La España de la concertación

La España del bipartidismo ha vuelto a reverberar, a partir del nuevo ciclo electoral autonómico que desembocará en 2027 con los siguientes comicios generales. Extremadura, Aragón, Castilla y León y Andalucía son, esencialmente, los caucus donde PP y Vox se disputan la hegemonía política, antes que una prueba de fuego para el PSOE de Pedro Sánchez. No entenderlo así invita al error. Vox y PP son sólo dos piezas de un puzle que se irá perfilando en cada convocatoria electoral, atraídos por Pedro Sánchez a un escenario final: la confrontación de un frente democrático plurinacional contra un eje autoritario articulado entre Ayuso y Abascal.

El resultado en Extremadura ha vuelto a abrir el melón del concierto español en una parte del PSOE. El javierismo busca su revancha, dotando de dimensión nacional a lo que hemos venido en llamar aquí las guerras adrianas. Mientras tanto, Santiago Abascal modula la velocidad con la que pretende llevar a cabo el reemplazo del PP. Las cuitas internas en el corazón de Ferraz anticiparon un debate que este lunes cristalizó definitivamente, tras la debacle de Gallardo el pasado domingo. El fenómeno atmosférico llegó con el mismo dilema del prisionero que acabó con el bipartidismo hace diez años. ¿Debe el PSOE permitir que Guardiola gobierne sin Vox? Ese es el clima político que el viejo bipartidismo pretende crear y que también tiene su reflejo en los media del país. Ya lo adelantó el domingo pasado en su entrevista José Miguel Contreras. Hay movimientos mediáticos que se están adaptando a otro escenario. Para algunos periodistas, ciertamente, resulta más rentable trabajar contra la derecha instalada en La Moncloa que contra la España plurinacional.

¿Debe el PSOE abstenerse para que gobierne Guardiola en Extremadura sin el apoyo de Vox? Los últimos siete años de Gobierno de Pedro Sánchez deberían haber servido para responder a esta pregunta. Sin embargo, los estertores del pasado régimen han vuelto a dar señales de vida en boca de Juan Carlos Ibarra o Jordi Sevilla. Escucharemos también otras voces de muy distinta naturaleza: las de Ignacio Urquizu, Odon Elorza, Eduardo Madina o, incluso, Adriana Lastra, exvicesecretaria del PSOE, reclamando un proceso de regeneración interna. Como afirmamos anteriormente, esto no va de Paco Salazar ni de Ábalos o Cerdán, sino del poder interno en el PSOE.

El debate interno en Ferraz llega con el mismo dilema del prisionero que acabó con el bipartidismo hace diez años. ¿Debe el PSOE permitir que Guardiola gobierne sin Vox?

El factor autoritario y el PSOE bipartidista vuelven a encontrarse ante un presidente del Gobierno que se sostiene gracias a los apoyos parlamentarios de los grupos políticos que votaron a favor de su investidura. Amagan de una u otra forma con salirse del doho parlamentario, pero todos se quedan. Se equivocan aquellos que dan por cerrada una etapa en cuatro asaltos electorales. Los populares y el vetusto bipartidismo no podrán construir un proyecto nuevo que no sea plurinacional. El gran error político es pensar que se puede configurar una España alternativa simplemente utilizando a Pedro Sánchez como un catalizador del descontento. La noche electoral de 2027 volverá a abrirse un abismo en el espectro conservador. Volverán a estamparse contra una España que les seguirá resultando completamente irreconocible.

Para muestra, el botón que presenta la última encuesta de la casa Sigma Dos, publicada hace unas semanas. A pesar de la contención de daños desplegada por María Chivite en Navarra tras el cráter ocasionado por el caso Cerdán, la confianza política en el Gobierno navarro ha salido dañada. Esa encuesta sitúa al PSN-PSOE como la tercera fuerza más votada con un 17,5% de los votos. Se desploma 7 puntos. En Navarra, el Gobierno de coalición (PSN-PSOE junto a Geroa Bai y Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa) se sostiene con el apoyo parlamentario de EH Bildu, que aprueba presupuestos pero no gestiona. Técnicamente, quien mejor sale favorecido de este momento antipolítico es el partido de Arnaldo Otegi que, además, gobierna Pamplona con el apoyo de los socialistas navarros tras sacar adelante la moción de censura que tumbó a la alcaldesa de UPN. Sigma Dos sitúa a Bidu como segunda fuerza política, con un 20,3%. Los abertzales crecen, primero a costa de Geroa Bai y, desde el caso Cerdán, a costa también del PSN-PSOE. Contigo Navarra se mantiene estable en los márgenes del arco parlamentario. Todos estos elementos conducen a un nuevo “momentun político”: un Gobierno de Bildu con el apoyo de PSN-PSOE.

Volvamos a la sede del PP en la calle Génova. En la Junta Directiva Nacional de este lunes, un astuto expresidente extremeño, José Antonio Monago Terraza, advirtió sus dudas con elegancia e inteligencia ante un Feijóo capturado por Vox, al observar hasta dónde alcanzan los límites políticos de su propio partido: “Algunos tenían las expectativas excesivamente altas. Hay personas que consideran que el PP solo puede gobernar si tiene mayoría absoluta”. La España de la concertación matiza su propia capacidad. Monago sabe que el “principal adversario” del PP es el PSOE y en el PSOE saben que pactar un Gobierno con el PP sería tanto como abandonar a todo un país. El nombramiento de Elma Saiz como portavoz del Gobierno y de Tolón como ministra de Educación envía un mensaje desde el Ejecutivo –la firme creencia en esa España plurinacional– y un aviso a García-Page: el bipartidismo se disolvió hace 10 años.

Más sobre este tema
stats