Israel utiliza la ayuda como "arma de guerra" y se salta el acuerdo de paz al dificultar la entrada de suministros

Tras seis meses de bloqueo total y con la hambruna extendida por toda Gaza, el alto el fuego ha permitido que este fin de semana entraran en la Franja los primeros camiones con ayuda humanitaria. Desde los cruces fronterizos reabiertos de Kerem Shalom y Al Auja, las organizaciones estiman que, como mínimo, se necesitan entre 500 y 600 convoyes diarios para garantizar la supervivencia de la población, unas cifras similares a las de la tregua acordada en enero.

No obstante, la situación es mucho más extrema que a comienzos de año. La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), un sistema internacional respaldado por la ONU que mide la situación alimentaria, oficializó en agosto que todo el enclave sufría hambruna. Una decisión que solo se ha tomado en tres ocasiones desde su creación: en 2011 en Somalia, en 2017 en Sudán del Sur y en 2024 en Sudán.

Además, un estudio, publicado el pasado jueves en la revista científica The Lancet y dirigido por la UNRWA, afirmó que 54.000 niños gazatíes menores de cinco años sufren desnutrición aguda. Una situación que, según el Ministerio de Salud de Gaza, ha provocado la muerte de 151 menores por hambre desde que comenzaron los bombardeos, la mayoría de ellos en 2025.

Las principales organizaciones humanitarias sobre el terreno califican el alto el fuego como "esperanzador" y "necesario desde hace muchísimo tiempo". Raquel Martí, directora del comité español de la UNRWA, señala a infoLibre que "estos días la población está respirando por primera vez desde la anterior tregua, pero aunque ahora las bombas no matan, sí lo sigue haciendo la hambruna". Martí advierte también de que Israel "ha deshumanizado a toda la población" y "ha utilizado la ayuda humanitaria como un arma de guerra" para castigarla colectivamente.

"Hay muchas entradas en Gaza que siguen cerradas"

Pese a la reapertura de dos cruces fronterizos y la entrada de los primeros camiones, las organizaciones denuncian que el bloqueo israelí sigue existiendo. Blanca Carazo, responsable de Programas Internacionales en UNICEF España, alerta de que "hay muchos pasos o entradas a la Franja de Gaza que siguen cerradas". "Necesitamos que se abran y que la ayuda pueda llegar a toda la población por esas distintas vías", añade.

Además del cierre de dos de los cinco pasos fronterizos, Martí denuncia que los controles y la burocracia siguen siendo "igual de exhaustivos" que durante los meses de bloqueo. "Estamos pidiendo que Israel aligere todo el protocolo y el procedimiento de entrada de camiones porque sigue siendo lentísimo. Toda la burocracia que conlleva la operación provoca que, de los 400 que, por ejemplo, llegan desde Egipto, no pasen todos a Gaza", incide Martí.

Otro de los puntos que señala la representante de la UNRWA es que la presencia de soldados israelíes, pese a la retirada parcial, continúa dificultando la obtención de alimentos por parte de la población. "El ejército ahora mismo ocupa el 58% de la Franja de Gaza, que además coincide con las zonas más fértiles a nivel agrícola. Con lo cual, hasta que no se retiren del todo, si es que se retiran, no se va a poder cultivar", añade.

Los 600 camiones diarios que prometió Trump

El plan para Gaza de Donald Trump y Benjamin Netanyahu recoge en su séptimo punto que "la ayuda llegará a la Franja a un ritmo no inferior a los límites establecidos en el acuerdo de rehenes de enero de 2025", lo que supone la entrada 600 camiones al día. Una cifra que los negociadores palestinos han matizado, estableciendo que inicialmente habrá un mínimo diario de 400. No obstante, Martí ha afirmado que este domingo no se alcanzó esa cifra inicial, según los datos de su organización.

Además, Carazo califica esa cantidad como "insuficiente" ante la situación "extrema" en la que se encuentra Gaza. "Junto a la ayuda alimentaria, hay que responder a las necesidades de un país sin agua y sin servicios mínimos. Por eso estamos priorizando el gasoil y el gas para cocinar, pero también todo lo que sean elementos para reparar el sistema de agua y de saneamiento", explica la portavoz de UNICEF.

Ambas portavoces critican que el séptimo punto del plan deja "muchas incógnitas" respecto a la entrada de los suministros. "No sabemos si entre esos 600 camiones se dejará meter material de construcción, que se necesita para intentar, no ya reconstruir, sino acondicionar las casas de cara al invierno, porque la gente no puede pasarlo en una tienda de campaña", advierte Martí.

Miedo a un alto el fuego que "puede saltar por los aires"

La ayuda humanitaria comienza a entrar en la Franja de Gaza procedente de Egipto

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Las organizaciones humanitarias también temen que, una vez completada la entrega de los rehenes israelíes, la ofensiva militar se reactive, como ya ocurrió en treguas anteriores. El Gobierno de Netanyahu rompió el anterior alto el fuego en marzo, cuando decidió volver a atacar Gaza y bloquear la entrada de ayuda humanitaria. La representante de la UNRWA recuerda que "esta es la tercera tregua en dos años y las anteriores fueron rotas, principalmente por Israel, que cambió las fases y la duración que ya estaban pactadas".

Las dudas se alimentan también por las divisiones dentro del propio Gobierno de Benjamin Netanyahu. Varios ministros ultras han dejado entrever su rechazo a mantener la tregua y han amenazado públicamente con reanudar la ofensiva en cuanto se cierre el intercambio de rehenes. Incluso, el ministro de Seguridad Nacional, Bezalel Smotrich, ha hecho público su oposición al principio del acuerdo de paz.

Para las ONG, esas declaraciones confirman que el pacto es "muy frágil" y "puede saltar por los aires". "Nos da miedo que en cualquier momento vuelva a romperse y la población vuelva a quedar atrapada entre los bombardeos y el hambre", alerta Carazo.

Tras seis meses de bloqueo total y con la hambruna extendida por toda Gaza, el alto el fuego ha permitido que este fin de semana entraran en la Franja los primeros camiones con ayuda humanitaria. Desde los cruces fronterizos reabiertos de Kerem Shalom y Al Auja, las organizaciones estiman que, como mínimo, se necesitan entre 500 y 600 convoyes diarios para garantizar la supervivencia de la población, unas cifras similares a las de la tregua acordada en enero.

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