El Premio Planeta 2025 se entrega este miércoles en la tradicional cena literaria del 15 de octubre de cada año en la cima de Montjuic, en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, con Barcelona literalmente a los pies. Pero la septuagésima cuarta edición del galardón más dotado del mundo, con un millón de euros para el ganador y 200.000 euros para el finalista, ha comenzado este martes en otro enclave emblemático de la Ciudad Condal: el Palau de la Música Catalana.
El Grupo Planeta traslada así el pistoletazo de salida desde la cercana Lonja de Barcelona hasta el incomparable templo modernista de la música, en la enésima demostración de poderío de un premio que bate récord de participación otoño tras otoño (y que detiene el tráfico del centro barcelonés para la comitiva de periodistas de toda España, aunque esa es otra historia) y que en esta ocasión ha alcanzado las 1.320 obras originales presentadas. De ellas, diez finalistas, cuatro de ellas con seudónimo, lo cual las hace favoritas desde ya en los pronósticos de la prensa a falta de conocer quien está detrás de Keith Astra, Selene Noctis, Elvira Torres y Sofía García.
Menos novela histórica que ediciones anteriores entre las aspirantes, según ha remarcado la miembro del jurado Carmen Posadas. "Una idea común en todas sería la necesidad de reconstrucción individual y colectiva, así como el trauma individual y social", ha resumido la ganadora del galardón en 2023, Luz Gabás, también integrante del jurado junto José Manuel Blecua, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Eva Giner, Belén López y la propia Posadas, quien igualmente se hizo con el Planeta allá por 1998.
"En todas las novelas he percibido análisis de la realidad y las preocupaciones actuales, eso es común a todas", ha continuado Gabás, para quien da igual que la trama sea de ciencia ficción o histórica, pues el denominador común es la "reflexión sobre la sociedad actual, con temas concretamos como la vivienda, la soledad o la necesidad de comunicación". Al mismo tiempo, aunque pueda parecer contradictorio, relacionándolo con esa menor presencia de temas históricos, ha defendido que "necesitamos más que nunca la evasión de la realidad y eso lo vamos a encontrar en determinados géneros como la fantasía y el romance".
De hecho, la fantasía y el romance han estado muy presentes en la rueda de prensa de presentación del premio, especialmente por la gran popularidad que está alcanzando entre los lectores más jóvenes, lectoras principalmente, el género conocido como 'romantasy'. A este respecto, el director de la División Editorial de Planeta, Jesús Badenes, ha recordado que el mercado del libro en papel cerró 2024 con un crecimiento del 9,8% hasta los 1.212 millones de facturación. En 2025, ha anticipado, el sector sigue creciendo pero "no a un ritmo tan desaforado", pues en el primer semestre ha experimentado un aumento del 4%, el mismo porcentaje que se espera a final de año.
Eso sí, volviendo al 'romantasy', los "motores de crecimiento", ha detallado, han sido ficción y novela juvenil, géneros que se corresponden con la población lectora de 14 a 24 años, que "desde la pandemia ha incrementado su porcentaje de lectura al 75%". "La franja femenina en ese tramo de edad llega al 84%, y además son lectoras frecuentes", ha resaltado, asegurando que la mayoría de esos lectores después va pasando a los géneros clásicos y las grandes novelas de amor de todos los tiempos.
Y todavía ha profundizado más: "Hay un amplio consenso en el sector en que ha habido varios cambios, no es una sola causa. Con la pandemia, que tuvo efectos desastrosos, hubo alguno menos nocivo, francamente positivo hacia la lectura, que pasó a ser un ocio seguro al ser individual. La gente empezó a acostumbrarse porque lo relacionaba con la seguridad personal. Sobre todo, lo que pensamos es que los mecanismos de llegar y alcanzar esa franja poblacional a través de las redes sociales, particularmente Tik Tok, probablemente expliquen hasta el 80% del fenómeno. La gente se siente mucho más integrada en la lectura, las redes sociales permiten que se hagan fotos con sus libros, e incluso los clubes de lectura, de los que cada vez hay más en la España rural, permiten hablar de lo que cada uno ha entendido".
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"Una sociedad que lee hace mejores personas", ha defendido por su parte el presidente del Grupo Planeta, Josep Creuheras, recalcando que el objetivo del premio sigue siendo el mismo de siempre: "la máxima difusión del libro y crear nuevos lectores". "Afortunadamente, el libro goza de muy buena salud", ha proseguido, insistiendo en el foco sobre los más jóvenes, "pues la duda de los editores de si la juventud leía o no ya no es opinable, es un dato".
No ha faltado tampoco la ya tradicional cuestión de la inteligencia artificial, con Badenes reclamando a los "poderes públicos" que doten al sector de "unas reglas claras" y poder así afianzar su "defensa a ultranza de los derechos de propiedad intelectual y la protección del talento". "La IA no sustituirá nunca al talento ni la capacidad de creación de los autores", ha terciado Creuheras, antes de afirmar: "Pero debemos ser muy rigurosos y proteger la propiedad intelectual de todos los autores, que hoy está en riesgo por el mal uso que se puede hacer de la IA". "Debemos dedicar mucho tiempo a proteger el talento y la propiedad intelectual de las obras para adoptar soluciones", ha reiterado.
Y todavía ha continuado para remachar: "Nuestra razón de ser es ser compañeros de viaje de los autores y todo lo que les puede preocupar nos preocupa a nosotros. El libro nace en todas las personas, eso hay que preservarlo al máximo. Hoy se están nutriendo muchas de las herramientas que nutren la IA de textos en los que no se ha solicitado permiso ni se devengan los derechos oportunos a los autores. La queja está fundada ya en la realidad de esa actuación que nos parece que no se puede permitir".
Todos ríen, de Noelia Espinar
Ghosting, de Salva Rubio
Por su gran culpa, de Mauro Corti
No es tan fácil morir de amor, de Elvira Torres (seudónimo)
¿No es hermosa la luna?, de Selene Noctis (seudónimo)
Zoltar el mago, el pirata Roberts y una novela del Oeste, de Keith Astra (seudónimo)
El color de la lluvia, de Sofía García (seudónimo)
La muerte de la diosa, de José Antonio Ariza
El destino en la esfera del reloj, de Enrique Alejandro Santoyo Castro
Donde se escriben los nombres, de Blanca Montoya Landa