DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

La cruzada antiaborto del presidente del Colegio de Médicos de Madrid da alas a bulos y teorías acientíficas

Concentración por el acceso al aborto.

El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM), Manuel Martínez-Sellés, utiliza su altavoz al frente de la institución para cargar contra el derecho al aborto y contra todos los avances legislativos para blindarlo. Lo cierto es que el doctor lleva años difundiendo un discurso contrario a la libre interrupción del embarazo, pero la cruzada se ha visto reforzada en las últimas semanas, coincidiendo con la ofensiva institucional por parte de las derechas. Martínez-Sellés niega el aborto como un derecho, habla de "listas negras" para referirse al registro de objetores y rechaza la propuesta de consagrar el aborto constitucionalmente.

"La mejor forma de evitar riesgos es no realizar abortos"

El pasado 4 de octubre, el médico firmaba un artículo en el diario El Debate. El texto expresaba su defensa firme y sin matices a una propuesta que acababa de ser aprobada en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid: el deber de comunicar a las mujeres un supuesto síndrome postaborto, sin base científica. El médico rompía una lanza en favor de la propuesta: "Negar los indudables riesgos físicos de un aborto provocado y los posibles riesgos psicológicos asociados no se puede hacer desde un planteamiento científico", sostenía. A pesar de sus efusivas declaraciones, el propio autor de la columna reconocía que "no hay un consenso para denominar a estas situaciones clínicas como síndrome posaborto, pero eso me parece irrelevante".

Cinco días después, el doctor reafirmaba sus palabras mediante una entrevista al medio Religión en Libertad. En ella, el médico no sólo insistía en defender la existencia del síndrome postaborto, sino que llegaba a sentenciar que "la mejor forma de evitar estos riesgos es no realizar abortos". 

Martínez-Sellés cargaba además contra la idea ya consagrada del aborto como derecho. "El mal llamado derecho al aborto no existe, sería una aberración jurídica. El aborto no es un derecho. Es una derogación del respeto a la vida –desde su inicio– protegido por nuestra Constitución".

Los registros de objetores, "listas negras"

Como parte de su perorata antiabortista, el presidente del Colegio de Médicos de Madrid se ha expresado también contrario al registro de objetores, una herramienta que es a su juicio un intento por "limitar" la objeción de conciencia. El doctor, en la citada entrevista, utiliza de hecho un concepto que fue empleado también por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: "Listas negras". Así lo expresa, a pesar de que el registro no es público y sólo tiene como finalidad organizar el servicio para garantizar el aborto en los hospitales públicos.

En otra entrevista concedida días después a la Cadena Cope, volvía a insistir en que "se está vulnerando el derecho a la objeción de conciencia". En realidad, el doctor ya se había expresado contrario a este registro, desde que fue incluido en la reforma de ley del aborto. Era, según confesaba en otra entrevista concedida hace tres años, el asunto que más le preocupaba de la nueva norma. 

La opinión de Martínez-Sellés no es exclusivamente personal, sino que ha cristalizado en forma de posicionamiento oficial de la institución que preside. El 7 de octubre, el Colegio de Médicos de Madrid publicó un comunicado en el que dice rechazar el registro de objetores por "vulnerar derechos fundamentales y la libertad de conciencia". Lo tildan de una "amenaza directa" e inciden en que puede derivar en "señalamiento, presión o discriminación de médicos objetores". El Colegio va de hecho un paso más allá, al afirmar que "esta propuesta abre la puerta a un uso político e ideológico de la medicina, instrumentalizando a los profesionales sanitarios en lugar de proteger su independencia y vocación".

Fuentes jurídicas consultadas por infoLibre indican que las declaraciones del médico son sencillamente "una opinión sin valor alguno en derecho, que reflejan su ideología personal y su desconocimiento de la norma". Difícilmente, opinan las mismas voces, tendrán un impacto a nivel jurídico, "toda vez que carece de toda responsabilidad e incidencia sobre el registro de objetores".

"El derecho al aborto no existe"

La deriva antiabortista del médico y cardiólogo se ha ido haciendo patente a lo largo del tiempo, expresándola ahora sin tapujos ni titubeos. En la citada entrevista con Religión en Libertad, el sanitario habla de "las –cada vez más agresivas– leyes del aborto" e insiste en que "hablar de un derecho al aborto es un engaño".

Carga también contra la posibilidad de blindarlo constitucionalmente, tachando la iniciativa directamente de "sinsentido". "No creo que vea nunca este sinsentido en nuestra Constitución, pero, de verlo, estoy seguro de que se volvería a cambiar. Las únicas normas inmodificables son las inscritas en el corazón humano y la prohibición de matar es una de ellas", clama. E insiste: "El derecho al aborto no existe. Consagrarlo constitucionalmente sería un error innecesario, una maniobra política que para nada busca la autonomía y garantizar acceso, sino dividir la sociedad y polemizar".

En mayo del presente año, el médico participaba en una conferencia bajo el título de La defensa de la vida es intrínseca a la medicina. En el acto, el doctor era presentado como el responsable de mostrar cómo "en la esencia" de la medicina "está el cuidar, paliar y acompañar a los pacientes desde la concepción hasta la muerte".

Tan sólo un año antes, en marzo de 2024, el médico participaba en un congreso organizado por entidades ultracatólicas, el XXVI Congreso Nacional Provida, en el que también defendería "la defensa de la vida como pilar de la medicina". Y en 2022, el también catedrático se dejaba ver en la manifestación convocada bajo el lema Sí a la vida, contra el aborto y la eutanasia.

Polonia y Estados Unidos como referentes

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En agosto de 2022, el médico cargaba expresamente contra la reforma de ley que en aquel momento estaba confeccionando el Gobierno. El proyecto, afirmaba, no era "urgente" ni tampoco "un avance". Sí eran avances, en su opinión, los pasos regresivos en materia de derechos reproductivos dados en países como Polonia y Estados Unidos: "Es evidente que es un momento en que países que nos han precedido mucho en la legalización del aborto, incluso en décadas, como es el caso de Polonia y Estados Unidos, están dando marcha atrás, llama la atención que nosotros vayamos en dirección contraria".

Así que lo expresaba sin paliativos: "Mi opinión es muy negativa". E incluso decía sentirse "muy triste" ante la reforma porque "en vez de apostar por fomentar políticas de natalidad en un país como el nuestro, con un invierno demográfico muy marcado y con unas tasas de natalidad muy bajas, en vez de eso se apueste por facilitar el aborto".

En la misma entrevista, Martínez-Sellés sellaba su posición asegurando que "esos abortos los pagamos todos con nuestros impuestos". Por contra, añadía, "curiosamente cuando las madres deciden seguir adelante con sus embarazos no se les da una ayuda económica equivalente". 

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