Contenido desarollado para la Alianza Q-Cero

Las principales palancas para descarbonizar los edificios: electrificación con renovables, eficiencia y flexibilidad

Alianza Q Cero

El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid acogió esta semana un nuevo acto que co-organizaban con el Green Building Council España y la Alianza Q-Cero, una unión impulsada por Iberdrola en colaboración con el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM) y Tecnalia para que distintos agentes del sector trabajen juntos en favor de la descarbonización de la energía térmica en España. Esta vez, el motivo de la jornada era presentar un estudio publicado recientemente por la Energy Transitions Commission sobre la descarbonización de los edificios en todo el ciclo de vida, incluyendo también un análisis económico de los costes y unas recomendaciones de políticas públicas.

Abrió el acto Sigfrido Herráez, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, para recordar que “se está hablando mucho de descarbonización en arquitectura, y de una forma cada vez más práctica. Aunque en las viviendas nuevas la descarbonización es un objetivo evidente, pero es más difícil trabajar en esta materia en la rehabilitación del patrimonio ya edificado”. Continuó con las palabras de bienvenida el arquitecto Justo Orgaz, presidente de Green Building Council España, una organización dedicada a la transformación hacia una edificación sostenible, atendiendo al bienestar de las personas: “Hay que reducir las emisiones de los edificios en todo su ciclo de vida. Tenemos que abordar el reto de la descarbonización para aportar habitabilidad a nuestras ciudades”. 

Para cerrar el bloque introductorio, el director del itdUPM de la Universidad Politécnica de Madrid y facilitador de la Alianza Q-Cero, Carlos Mataix, pasó revista a los grandes desafíos que afronta el sector arquitectónico y cómo aproximadamente el 40% de las emisiones contaminantes provienen de la edificación, “y no estamos actuando lo suficientemente rápido, y eso es lo que queremos impulsar desde la Alianza”. Dicha alianza integrada por una red de más de 100 empresas - explicó - está dispuesta a trabajar durante años en un proceso que se prevé largo; y cuenta con distintos grupos técnicos para abordar las múltiples facetas de la descarbonización. “Queremos que este acto sea el pistoletazo de salida para colaborar en la descarbonización de los edificios: es una contribución importante para la sociedad”.

Nuevos materiales y eficiencia energética

Para la apertura de honor de la jornada subió al estrado Elena Pita, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático. “Es necesario transformar el sector de la construcción para alinearla con los objetivos climáticos, que son objetivos de prosperidad”, declaró, “y esa transición tiene que ser justa y dirigirse con políticas públicas”. Para Pita ésta es sin duda “una transformación en positivo” y de gran calado, ya que “el sector de la edificación en España supone el 30% del consumo de energía final”. El proceso será difícil, entre otros motivos porque “nuestro parque edificatorio está envejecido y es poco eficiente. Es un problema de gran complejidad”.

Enumeró luego las distintas iniciativas que han emprendido las políticas públicas del ramo, con la finalidad de “tener un parque edificatorio descarbonizado para el año 2050”. Su último mensaje quiso recalcar la necesidad de una “transición justa” que la Unión Europea ha decidido articular a través de un fondo social para el clima. La concienciación social, recordó, es vital para que el proceso llegue a buen término: “No solo es una necesidad, sino también una oportunidad económica y social”.

Llegó el turno de presentar el informe que le daba contenido a la jornada, titulado “Achieving Zero-Carbon Buildings: Electric, Efficient and Flexible”. Lord Adair Turner, presidente de la Energy Transitions Commission, uno de los principales think tanks energéticos del mundo. “Cuando hablamos de reducir emisiones”, explicó, “es importante pensar en los edificios porque suponen una parte significativa de las emisiones contaminantes”. Por ejemplo, expuso el experto, “la mayoría de la energía que consumen los edificios es para su calentamiento, y solo una parte mínima proviene de energías renovables”. 

Para Turner, que ha estudiado el tema a fondo, hay una jerarquía en los retos más urgentes para descarbonizar nuestros edificios. Los dos primeros tienen que ver, respectivamente, con el calentamiento y refrigeración de las construcciones. El siguiente tiene que ver con garantizar que la energía que se usa para cocinar sea limpia; asegurar una iluminación eficiente; descarbonizar los edificios comerciales (hoteles, restaurantes…) y, por último, aprovechar la oportunidad que ofrecen los nuevos edificios que se construyen. “Necesitamos electrificarnos”, insistió, “y olvidarnos de los combustibles fósiles. Y para eso necesitamos políticas públicas”. 

