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Unión Europea

La Comisión trata de poner freno a los escándalos de los comisarios con un nuevo Código de Conducta

El comisario de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afrontó en septiembre de 2016 uno de los discursos sobre el estado de la Unión más complicados. El líder del Ejecutivo comunitario tuvo que plantarse frente a la Eurocámara en un contexto complejo, con la victoria del Brexit en Reino Unido todavía fresca y con la vista puesta en el avance de la extrema derecha en países como Francia, Alemania y Holanda. A todo esto, se sumó además la crispación ciudadana generada por los saltos que exmiembros de la Comisión estaban dando por el sector privado tras abandonar sus cargos en Bruselas. Entre ellos el antiguo presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, que en julio de 2016 había fichado como presidente no ejecutivo de la filial que el banco Goldman Sachs tiene en Londres. 

Con este último escándalo en la mochila, Juncker puso sobre la mesa del Parlamento Europeo su intención de reforzar la normativa ética a la que están sujetos los dirigentes de la Comisión. No había pasado una semana del anuncio, cuando Bruselas recibió un nuevo revés al calor de los Bahamas Leaks: Neelie Kroes, comisaria de Competencia de 2004 a 2010, figuró como directora de una sociedad offshore en Bahamas desde el año 2000 hasta octubre de 2009. En noviembre, el presidente del Ejecutivo comunitario, que también se ha visto involucrado en escándalos como LuxLeaks, remitió a su homólogo en la Eurocámara, Martin Schulz, una dura carta: "A la luz de los recientes hechos acaecidos, creo que nuestro Código de Conducta debe ser reforzado para que su nivel de exigencia sea el mayor posible".

Este miércoles, menos de año y medio después de aquellos anuncios, ha entrado en vigor la nueva normativa ética a la que están sujetos los dirigentes de la Comisión. "Establece unas reglas más claras y un código deontológico más riguroso", señalan desde Bruselas. Entre los cambios con respecto a la edición de 2011, el nuevo Código de Conducta amplía los tiempos que tienen que esperar los comisarios para realizar actividades tras su salida del Ejecutivo europeo, endurece las normas aplicables a los intereses financieros, aborda la definición de conflictos de interés, obliga a una mayor transparencia y contempla que los comisarios puedan presentarse a las elecciones al Parlamento Europeo sin tener que pedir una excedencia.

Periodo de incompatibilidad

Cuando se anunció la incorporación de Barroso a Goldman Sachs, el asunto se trasladó a la mesa del Comité Ético de la Comisión Europea, después de que la Defensora del Pueblo de la UE pidiera "explicaciones" a Juncker y más de 120.000 personas, entre las que había funcionarios europeos, exigieran sanciones "ejemplares". Sin embargo, el Comité Ético concluyó que el expresidente, que tiene derecho a una jugosa pensión pública vitalicia, no violó "su obligación de integridad y discreción", por lo que no se justificaba la imposición de sanciones. Entre otras cosas, recordaba el dictamen emitido, porque Barroso había cumplido el plazo de enfriamiento que tenían que respetar los comisarios antes de pasar al sector privado: 18 meses.

Sin embargo, a partir de este miércoles los miembros de la Comisión tendrán que esperar más tiempo antes de comenzar nuevos proyectos con posterioridad al cargo. Así, el artículo 11 del nuevo Código de Conducta amplía el periodo de incompatibilidad hasta los 2 años para poder desempeñar cualquier "actividad profesional", sea o no remunerada. En el caso del presidente del Ejecutivo europeo, ese periodo de enfriamiento será de tres años. Durante ese plazo de tiempo, los ex miembros de tendrán que informar a Bruselas sobre su intención de asumir cualquier nueva función.

Excedencias para las elecciones europeas

En la carta que Juncker envió en noviembre de 2016 a Schulz, ponía sobre la mesa otro de los objetivos fundamentales de la reforma del código deontológico: "Muchos de los actuales comisarios ya se presentaron como candidatos a las elecciones al Parlamento Europeo o son antiguos primeros ministros o ministros. En el futuro, como ocurre comúnmente en nuestros Estados miembros, quiero que los miembros de la Comisión puedan presentarse como candidatos a las elecciones europeas sin tener que abandonar sus tareas (...). Las elecciones al Parlamento Europeo son y deben ser una cita ineludible con la democracia, y esto también es válido para la Comisión".

