La vivienda es el gran elefante en la habitación para la economía española. Los altos alquileres devoran los sueldos de los jóvenes que no pueden comprar una casa, el malestar social desata protestas sociales y es uno de los asuntos más problemáticos para la política nacional. Es el gran foco de desigualdad y alcanza también a las mujeres que llegan a la edad de jubilación quienes, en general, cobran además pensiones un 31% más bajas, según el Instituto de las Mujeres.
En la franja de edad en la que la propiedad inmobiliaria está más extendida –a partir de los 65 años, cuando el 88% de los hogares poseen vivienda en propiedad, según el INE– la casa se convierte en un factor determinante de desigualdad de género. Ellas acumulan menos patrimonio que ellos, y buena parte de esa brecha se explica porque ellas poseen menos inmuebles. "Históricamente las mujeres han tenido menos acceso a la propiedad inmobiliaria por sus menores ingresos y por el hecho de que sus trayectorias profesionales han sido más discontinuas debido a los cuidados", explica Marta Grañó, profesora de la escuela de negocios OBS. Para Grañó, y eso ha llevado a que ellas "tengan una menor capacidad de ahorro y de inversión en activos a largo plazo como es la vivienda".
“Baleares, Canarias o Andalucía siguen presentando desigualdades cercanas a los 15.000 euros por persona”, recoge el informe Coste de oportunidad de la brecha de género en pensiones y ahorro previsional, elaborado por la asociación ClosinGap. Y, en algunos casos, hasta el 62% de este salto en la renta se debe a los activos inmobiliarios: “Estas diferencias regionales se explican, en gran medida, por el peso de la vivienda en la composición del patrimonio”, concluye el estudio, que además señala que "son precisamente las comunidades autónomas con brechas de género más reducidas (o nulas) en activos inmobiliarios, aquellas que han logrado eliminar de facto la brecha de género en riqueza".
Si bien la situación ha mejorado con respecto a años anteriores, la vivienda es un factor determinante. En 2022 las mujeres mayores de 67 años acumulaban, de media, 138.000 euros de patrimonio neto, frente a 145.000 los hombres, es decir unos 6.700 euros menos. En 2016 la diferencia patrimonial era de 10.500 euros y la mejora en los datos, apunta el informe, se explica porque ellas cuentan ahora con más activos inmobiliarios que entonces.
Las comunidades “con perfil turístico” son más desiguales
Tres comunidades autónomas (Aragón, Cantabria y La Rioja) han logrado eliminar de facto la brecha de género en riqueza neta. Sin embargo, esta alcanza valores superiores a los 10.000 euros per cápita en comunidades con un perfil turístico. Aquí el informe de ClosinGap menciona a Baleares, Canarias y Andalucía, donde los activos inmobiliarios tienen "especial relevancia", señala el estudio. "No se trata solo de diferencias salariales o puntuales, sino de desigualdades acumuladas en el acceso a activos generadores de riqueza", insiste Grañó.
Esa relevancia atiende al hecho de que estas tres comunidades la vivienda se ha encarecido significativamente, de forma que aumenta su peso en el conjunto del patrimonio y este hecho es que "amplifica" la brecha entre hombres propietarios y mujeres que no lo son, puntualiza la profesora.
Diversos datos avalan la ebullición en el mercado en estas regiones. Por ejemplo, en marzo, la consultora inmobiliaria Tinsa señalaba que en algunas regiones de estas comunidades los precios rebasaban los indicadores previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. Los importes en Palma superaban en un 17,9% a los de 2008, en Málaga se encontraban un 6,4% por encima y en Tenerife un 2,1%.
Composición de la desigualdad
Además de la vivienda, cuando se analiza la situación económica en la que llegan hombres y mujeres a la jubilación, entran otros productos como planes de pensiones, los seguros, fondos de inversión o las acciones. Ellas disponen de menos planes de pensiones (un 19% de los hombres lo tiene frente a un 13% de ellas), en acciones negociadas la brecha alcanza el 31% y en planes de pensiones el 44%.
En las conclusiones que lanzan desde Instituto de las Mujeres señalan que "las mujeres continúan enfrentando una situación de desprotección económica en el momento de su jubilación" y no solo por cuestiones de patrimonio, sino también porque su pensión de jubilación sigue por debajo de las de ellos. En concreto, las mujeres ganaban en enero de 2025 una pensión media de 1.071 euros frente a los 1.556 que cobraron ellos. Esto es, un 31% menos.
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Las desigualdades que se dan en el mercado laboral se traducen después en pensiones más bajas. Por ejemplo, son ellas (quienes en su mayoría renuncian a su trabajo para cuidar), las principales beneficiarias de las pensiones no contributivas o de viudedad, que tienen importes más bajos. En el caso de estas últimas, el 91% de las beneficiarias son mujeres frente al 9% de ellos, de acuerdo con el informe Análisis de brecha de género en las pensiones, elaborado por el Ministerio de Igualdad.
Las consecuencias de esta distribución desigual de la riqueza en el momento de la jubilación genera, recoge el informe, unos ingresos insuficientes que dificultan "su autonomía", de forma que muchas "deben continuar realizando tareas de cuidado sin remuneración o depender económicamente de descendientes, entidades sociales o ayudas públicas complementarias", concluye.
Otro elemento que termina por desestabilizar las cuentas de las pensionistas es, precisamente, la vivienda. Porque para quienes no poseen una o no residen en una casa familiar, afrontar los alquileres también supone un esfuerzo económico que, aunque ya es alto, no parece tener freno. Así, en España el metro cuadrado firmaba en agosto los 14,38 euros por metro cuadrado al mes, con una subida interanual del 14%, según Fotocasa. En el tercer trimestre, señalaba el documento, se pagaba de media 1.150 euros al mes por un piso de 80 metros cuadrados. Lejos ya de los 1.071 euros que las mujeres jubiladas ingresaron.
La vivienda es el gran elefante en la habitación para la economía española. Los altos alquileres devoran los sueldos de los jóvenes que no pueden comprar una casa, el malestar social desata protestas sociales y es uno de los asuntos más problemáticos para la política nacional. Es el gran foco de desigualdad y alcanza también a las mujeres que llegan a la edad de jubilación quienes, en general, cobran además pensiones un 31% más bajas, según el Instituto de las Mujeres.