Literatura
Abril, el despertar de los libros
La mala salud de hierro del libro es motivo recurrente de análisis, estudios y comentarios. La última aportación la ofreció hace unos días el Instituto Nacional de Estadística: según las estadísticas de la Producción Editorial, en 2014 se depositaron en la Biblioteca Nacional 56.030 títulos editados en España (48.755 libros, 7.275 folletos), lo cual supone un descenso en el volumen de títulos del 0,7% (405 títulos menos: el número de libros, -0,5% y el de folletos, -2,1%) respecto a 2013.
En cuanto a las ventas, la Federación de Gremios de Editores de España sostiene que en 2013, último año computado, se produjo una caída de facturación global del 11,7% respecto del ejercicio anterior (2.181,97 millones en 2013, 2.471,49 en 2012).
Así que a nadie ha de extrañar que las citas que vienen sean vistas por algunos como agua de... abril.
El día de...
En su Conferencia General de 1995, la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, proclamó el 23 de abril como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
Lo hizo considerando que "el libro ha sido, históricamente, el elemento más poderoso de difusión del conocimiento y el medio más eficaz para su conservación". Y que "una de las maneras más eficaces para la promoción y difusión del libro (...) es el establecimiento de un 'día del libro', con la correspondiente organización de ferias y exposiciones".
En cuanto a la fecha, las razones parecían de peso: tal día como ése, leemos, "coincidieron, en 1616, los decesos de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega".
Tiempo después, la realidad desmintió tal datación, en realidad, Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare, residente en una Inglaterra que se regía por el calendario juliano, murió un 3 de mayo. Magro consuelo: el 23 de abril de 1616 sí dijo adiós a la vida el Inca Garcilaso de la Vega, y un 23 de abril nacieron Nabokov o Josep Pla. Pero la Unesco no dejó que la realidad estropeara una buena idea: la de homogeneizar e internacionalizar una conmemoración que ya venía celebrándose en muchos países pero en fechas distintas, elegidas al socaire de los aniversarios del nacimiento y la defunción de glorias literarias locales.
De hecho, en España la cosa viene de 1926, cuando Alfonso XIII firmó el Real Decreto por el que se instituía la Fiesta del Libro Español el 7 de octubre, día en el que Cervantes, siempre él, vino al mundo. La idea fue del escritor Vicente Clavel Andrés, que se la propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. Poco después, en 1930, se fijó definitivamente el 23 de abril como Día del Libro, denominación que en Cataluña cedió ante la pujanza del santo patrón, Sant Jordi.
Y así, hoy en día abril es el mes de los libros, si bien en España el clímax se prolonga durante los meses de mayo y junio, cuando el país se llena de ferias de distinto tamaño y condición.
El Día D
Tradicionalmente el pistoletazo de salida se daba el 23 de abril: Sant Jordi, Día del Libro, entrega del Premio Cervantes (que este año recogerá Juan Goytisolo)... un frenesí. Desde este 2015, sin embargo, la fecha totémica tendrá un aperitivo, Málaga 451: la noche de los libros, festival literario convocado para el día 10. Y luego, a esperar hasta la gran cita, que adquiere fuerza singular en las dos capitales editoriales.
En Barcelona (y en toda Cataluña), las librerías saldrán de nuevo a la calle. El año pasado, según los datos oficiales hechos públicos por el presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya (entidad que organiza los actos), Antoni Daura, la diada de Sant Jordi registró un incremento de las ventas en torno a un 5%, con 1,6 millones de ejemplares comprados por los catalanes. "Parece que hemos llegado a un cierto punto de inflexión, y las ventas han comenzado a registrar un ligero incremento en torno a un 5%", explicó, y lo tradujo a euros (y libros): si en la edición 2013 se facturaron 18,4 millones de euros (1,4 millones de libros), en 2014 se alcanzaron los de 19,3 millones (1,6 millones de libros).
En Madrid, la Comunidad asume un abril más la organización de La Noche de los Libros, que este 2015 cumple 10 años y cuenta con un presupuesto de 240.000 euros.
La directora General de Archivos, Museos y Bibliotecas, Isabel Rosell, no oculta su satisfacción: "En 2006 se inició con 130 autores; librerías participaron 76; bibliotecas, 29; instituciones y agentes culturales, 19, y con 200 actividades. El año pasado, pasamos a 515 autores. Es incomparable".
Recuerda Rossell que al término del evento no dan cifras de ventas, pero sí el resultado de una encuesta "de calidad". Pues bien, en 2013 de los 145 libreros participantes contestaron 100; para el 91% de ellos el impacto en librerías fue positivo o muy positivo, y el 70% declaró que el impacto de ventas fue igual o mejor 70% (41% dijeron "mejor") que el año anterior.
Le preguntamos si La Noche, una iniciativa relativamente reciente en esta historia de décadas, vino a robar protagonismo al Día del Libro y a Sant Jordi, y responde que no, al tiempo que expresa su deseo de que haya muchos Sant Jordis, muchos Días y Noches, "de una manera más orquestada y más abierta a los ciudadanos, porque eso sería señal de que por toda España están creciendo iniciativas que fomentan la lectura, fomentan la venta de libros, visitas a las librerías... lo que todos quisiéramos". En su opinión, a los libreros desearían multiplicar este tpo de iniciativas para generar picos como el de La Noche, o el más importante de la Feria del Libro, que les permiten tomar aire para afrontar "el plácido verano (...) en el que se paraliza bastante la venta general, que luego remonta en septiembre-octubre, luego en Navidad... Tienen una vida con unos picos demasiado grandes".
La guinda
¿Qué libro regalarías a…?
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Cuando empecé a escribir ese texto lancé una pregunta en Twitter: ¿qué significa para vosotros el Día del Libro?
Alsajano Fesaiz fue tajante: "Un agobio comercial". Rafael Domingo me dijo que para él "#DíaDelLibro es hoy, mañana, pasado, al otro.... en definitiva, libros, día a día" y Edición y Marketing, que "el #DíaDelLibro debería ser la celebración de las historias y los sueños, pero lo es de las ventas". Por fin, Marian Hinojal, en una serie de cinco tuits (que resumo), apuntó que "como casi todos los 'días de', un día comercial" no obstante lo cual, "el libro merece un día para poder reivindicar su importancia, la lectura, la labor editorial, los escritores y las historias, sueños y sabiduría que encierran. Sin libros, sin cultura en general, no hay imaginación, ni crecimiento, ni espíritu crítico, ni conocimiento, educación, entretenimiento, sueños, pensamiento... ¡nada!"
Feliz mes de los libros.