Las tres series coinciden en describir empleos nada gratificantes
Se acumulan los estrenos de series españolas, y entre ellas destacan tres comedias. Dos novedades, Animal, sobre veterinarios, Entrepreneurs, sobre aspirantes a empresarios y una nueva temporada de Poquita fe, en la que los protagonistas se han rendido ante la vida.
Al verlas seguidas parecen trazar un tapiz sobre un mercado laboral alienante y desolador. Animal es obra de Víctor García León y Alberto de Toro y escrita por el primero y Ana Boyero, Araceli Álvarez de Sotomayor, German Aparicio y Daniel Castro.
Vocación que no da de comer
Todos nombres con amplia experiencia y oficio que sumados han creado para Netflix una serie encantadora en mundo rural gallego. Luis Zahera deslumbra como un veterinario de granjas apasionado por su trabajo pero que no consigue ganarse la vida con ello.
Su sobrina, a quien da vida una Lucía Caraballo perfecta una vez más, se ha tragado todos los mantras corporativos de una franquicia de venta de productos y servicios para mascotas.
Meter a los animales en la rueda capitalista
Ha convertido su aseado local en un polígono, su machacona melodía publicitaria o su refuerzo positivo a unos empleados indiferentes en el centro de su vida. Especialmente cuando su novio la engaña con otra.
Así pues, el trabajo veterinario lleno de sentido, el que salva a los animales y a las personas y el ecosistema que viven de ellos, no consigue viabilidad. Y el trabajo absurdo, que vive de retroalimentar la obsesión de quienes han convertido a sus mascotas en prolongaciones de sus neurosis se abre camino imparable.
El salto a las series de Pantomima Full
Por otro lado, en Disney Plus, el dúo cómico Pantomima Full ha saltado de sus mil veces compartidos vídeos de las redes sociales y sus colaboraciones en programas de humor a crear una serie, Entrepreneurs.
No parecía fácil convertir sus breves piezas en un guion estructurado, pero ya está hecho. Habrá quien vea solo los mismos chistes repetidos, pero es lo que hizo The office durante 201 episodios. Aquí se ha logrado con naturalidad y acierto el salto a la continuidad argumental.
El camino sin salida de los vende humos
Todo transcurre en una oficina. En este caso montada por el hijo de un rico y por un vende humos que le copia los discursos a Steve Jobs. Están interpretados respectivamente por Rober Bodegas y Alberto Casado, creadores e intérpretes de Pantomima y de esta serie.
Los personajes de este espacio compartido para emprendedores de tres al cuarto no se creen ni ellos mismos que vayan a triunfar. Sueñan con que escapan de los empleos corporativos y al menos disfrutan de su libertad, aunque tampoco terminan de tener esto muy claro.
Adultos que quieren vivir de sus hobbies
La serie se burla de la distancia entre las apariencias de una oficina llena de neones, futbolines y patinetes, pagados con el dinero de papá y quienes la ocupan, adultos que quieren vivir de sus hobbies, como dice el propio guion.
Un bofetón a los flipados, a la gente con más aspiraciones que talento que tiene algo de triste bajo las risas, porque viene a pinchar el globo de la ilusión. Coaches, artistas del montón, aspirantes a criptobro, representantes de influencers, van viendo como sus intentos de prosperar no eran realistas.
La triste vida de los resignados
Para rematar el panorama, Poquita fe se burla de sus opuestos, los resignados. Esta serie ha estrenado recientemente su esperada segunda temporada en Movistar Plus +, tras convertirse en el gran fenómeno reciente de culto en comedia.
Pepón Montero y Jan Maidagán vuelven a crear una decena de episodios al nivel de la primera entrega. Su pareja protagonista regresa con las mismas pocas ganas de vivir que en su debut.
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La atonía de Berta (Esperanza Pedreño) y José Ramón (Raúl Cimas) se incrementa ahora que pierden su piso y sufren lo que tantos españoles, la falta de una vivienda estable para desarrollar sus proyectos vitales.
Un empleo sin retos
Entre los muchos elementos que hacen del de Poquita fe un mundo sin posibilidad de crecimiento o sorpresa está el trabajo de José Ramón como guarda jurado al que jamás se ha visto hacer algo que le haga crecer o le de sentido.
Estas muy recomendables series no están hechas para complementarse entre ellas, pero entre las tres les ha salido una crítica global al sistema y a la falta de expectativas. Y en el caso de Animal y Entrepreneurs a la colaboración en la situación de quienes desde abajo se tragan entero el discurso capitalista sin ver que está creado a su costa.