INVESTIGACIÓN: 'SUISSE SECRETS'

Credit Suisse dicta el modo en que el fiscal federal suizo responde a la prensa

SS

Henry Pope (OCCRP)

Cuando un periodista preguntó a la Fiscalía Federal suiza en enero si se había iniciado alguna investigación después de que un informante revelara que Credit Suisse prestaba servicios a alguno de los personajes más turbios del mundo, la Fiscalía se puso en contacto con el banco para pedirle consejo sobre cómo formular su respuesta.

La verdad era que los fiscales estaban construyendo un caso, pero no contra el banco por ser un refugio seguro para las finanzas criminales. Perseguían al denunciante de la filtración de Suisse Secrets, una investigación internacional en la que participaron periodistas de 48 medios de comunicación en 39 países, que analizaron durante meses información sobre cuentas bancarias filtradas de Credit Suisse, la segunda entidad financiera de Suiza. La filtración incluyó más de 18.000 cuentas, que entre todas llegaron a reunir más de 100.000 millones de dólares. infoLibre fue el único medio español que participó en dicho proyecto periodístico, que estuvo coordinado por el consorcio OCCRP [puedes consultar aquí todas las informaciones publicadas].

Una investigación de Paper Trail Media y Tamedia muestra que, tras la consulta de un reportero del cantón de Tesino, la Fiscalía Federal suiza envió primero por correo electrónico su contestación prevista al departamento de prensa de Credit Suisse, solicitando cualquier "feedback" (información o comentarios) que pudiera tener el equipo de prensa del banco.

Fue entonces cuando empezó el tira y afloja entre el banco y la Fiscalía.

La Fiscalía había presentado en octubre una solicitud formal al Departamento Federal de Justicia y a la policía para que dieran su visto bueno a investigar al filtrador de los datos por delitos de espionaje económico.

Los fiscales estaban actuando sobre la base de una denuncia oficial presentada por Credit Suisse, pero el banco quería mantener en secreto este hecho. Por ello, exigió que se omitiera cualquier mención al banco en su respuesta al periodista.

Cuando la Fiscalía dudó inicialmente en acceder, el banco advirtió de que contrataría a un bufete de abogados para que interviniera en caso necesario. Finalmente, el fiscal superior de Suiza cedió y se limitó a informar al periodista de que se había abierto una investigación contra el denunciante por espionaje económico, dejando al Credit Suisse fuera de la declaración.

Suiza es famosa por aplicar quizá las leyes de privacidad bancaria más estrictas del mundo, que desafían incluso la libertad de prensa, al prohibir a los periodistas informar sobre datos bancarios que pongan al descubierto conductas delictivas de interés público como el blanqueo de capitales y la evasión fiscal.

Las herméticas leyes de privacidad bancaria han permitido a Credit Suisse hacer negocio durante décadas con dictadores, criminales y políticos corruptos de todo el mundo. Desde los años 40, Credit Suisse ha acogido a este tipo de clientes sabiendo que la ley le protegerá: en Suiza, cualquier publicación de datos bancarios confidenciales, incluso en casos que sacan a la luz comportamientos delictivos, puede acarrear enjuiciamiento y encarcelamiento.

Por eso, medios de comunicación suizos como Tamedia no pudieron participar en la investigación de Suisse Secrets, ya que los riesgos legales eran sencillamente demasiado altos.

"Suiza sencillamente no respeta las normas jurídicas europeas sobre libertad de expresión y libertad de prensa", denunció el secretario general de la Federación Europea de Periodistas, Ricardo Gutiérrez, tras la publicación de Suisse Secrets. "Esta práctica es digna de los peores Estados autoritarios. Hay que ponerle fin", añadió.

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En defensa de su correspondencia con Credit Suisse, un portavoz de la Fiscalía Federal declaró que la oficina tiene plena soberanía sobre sus procedimientos de comunicación. Sin embargo, la declaración también mencionaba que es necesario "sopesar los derechos personales de los afectados y el objetivo de máxima transparencia".

La máxima transparencia, al parecer, es una vía de sentido único en el sistema jurídico suizo. Algo que el experto en derecho penal suizo David Zollinger considera problemático. Antiguo miembro de la autoridad supervisora de la Fiscalía suiza durante seis años, Zollinger compartió su preocupación por el hecho de que "editar las respuestas a los medios de comunicación para la Fiscalía Federal definitivamente no forma parte del papel procesal de Credit Suisse en este proceso".

Por tanto, según Zollinger, deja al fiscal federal en una posición delicada no sólo el hecho de que se remitiera al banco la pregunta del periodista para empezar, sino que además se sometiera en última instancia a las exigencias del banco sobre cómo responder.

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