José Manuel Zapata: "Rosalía no ha creado nada nuevo, pero nos viene genial que se escuche una sinfónica"

Impresiona la enumeración de los escenarios que ha pisado el tenor José Manuel Zapata (Granada, 1973) a lo largo de sus dos décadas largas de trayectoria musical: Metropolitan Opera House de Nueva York, Teatro Real de Madrid, Liceu de Barcelona, Ópera de Berlín, Teatro Chatêlet de París, Semperoper de Dresden, Teatro Massimo de Palermo, Theater an der Wien de Viena o Palais de Beaux Arts de Bruselas. Hay más, pero vamos a dejarlo aquí, ha quedado claro lo que queríamos decir.

En un nuevo giro en su carrera, acaba de publicar Gigantes, un disco en el que revisita en clave sinfónica algunas de las canciones en español más populares. Empezando por El sitio de mi recreo, de Antonio Vega, pasando por Hoy puede ser un gran día, de Joan Manuel Serrat; Y nos dieron las diez, de Joaquín Sabina; Vivir así es morir de amor, de Camilo Sesto, o Hay amores, de Shakira, para desembocar, cómo no, en Rosalía y su canción G3 N15.

La puesta de largo de este trabajo tendrá lugar el martes 16 de diciembre en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid, y esa es una excusa tan buena como otra cualquiera para charlar con Zapata.

El espectáculo tiene un preestreno este sábado en el Teatro Quijano de Ciudad Real, antes de su estreno oficial en Madrid. ¿Qué podremos ver?

Canciones maravillosas, de amor, de cariño y de positividad de los siglos XX y XXI, engrandecidas con la Orquesta Castilla-La Mancha Sinfónica (CLM Sinfónica). No son versiones, son recreaciones, porque una versión es cuando se hace algo que casi que es peor que lo que había al principio (risas). Al meter la sinfónica y los arreglos que ha hecho Juan Francisco Padilla esto es más una recreación. Y las canciones han tomado una dimensión increíble. 

El disco se ha grabado con Padilla a los mandos, pero con la Orquesta de Extremadura (OEX), en lugar de la CLM Sinfónica.

Al final, tienes que ir rotando porque es imposible transportar una orquesta de un lado a otro. 

¿Son un servicio público a reivindicar todas estas orquestas que tenemos en nuestras comunidades autónomas? 

Son un tesoro cultural. Y son nuestras, además, las pagamos con otros impuestos. Hay muchísimas provincias y orquestas de primerísimo nivel en toda España que tienen un perfil internacional tremendo. 

¿Qué aporta la CLM Sinfónica a las grabaciones del álbum?

Al no ser, digamos, una orquesta mayor, tiene un golpe de frescura y un punto de alegría diferente que se agradece mucho, sobre todo cuando se toca este tipo de música. La verdad es que son lindísimos y suena fenomenal.

Una curiosidad: ¿Qué diferencia hay entre cantar en el Metropolitan de Nueva York y hacerlo en El Quijano de Ciudad Real?

Se dice mucho, pero cuando te subes a un escenario es verdad que todo el público es igual. Tú tienes tu nervio interno y tu responsabilidad, pero no hay mucha variación. Quizá hay un poquito más de responsabilidad cuando debutas en un teatro muy gordo como Metropolitan, pero no creas que es tanto. No hay ese decalaje. 

¿Una orquesta sinfónica es el mayor instrumento musical del mundo? Cobra incluso más importancia que nunca, ahora que parece que hacer música está al alcance de cualquiera gracias a la tecnología.

Lo es. No hay nada que sea capaz de transmitir más emociones, más sentimientos, más colores que la orquesta sinfónica. Al mismo tiempo, cada música tiene su instante y su lugar. La que crea con un ordenador un chaval que rapea es estupenda, pero la grandeza que tiene la orquesta sinfónica, la tímbrica que tiene, no hay nada parecido. De hecho, grupos como Iron Maiden, como Metallica, cuando han querido hacer una puesta de largo de sus canciones, lo han hecho con una sinfónica, porque es un gran tesoro que tenemos los humanos, que a veces hacemos las cosas bien. Solo a veces (risas).

Y no solo a Metallica o Iron Maiden, también se adaptan a Rosalía o Shakira, como comprobamos en Gigantes.

Y hacen crecer esos temas, que ya son estupendos, con tanta gente tocando con maderas, con cuerdas, con percusión. Mola mucho. 

¿De dónde surge la idea de hacer un disco como Gigantes con estas canciones en particular?

Las canciones las he elegido sobre todo Juan Francisco Padilla, porque tenían que ser composiciones que pudieran engrandecerse. Con la orquesta no vale cualquier canción. La selección la ha hecho él, pero de acuerdo conmigo a partir de eso, porque nosotros mismos somos canciones. La vida está llena de canciones. Los momentos importantes de nuestra vida están llenos de música, de canciones que nos han contado historias, con las que nos hemos enamorado, luego desenamorado, con las que nos hemos rasgado las venas. Y canciones hechas por gigantes en este caso como Manuel Alejandro, Rosalía, Shakira, Pablo Milanés o Silvio Rodríguez. Por eso el nombre también del disco. 

