizar la claridad del marco regulatorio o promover el desarrollo de soluciones descarbonizadas.

El cierre de la jornada contó con la participación de Sara Aagesen Muñoz, Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; y Óscar García Suárez, Rector Magnífico de la Universidad Politécnica de Madrid. En su intervención, la ministra y vicepresidenta destacó el importante trabajo desarrollado por la Alianza Q-Cero en favor de la descarbonización.

“Estos retos compartidos se pueden convertir en grandes oportunidades y en tejido productivo- Hay que conseguir que descarbonización y competitividad sean dos caras de la misma moneda”, exhortó Aegesen. “Lo que no nos podemos es el coste de la inacción, que se contrapone a la inversión en la acción. Hay un avance muy importante y una acción conjunta de la Unión Europea, que apuesta por reducir las emisiones en hasta un 90%. Hay una línea conjunta y la seguirá habiendo”, garantizó antes de concluir su intervención. 

La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales acogió este martes una nueva jornada de la Alianza Q-Cero por la descarbonización de la demanda térmica en España. Bajo el título “Impulsando un marco favorable para lograr una industria descarbonizada y competitiva”, el evento reunió a empresarios, investigadores, políticos y otros actores del sector para debatir sobre cómo avanzar hacia una industria sostenible. La Alianza está formada por más de 140 organizaciones comprometidas con el impulso de la descarbonización.