Hace una semana, la patronal de fabricantes de coches española publicó que en los ocho primeros meses del año se vendieron tantos coches 100% eléctricos (conocidos como BEV) como en todo 2024. Anfac lo atribuyó al "gran esfuerzo comercial" de las marcas de turismos en España, que han rebajado precios y han introducido en el mercado nuevos modelos más económicos. Un estudio publicado este lunes relaciona ese afán por vender eléctricos con los nuevos objetivos estrictos de la UE para emisiones de vehículos, que obligan a las marcas a poner en el mercado muchos más coches con cero emisiones. También ha sido determinante el abaratamiento sustancial de las baterías de los últimos tres años.
En enero de 2025 entraron en vigor las nuevas normativas europeas de reducción de emisiones en las carreteras, que obliga a las marcas a reducir la huella de carbono de los vehículos que venden en el año. Un análisis de la organización europea Transport & Environment (T&E), centrada en promover la descarbonización del tráfico, concluye que gracias a este requisito, los fabricantes han abaratado por fin los coches a pilas, que son inaccesibles para gran parte de la población. En los siete primeros meses de 2025, las ventas de BEV ha subido un 38% en la Unión Europea. Según Anfac, en España se han disparado un 160% hasta agosto.
Las baterías –que son claves para fijar el coste final del vehículo– también han visto reducido su precio en Europa un 27% entre 2022 y 2025, y esa bajada ha jugado un papel importante. Pero los analistas están convencidos de que ha sido más relevante el endurecimiento de las normas, por una razón sencilla: en mayo de 2025 los fabricantes consiguieron suavizar de forma retrospectiva la exigencia que comenzó el 1 de enero, e inmediatamente los coches eléctricos se encarecieron de nuevo.
"Hemos observado que la diferencia de precio entre los BEV y los vehículos con motor de combustión aumentó cuando se relajó el objetivo de emisiones de CO₂ para los automóviles, por lo que los fabricantes están optimizando los precios en función de la normativa", valora Yoann Gimbert, experto en movilidad eléctrica de T&E. "Sin una normativa que impulse las ventas de eléctricos, los fabricantes de automóviles se centran en los modelos más rentables, que son en su mayoría SUV (coches grandes y de combustible enfocados al público urbano) y vehículos de mayor tamaño", añade.
En concreto, tras entrar en vigor la normativa en enero, el precio medio de los eléctricos descendió en Europa alrededor de 3.000 euros de media, por debajo de los 40.000 euros, y en los meses previos se introdujeron hasta seis modelos BEV con un coste inferior a 25.000 euros, que se pueden llegar a quedar en 18.000 euros con la ayuda del Plan Moves III. Tres de esos modelos son de fabricación europea. Pero la vara de medir más importante del sector está en cómo de caros son los eléctricos frente a los de combustión, y a comienzos de 2025 la diferencia de precios bajó hasta el 30%, pese a que meses antes era del 40% o del 50%, cifras que desincentivan la venta de BEV.
La nueva normativa de 2025 consistía en que las marcas tenían la obligación de vender este año turismos con una media de emisiones de 93,6 gramos de CO₂/km. Esta cifra es un estándar para toda la industria, aunque cada fabricante tenía su objetivo particular en función de la masa media de los vehículos de su flota, de la proporción de vehículos clasificados como de emisiones cero y bajas, y de los posibles ajustes por innovaciones medioambientales de la empresa. El mayor vendedor de Europa, Volkswagen, tenía que hacer un esfuerzo considerable y reducir más de 30 gramos de CO₂/km sus emisiones medias para cumplir, bajo pena de multa.
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Sin embargo, el sector consiguió a finales de mayo que la Unión Europea suavizase los baremos de emisiones. Ya no se evaluará sólo el resultado de 2025, sino la media conseguida a lo largo de tres años (2025, 2026 y 2027), lo que permitirá a las marcas superar este año el límite si lo compensan en los siguientes. Inmediatamente, según el estudio de T&E, los fabricantes encarecieron sus BEV, que pasaron a costar un 40% más que sus modelos similares de combustión.
Aunque el sector trata de dar salida a los coches de combustión, que son más rentables para las marcas, el aterrizaje de los modelos asequibles promete seguir incrementando las ventas de eléctricos en Europa, según los autores del informe. Entre 2020 y 2023 solo se comercializaban en el continente dos modelos BEV por debajo de los 25.000 euros, el Smart Fourfour y el Dacia Spring. Pero el año pasado entraron seis modelos a este grupo y entre 2025 y 2027 habrá trece coches más a precios asequibles para el público general, de los que más de dos tercios serán fabricados en Europa. Este año se suman tres: el modelo base del Renault R5, el BYD Dolphin Surf y el Skyworth Q.
El empleo cada vez mayor de las populares baterías LFP (litio-hierro-fosfato), que son más baratas y respetuosas con el medioambiente que las de ion-litio, ha permitido recortar el coste de los coches eléctricos, así como el aumento de la fabricación en escala y el abaratamiento de las materias primas y las tierras raras. Según T&E, en 2025 las baterías en general cuestan un 27% menos que en 2022, y en los próximos cinco años se abaratarán otro 47%.
Hace una semana, la patronal de fabricantes de coches española publicó que en los ocho primeros meses del año se vendieron tantos coches 100% eléctricos (conocidos como BEV) como en todo 2024. Anfac lo atribuyó al "gran esfuerzo comercial" de las marcas de turismos en España, que han rebajado precios y han introducido en el mercado nuevos modelos más económicos. Un estudio publicado este lunes relaciona ese afán por vender eléctricos con los nuevos objetivos estrictos de la UE para emisiones de vehículos, que obligan a las marcas a poner en el mercado muchos más coches con cero emisiones. También ha sido determinante el abaratamiento sustancial de las baterías de los últimos tres años.