El Código de Conducta de 2011 establecía que los comisarios que quisieran participar "activamente en las campañas electorales como candidatos a las elecciones europeas" tenían que pedir una suerte de excedencia –el "permiso electoral no remunerado"– en la que no podían "utilizar los recursos humanos o materiales de la Comisión". Esta "norma absurda", en palabras de Juncker durante el discurso sobre el estado de la Unión de 2016, ha sido eliminada en la reforma de 2018, en la que simplemente se fija que los comisarios "podrán participar" en campaña y "podrán también ser elegidos" por los partidos como candidatos a presidir el Ejecutivo comunitario. Ni una palabra sobre excedencias.

Este cambio será de aplicación en cuanto la Eurocámara dé luz verde, previsiblemente la próxima semana, a la actualización del Acuerdo Marco sobre las relaciones con la Comisión. En las últimas elecciones al Parlamento Europeo, seis dirigentes del Ejecutivo comunitario –el entonces vicepresidente económico Olli Rehn y cinco comisarios más– dejaron sus funciones en manos de otros compañeros durante más de un mes para participar en la campaña. "Todos los comisarios con excedencia electoral retomarán sus funciones a partir del 26 de mayo, y los que sean elegidos y decidan ocupar su escaño en el Parlamento Europeo tendrán que dimitir de su puesto a más tardar a finales de junio", señaló entonces la Comisión.

Intereses financieros

Pocos días antes de conocerse la entrada de Barroso a Goldman Sachs, el titular de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, compareció ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo por su presunta implicación en el caso Acuamed y los papeles de Panamácaso Acuamedpapeles de Panamá. A puerta cerrada, algunos eurodiputados le preguntaron por qué en su declaración de intereses no figuraba la empresa radicada en Panamá de la que su esposa fue apoderada. "Mis declaraciones de intereses reflejan la totalidad de actividades profesionales de mi mujer. No reflejan ningún otro interés financiero porque no había ningún interés financiero susceptible de generar un conflicto de intereses", apuntó a su salida en declaraciones a los medios.

Con la vista puesta en este tipo de escándalos, la Comisión ha decidido reforzar en la nueva normativa deontológica los criterios relativos a los intereses financieros de los comisarios. Si con el Código de Conducta antiguo los miembros del Ejecutivo europeo estaban obligados sólo a declarar "cualquier interés financiero –es decir, cualquier forma de participación financiera individualizada en el capital de una empresa– y elemento patrimonial que pueda generar un conflicto de intereses", tanto suyos como de su cónyuge, en la nueva normativa tendrán que declarar cualquier inversión que supere los 10.000 euros, con independencia de si puede plantear o no un conflicto de interés.

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Gastos de viajes

En el nuevo Código de Conducta, la Comisión introduce también algunos cambios en relación con las denominadas "misiones" –todo desplazamiento de un miembro de la Comisión en el ejercicio de sus funciones–. En este apartado, el reglamento ético que está en vigor desde este miércoles obliga al Ejecutivo comunitario a hacer público cada dos meses un resumen de los gastos de viaje de todos los comisarios –la primera de las publicaciones está prevista para finales del próximo mes de febrero–. Además, deja claro que "los viajes gratuitos ofrecidos por terceros" no se aceptarán "a menos que sean de conformidad con el uso diplomático" o a menos que el presidente lo autorice, un extremo que no estaba incluido en la norma de 2011.

También en materia de transparencia, con la nueva normativa ética se harán públicas todas las decisiones de la Comisión Europea y los dictámenes del Comité Independiente de Ética –organismo creado en el nuevo Código de Conducta para ofrecer asesoramiento a los comisarios en cuestiones éticas– en materia de incompatibilidades. La nueva norma, además, ofrece por primera vez una definición de conflictos de intereses y fija el principio de que los comisarios no solo deben evitar las situaciones de incompatibilidad, sino también todas aquellas que puedan ser percibidas como tal.

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