Es urgente hacerlo, porque está previsto, por ejemplo, que de aquí a 2050 se doble la demanda energética para refrigeración. “Hay que incrementar la eficiencia de los aires acondicionados”, sostuvo Turner, “pero también ajustar los materiales de construcción y el diseño para reducir el consumo”. En este aspecto, recordó, es vital el papel de los arquitectos. Eso pasa, por ejemplo, por usar materiales bajos en emisiones de carbono.

Para debatir sobre el contenido del informe, continuó una mesa redonda en la que expertos, empresas y administraciones discutieron sobre las implicaciones, costes y beneficios de la descarbonización de edificios. “Para mí lo más importante”, argumentó Dolores Huerta, directora general de Green Building Council España, “es que empieza a haber un cierto acuerdo en las soluciones. Las dificultades vienen en la letra pequeña. Tenemos que saber que esto no son proyectos de futuro, sino que es algo que está pasando ahora”. 

Para Ángela Baldellou, directora y gerente del COAM, “es vital que seamos capaces de homogeneizar criterios e indicadores. Hay que activar a toda la cadena de valor del proceso edificatorio y trabajar de manera alineada. La gente no es muy consciente del impacto de la edificación en el cambio climático”.

Francisco Perucho, que preside la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización, destacó “que la descarbonización es algo que sí o sí hemos de hacer, y la electrificación es la mejor solución. En ese sentido, la bomba de calor es la tecnología más eficiente”.

El arquitecto Iñaki Alonso, fundador de ecómetro, quiso subrayar la importancia de “afrontar las problemáticas desde cada lugar, y adaptar las soluciones a lo local”. En el actual contexto de calentamiento climático, los esfuerzos deben enfocarse en cómo refrigerar los edificios y “diseñar con perspectiva de futuro”. Para ello “se tienen que transformar todas las industrias que conforman el sector: cemento, aislamiento… Es un gran reto, pero tenemos tecnología, conocimiento y casos de éxito”.

Agustín Delgado, director de Innovación, Medio Ambiente y Calidad en Iberdrola, quiso poner el acento en otro aspecto del problema. “La sostenibilidad no es solo reducir CO2”, recordó Delgado, “sino que incluye otros componentes, como la competitividad. No se trata solo de descarbonizar, sino de ser capaces de ofrecerle al cliente el mismo confort a un precio similar o mejor”.

Cerrando la mesa intervinieron dos arquitectos con experiencia cotidiana en la descarbonización exitosa de edificios. Gorka Álvarez, socio del estudio Ruiz Larrea, reflexionó en torno a la reducción, que es para él la palabra clave de todo este asunto: “Reducción de demanda, de consumo, de materiales y de energía”. Coral Souto, gerente de la empresa de soluciones de ingeniería SEINGENIA, llamó la atención sobre un problema que pasa desapercibido: “Casi todos los días vemos cómo están las instalaciones eléctricas de los edificios. Nos encontramos con instalaciones obsoletas, y eso habrá que solucionarlo”. 

Por último, para cerrar la jornada intervino María Teresa Verdú Martínez, Directora General de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, quien compartía plenamente la necesidad de crear “ciudades más verdes y respetuosas”. Recordó cuáles eran los ambiciosos objetivos marcados por la UE a este respecto: que en 2030 todos los edificios nuevos tengan cero emisiones, y que en 2050 todos los edificios, nuevos o viejos, sean sostenibles. 

“El reto es mayúsculo”, reconoció, “pero es una oportunidad para nuestros edificios no sean solo contenedores de vida, sino agentes regeneradores de todo un ecosistema como es la ciudad. Tenemos que diseñar y construir de manera distinta para tener una nueva relación con el entorno. Es un proyecto de país que nos afecta a todos”. Y para que eso se haga realidad es preciso “tener en cuenta la calidad de la arquitectura; que la descarbonización se haga de forma integral, como algo que va más allá de la energía; y que se tenga en cuenta a la población más vulnerable para que pueda beneficiarse de las transformaciones energéticas”.

De esa forma, concluyó, la descarbonización de edificios podrá llevarse a cabo “con la solidaridad, la innovación y la equidad como pilares fundamentales”. 

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