No tiene que ver, pero eso de que somos canciones me recuerda a la reacción que ha provocado la muerte de Robe Iniesta, con tanta gente sintiendo que se ha muerto una parte de ellos. ¿Se puede morir una parte de nosotros en casos así aunque no conozcamos al músico personalmente?

Es que es como magia. Cuando murió Pavarotti, sentí como si se me hubiera muerto alguien de la familia, porque yo he sentido cosas con él que no he sentido con nadie, he vivido cosas con él que no he vivido con nadie. Eso es así.

No hay nada que transmita más emociones y sentimientos que una orquesta sinfónica

El álbum empieza con El sitio de mi recreo, de Antonio Vega, nada menos. ¿Cómo se aproxima un tenor a esta canción y al estilo delicado de Antonio al cantar?

Es muy difícil. Una canción así no se puede cantar como un tenor porque la destrozas. Tienes que buscar otro tipo de voz, otro tipo de interpretación mucho más cercana, más en los labios, que es como cantaba Antonio Vega. Con todo el respeto y con todo el cariño del mundo, al final tú haces tu versión, pero acercarse a esas canciones es difícil para un cantante lírico.

¿Tan sinfónica y vanguardista es Rosalía?

Es una crack. La canción que hay en el disco, G3 N15, es la joya de Motomami. Es una canción que estaba por ahí escondida pero que es una verdadera maravilla. Animo a que la gente la escuche, porque el mix que hemos hecho con la cantaora Miriam Cantero es maravilloso. Yo lo que espero es que a Rosalía le llegue, que la pueda escuchar, porque creo que le gustará. 

Cuando murió Pavarotti, sentí como si se me hubiera muerto alguien de la familia, porque yo he sentido cosas con él que no he sentido con nadie, he vivido cosas con él que no he vivido con nadie. Eso es así

¿Y qué le parece esto que se dice tanto ahora, que parece que Rosalía ha descubierto la música clásica a toda una nueva generación que alucina con tanto instrumento?

Pienso que nos viene de puta madre. Es verdad que ella no ha creado nada nuevo, porque hay muchos artistas que han hecho esto antes que ella, Björk por ejemplo, lo que pasa es que las generaciones nuevas no se acuerdan. Pero es fenomenal que se escuche una orquesta sinfónica, nos viene genial, en un mundo, además, donde cuesta mucho que algo tan elaborado sea aceptado por la gente joven. Cuesta muchísimo. Por eso, es un milagro. Bendita Rosalía, vamos.

¿Pensamos erróneamente que a los chavales no les gusta la música clásica, cuando a lo mejor el problema es que no les hemos puesto delante de una tocando en directo? Porque eso no se olvida.

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Son jóvenes, pero no idiotas, y las cosas buenas les gustan. Al final, es llevarles de la mano y hacer que disfruten de esas cosas que son estupendas. Lo ha hecho Rosalía ahora mismo, les ha puesto delante del espejo de la música sinfónica o clásica y fíjate si les gusta o no les gusta. Yo me emociono cuando oigo a mi hija escuchar música barroca (risas).

¿De qué manera se aproxima un tenor a canciones tan de autor y tan populares como las de Sabina y Serrat? ¿Son más complejos o más sencillos en su composición que Rosalía o la misma Shakira?

Yo me crié con Serrat, con Sabina, con Perales, así que esas me son más naturales, ya que las he cantado con la guitarra desde que era un crío. La de Sabina que hemos escogido, Y nos dieron las diez, es una ranchera. La de Shakira, por su parte, es un bolero que podría haber escrito perfectamente Armando Manzanero, una verdadera maravilla. Rosalía sí que es compleja, tiene muchas esquinas, no es fácil. 

¿No es curioso que alguien tan poliédrico como Rosalía guste a tanta gente tan diversa de una manera tan unánime? Ha hecho de la complejidad algo absolutamente comercial.

Leonor Watling & Leo Sidran: "Nunca es tarde para hacer algo que no has hecho antes, como crear un grupo nuevo"

Ver más

Sí, pero este disco que acaba de publicar ahora se lo ha podido permitir porque es ella. Si este disco tan complejo lo hubiera hecho otro artista, la gente hubiera mirado para otro lado. Pero qué milagro, qué maravilla.

¿Es Gigantes también una reivindicación del idioma español? ¿Un tenor con su carrera no ha cantado todo lo que quisiera en su idioma?

Es que ópera en español hay muy poquita. En lo lírico es muy poquito. Está la zarzuela, pero yo sí, justo por eso quería que las canciones fueran todas en castellano, me hacía ilusión que fuera un disco en español para todos los latinos parlantes. 

Impresiona la enumeración de los escenarios que ha pisado el tenor José Manuel Zapata (Granada, 1973) a lo largo de sus dos décadas largas de trayectoria musical: Metropolitan Opera House de Nueva York, Teatro Real de Madrid, Liceu de Barcelona, Ópera de Berlín, Teatro Chatêlet de París, Semperoper de Dresden, Teatro Massimo de Palermo, Theater an der Wien de Viena o Palais de Beaux Arts de Bruselas. Hay más, pero vamos a dejarlo aquí, ha quedado claro lo que queríamos decir.

Más sobre este tema