Los aranceles llegan a la UE con acuerdo, pero sin certezas sobre si Trump mantendrá su palabra

Este jueves, cuando se cumplen cuatro meses desde que el presidente norteamericano Donald Trump declarase (cartel en mano) una guerra comercial contra el mundo, entran en vigor los aranceles del 15% que la Unión Europea negoció con Estados Unidos. O tal vez no, porque Trump ha demostrado que los acuerdos de hoy quizá no valen para mañana y sobre Europa planea la amenaza de un arancel del 35% si no cumple con el compromiso de invertir 600.000 millones de dólares en Estados Unidos. Trump lo anunció apenas unos días después de dejar sellado un acuerdo con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Pero independientemente del porcentaje final definitivo, este 7 de agosto es la fecha marcada para que los 27 y otros 70 países más empiecen a comerciar con EEUU bajo nuevas condiciones

Las cifras del comercio entre el Viejo Continente y Washington son enormes: en conjunto, representan casi el 30% del comercio mundial de bienes y servicios y el 43% del PIB mundial. En 2024 el intercambio superó los 1,8 billones de euros, de acuerdo con los datos que aporta el Consejo de Europa. Los principales bienes que se exportan a nivel del continente son medicamentos y productos farmacéuticos, vehículos y maquinaria industrial, cuyas cifras se verán alteradas por la nueva tasa comercial. En el cómputo global, la UE exportó al país norteamericano más de lo que importó y el excedente comercial alcanzó el año pasado los 50.000 millones de euros.  

Para algunos sectores, como la industria automovilística, el acuerdo del 15% supone rebajar las tasas con respecto al 27% actual, pero tras las últimas declaraciones hay otros factores, como gravámenes a los microprocesadores que llevan algunos coches, que podrían comprometer la alegría del sector. La semana pasada, tras conocerse el acuerdo, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles lo califica como “un importante paso adelante” que además aliviaría la situación de “incertidumbre”, aunque el presidente norteamericano no parece dispuesto a dar demasiadas certezas a los mercados. 

Europa ha llevado a cabo, hasta ahora, una negociación en bloque y los aranceles del 15% se aplicarían a todos los países miembros y a tres cuartas partes de los productos europeos exportados. Sin embargo, Trump anunció que dará a conocer la semana que viene nuevas tasas que afectan a los microprocesadores y a los productos farmacéuticos. “Hacen una fortuna con los fármacos, y los producen en China, en Irlanda y en muchos otros sitios”, señalaba el presidente. Indicó que comenzaría a gravarlos con una tasa pequeña, pero también amenazó con un 150% de arancel el año próximo y con un 250% posteriormente. En su manera de proceder habitual, Trump lanza tasas astronómicas para luego cambiarlas y negociarlas con cada país reiteradamente. Estos dos productos habían quedado exentos en las tasas que impuso el dos de abril, pero ahora vuelven al campo de batalla arancelario. “Queremos productos farmacéuticos fabricados en nuestro país” remataba. 

A falta de que se divulgue una versión escrita sobre los acuerdos firmados con la UE, el mandatario sembró la duda sobre si ese 15% sería definitivo en una entrevista concedida este martes a la cadena CNBC. “Pagaron 600.000 millones de dólares y, por eso, yo les reduje los aranceles del 30% al 15%”, relataba. De no hacerlo, las tasas volverían a un 35%. Esta cifra sería un compromiso de gasto que se ejecutaría con acuerdos de inversión y gasto, pero que dependería en última instancia de las empresas. Además, en el pacto también se contemplan compras estratégicas por valor de 750.000 millones de dólares en semiconductores, gas, petróleo, energía nuclear estadounidenses y equipamiento militar. De momento, también se desconocen los plazos para su cumplimiento, por lo que la incertidumbre vuelve a estar sobre la mesa.

Pese a que este jueves era una de las fechas límite, muchos países como Suiza o Brasil, que se enfrentan a tasas del 35% y el 50%, respectivamente, siguen negociando. Los mercados, acostumbrados a este vaivén regulatorio, sufrieron una fuerte caída el viernes. El IBEX español cayó casi dos puntos y los mercados europeos se movieron en el mismo rango cuando vieron aproximarse la semana decisiva para la entrada en vigor de las tasas. Sin embargo, esta semana han recuperado la calma a la espera de lo que pueda pasar.

"Es imposible que los exportadores reduzcan sus precios entre un 15% y un 30% para compensar por completo el aumento de los aranceles", señala Patrick Artus, analista de la gestora de fondos Ossiam. Por lo que prevé que aun con la rebaja hasta el 15% la inflación en Estados Unidos repuntará "significativamente" al menos en el corto plazo.

Químicos, maquinaria o aceite en España

Si se observan los datos de comercio exterior de España, en lo que va de 2025, se ha exportado a Estados Unidos principalmente máquinas, aparatos mecánicos y eléctricos, productos farmacéuticos y productos del sector primario como el aceite. Estados Unidos es el sexto mayor cliente en términos de exportaciones y el año pasado representó el 4,9% del total de las ventas nacionales al exterior.

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Tras el acuerdo —y si este se mantiene— hay sectores que se beneficiarán, como el del acero y el aluminio. Pasará de un 50% a un 15% y se establecerá un sistema de tarifas en base a cuotas. El sector agroalimentario, por su parte, sigue pendiente de acuerdos sobre productos como el aceite, el jamón, los vinos o el champán. Aunque su papel es muy importante: solo en aceite, España vendió a Estados Unidos 1.013 millones de euros el año pasado, un 60% más que en 2023. Solo en lo que va de año, ya con la incertidumbre arancelaria en marcha, los datos de venta para grasas, aceites animales y vegetales superan los 470 millones de euros.

El sector farmacéutico nacional es otro de los grandes actores en esta guerra comercial. Es el tercero que más vende a EE UU, con 474 millones en lo que va de año y ahora contiene la respiración ante la nueva ocurrencia del mandatario norteamericano.

Cazas europeos en vez de americanos

Trump busca que el Viejo Continente aumente las compras a EE UU en varias áreas y una de ellas es el sector de las armas y la defensa. Aunque no aparece recogido en los acuerdos anunciados, el aumento del gasto en defensa pactado en la cumbre de la OTAN de junio, beneficiará a las empresas norteamericanas del sector. En esto España ha puesto este martes la nota discordante. El Gobierno anunció que descarta la compra de cazas F-35 de EE UU para apostar por aviones europeos. Sustituye así una compra millonaria a la compañía estadounidense Lockheed Martin, por una inversión en Eurofighter, que se producen en el continente europeo.

Este jueves, cuando se cumplen cuatro meses desde que el presidente norteamericano Donald Trump declarase (cartel en mano) una guerra comercial contra el mundo, entran en vigor los aranceles del 15% que la Unión Europea negoció con Estados Unidos. O tal vez no, porque Trump ha demostrado que los acuerdos de hoy quizá no valen para mañana y sobre Europa planea la amenaza de un arancel del 35% si no cumple con el compromiso de invertir 600.000 millones de dólares en Estados Unidos. Trump lo anunció apenas unos días después de dejar sellado un acuerdo con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Pero independientemente del porcentaje final definitivo, este 7 de agosto es la fecha marcada para que los 27 y otros 70 países más empiecen a comerciar con EEUU bajo nuevas condiciones

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