El dilema de los partidos de izquierda en Francia: juntos (y revueltos) o por separado

Las elecciones de 2022 fueron toda una lección para los partidos de izquierdas en Francia. A las presidenciales de abril cada uno presentó a su candidato y los resultados, excepto en el caso de Jean-Luc Mélenchon, candidato de Francia Insumisa, fueron penosos. Mélenchon consiguió el 21,95% en la primera vuelta frente al 23,15% de Marine Le Pen y el 27,85% de Emmanuel Macron, los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta. Más allá del tribuno Mélenchon, el ecologista Yannick Jadot se quedó en el 4,63%, el comunista Fabien Roussel con el 2,82%, la socialista Anne Hidalgo con el 1,74%, el anticapitalista Philippe Poutou el 0,76% y la trotskista Nathalie Arthaud el 0,56%.

El desastre les llevó a unirse. Para las legislativas de junio se creó la ‘Nueva Unión Popular Ecológica y Social o NUPES, una coalición de izquierdas que unió a la Francia Insumisa, a los ecologistas, a los comunistas y a los socialistas. Juntos, en esas legislativas llegaron al 25,66% en la primera vuelta y al 31,60% en la segunda. Eso convirtió a NUPES en la primera fuerza de la oposición con 131 diputados (75 de la Francia Insumisa, 31 socialistas, 27 ecologistas y 22 comunistas) en una Asamblea Nacional de 577 donde la primera fuerza eran los macronistas y la tercera la extrema derecha de Le Pen. La izquierda, ante un escenario sin mayorías absolutas, había conseguido fuerza suficiente para liderar la oposición.

Los meses pasaron y las calles de Francia estallaron ante la aprobación por decreto presidencial de la reforma de las pensiones, una movilización que la izquierda alentó pero de la que, al contrario de unos sindicatos que lograron unirse, no parece sacar beneficios. La coalición funciona como un conjunto de piezas, no como un todo coherente, y el ambiente interno es cada vez peor. El martes pasado los jefes de las formaciones que forman NUPES se reunieron para hablar del futuro y sobre todo para ventilar las cada vez mayores diferencias.

Los próximos comicios serán las europeas de mayo de 2024 pero la izquierda francesa duda de llegar unida a esas elecciones. Toca hacer balance. ¿Seguir juntos? Algunos partidos hablan de mantener la coalición en la Asamblea Nacional pero concurrir por separado a las elecciones europeas. En la reunión de la noche del martes participaron los “insumisos” Manuel Bompard y Manon Aubry, la ecologista Marine Tondelier, el comunista Fabien Roussel y el socialista Olivier Faure.

Como en muchos momentos de la corta vida de NUPES, las fuerzas que la integran deben hacer frente a las salidas espontáneas de Mélenchon, el hombre más popular de la formación pero también el más incómodo para muchas de sus partes porque a su eurofobia tradicional se une ahora su actitud de justificación de la agresión rusa a Ucrania, algo inaceptable para socialistas y ecologistas.

Antes de la reunión de los líderes de NUPES, Mélenchon dijo que la unión de las izquierdas “va ahora a la fase 2 de la existencia de esta alianza, de esta convergencia, del frente que es NUPES”. A los ecologistas y comunistas les olió a cuerno quemado porque el líder de la Francia Insumisa daba por sentado que la coalición seguiría adelante sin cambios. La reunión del martes, según medios franceses tanto de derechas como de izquierdas, fue tensa, como una mala reunión de familia cuando hay que repartirse la herencia.

Los comunistas son los más incómodos. Estiman que NUPES cumplió su función de hacer que la izquierda lograra un peso considerable en la Asamblea Nacional pero que ahora hay que ir a otra cosa. Estos serían los primeros que abandonarían el frente de izquierdas, los más parecidos programáticamente a la Francia Insumisa. Los socialistas, sin grandes líderes de referencia con tirón electoral, saben que fuera de NUPES son demoscópicamente invisibles pero creen que dentro de la coalición “se vuelve a la oposición entre nosotros”.

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Los ecologistas no se niegan a seguir en NUPES pero rechazan una lista común para las europeas, comicios en los que en 2014 y 2019 consiguieron buenos resultados acudiendo por su cuenta. El sistema electoral proporcional y a una sola vuelta, en lugar del tradicional francés mayoritario y a dos vueltas, les beneficia. A cambio, su líder, Marine Tondelier, aceptaría una candidatura presidencial única para las presidenciales de 2027, de las que saldrá el sucesor de Macron. Los ecologistas, muy europeístas, no ven cómo la coalición puede ir a las europeas cuando la idea de Europa de sus partes está tan alejada. La Francia Insumisa cree que ese plan acabaría para siempre con NUPES.

El elefante en la habitación son las presidenciales de 2027. La Francia Insumisa no está preparada para dejar caer a un Jean-Luc Mélenchon que después de su salida del Partido Socialista en 2008 ya fue derrotado tres veces, que asegura un resultado decente pero insuficiente para llegar a la segunda vuelta. Ante la fuerza y la resistencia de Marine Le Pen y la debilidad de la derecha tradicional, Mélenchon buscó siempre hacerse con la mayor parte los apoyos de la izquierda para forzar una segunda vuelta contra la ultra en la que pudiera aspirar al Elíseo. El cuento de la lechera.

¿Será Mélenchon candidato a las presidenciales en 2027, por cuarta vez consecutiva? ¿Renunciarán ecologistas y socialistas (abiertamente europeístas) a presentar sus candidatos para apoyar a un candidato eurófobo? La unión de la izquierda francesa tiene mala salud.

Las elecciones de 2022 fueron toda una lección para los partidos de izquierdas en Francia. A las presidenciales de abril cada uno presentó a su candidato y los resultados, excepto en el caso de Jean-Luc Mélenchon, candidato de Francia Insumisa, fueron penosos. Mélenchon consiguió el 21,95% en la primera vuelta frente al 23,15% de Marine Le Pen y el 27,85% de Emmanuel Macron, los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta. Más allá del tribuno Mélenchon, el ecologista Yannick Jadot se quedó en el 4,63%, el comunista Fabien Roussel con el 2,82%, la socialista Anne Hidalgo con el 1,74%, el anticapitalista Philippe Poutou el 0,76% y la trotskista Nathalie Arthaud el 0,56%.

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