Un "plan de paz" para Gaza sin contar con los palestinos: Trump y Netanyahu "buscan retratar a Hamás"
Tras el discurso ante la Asamblea de la ONU, Netanyahu ha ido un paso más allá en su plan para dominar Gaza con el documento anunciado este lunes junto a Trump en la Casa Blanca. Ambos detallaron un texto con 20 puntos que contempla un alto el fuego en Gaza a cambio de la liberación de los rehenes israelíes y la creación de un Gobierno de transición sin presencia de Hamás y tutelado por Estados Unidos.
Un plan desarrollado a la carta para Israel, pero al que los mandatarios europeos han dado la bienvenida recordando la solución de los dos Estados. Pedro Sánchez ha mostrado simpatía hacia el acuerdo en X y ha subrayado que "es la hora de que cese la violencia". El primer ministro francés, Emmanuel Macron, también ha escrito un mensaje similar en sus redes, aunque ha apuntado que "Hamás no tiene otra opción que liberar a todos los rehenes y seguir el plan".
Pese al apoyo recibido por los mandatarios internacionales, Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), tacha el documento como un "plan con el que buscan retratar a Hamás" y "sin bases para llegar a ningún acuerdo". "Es una estrategia diseñada por Estados Unidos, una parte implicada y claramente alineada con Israel. Por lo tanto, no tiene la legitimidad que le pueda dar la ONU y, además, no ha sido negociado ni con la Autoridad Palestina, ni con Hamás", añade.
"Si Hamás rechaza tu plan, Israel terminará el trabajo solo"
De los 20 puntos presentados en el plan, solo uno contiene un plazo concreto: Hamás tendría 72 horas para entregar a todos los rehenes una vez Israel lo acepte formalmente. Una exigencia que el grupo islamista radical ha recibido sin ningún tipo de negociación previa y ya ha rechazado la desmilitarización que Netanyahu y Trump le piden. "Si Hamás entrega a las personas que tienen secuestradas, se quedarían sin ninguna baza de negociación y dejarían a Israel y a Estados Unidos que pudieran determinar en cada momento si se están cumpliendo las condiciones o no", subraya Núñez Villaverde.
Ante esta dificultad de conseguir un acuerdo, Trump le confirmó a Netanyahu que "si Hamás rechaza tu plan, presidente, Israel terminará el trabajo solo". Además, el líder israelí añadió que "se hará por la vía fácil o por la vía dura, pero hay que hacerlo".
Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid, señala que la táctica de anunciar una posibilidad de acuerdo, pero a su vez boicotearlo en el terreno, es "una práctica común" en los mandatarios israelíes. "Desde Ben-Gurión hasta Netanyahu utilizan esta estrategia dilatoria de torpedear cualquier tipo de acuerdo. En este caso, al no haber ningún tipo de plazo ni de compromisos, pueden aplazar esa reconstrucción o no realizarla una vez consigan lo que les interesa", añade.
Núñez Villaverde también pone el foco en el "interés personal de Netanyahu" para que no se cumpla el plan y pueda "perpetuarse en el poder". Además de la orden de detención internacional, el primer ministro israelí se enfrenta a tres casos separados de corrupción que se presentaron en 2019, que incluyen acusaciones de fraude, soborno y abuso de confianza. "En la medida en que sea primer ministro, se le permite estar blindado retrasando así la celebración de los juicios y tratando de evitar una condena que podría terminar con él en la cárcel. Para Netanyahu, la continuación de la masacre es la palanca más importante que tiene en sus manos para evitar unas elecciones anticipadas que le podrían hacer perder ese blindaje", amplía.
Blair y Trump en la Junta de la Paz
El documento señala que durante el proceso de reconstrucción y desarme, "Gaza se regirá por el gobierno transitorio temporal de un comité palestino tecnocrático y apolítico" sin presencia de Hamás. Dicho Ejecutivo estaría a su vez controlado por un nuevo organismo llamado la "Junta de la Paz", presidido por Trump e integrado por líderes mundiales como Tony Blair. El ex primer ministro británico ha estrechado lazos en los últimos meses con el círculo más próximo a Trump, participando en reuniones en la Casa Blanca junto al yerno del presidente, Jared Kushner, y al magnate inmobiliario Steve Witkoff, ambos implicados en el diseño del futuro económico de la Franja. El borrador del proyecto, conocido como GREAT Trust, plantea convertir Gaza en un espacio de inversión con proyectos turísticos e inmobiliarios, donde Blair aparece como nexo entre la política y el negocio privado.
Además de la del presidente estadounidense, la participación del ex primer ministro británico ha levantado críticas debido a su pasado en la región. Blair, junto a George Bush y José María Aznar, formó parte del conocido "trío de las Azores", que afirmó falsamente que Irak tenía armas de destrucción masiva y encabezó la posterior invasión del territorio gobernado por Sadam Husein. "Toda la gestión de las políticas y el protagonismo en el hipotético proceso de reconstrucción recaería sobre una entidad en la que participa un tipo tan oscuro como Tony Blair. Es decir, después de prácticamente un siglo de la repartición de Sykes-Picot, volverían a nombrar a un británico como prácticamente procónsul de la Franja", explica Álvarez-Ossorio.
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Ni 24 horas desde la presentación del plan en la Casa Blanca ha tardado Netanyahu en afirmar que no reconocerá el Estado de Palestina, aunque el punto 19 deja la puerta abierta a la solución de los dos Estados: "a medida que avance la reconstrucción de Gaza y se lleve a cabo fielmente el programa de reformas de la Autoridad Palestina, podrían darse finalmente las condiciones para una vía creíble hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino".
Dicha posibilidad, según los expertos, está "cargada de condicionantes previos y difíciles de conseguir". "Sin el final de la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania no hay posibilidad ninguna de que exista un Estado palestino independiente, pues si ahí no se habla del final de la ocupación, seguimos sin Estado palestino a la vista", incide Núñez Villaverde.
Ante este acuerdo, que minimiza el reconocimiento de Palestina, los expertos critican la "subordinación" de la comunidad internacional. Núñez Villaverde señala que "lo único que hace un Gobierno como el español es admitir que eso es lo que hay y que ojalá funcione". Poniendo el foco en la región, Álvarez-Ossorio también destaca el apoyo de los países árabes a Israel. "Han vuelto a demostrar que no hay unidad. Muchos de ellos incluso han normalizado plenamente sus relaciones con Israel y son aliados estratégicos. No solo es que hayan establecido relaciones, sino que tienen intereses comerciales, económicos y también militares", concluye el catedrático.