El adquiriente fallido
El adquiriente fallido
En sus horas de ocio que eran las más, el coronel Aureliano Buendía dio en labrar pequeños peces de oro. Enterado de la existencia de tal artesano, Don Quijote concibe la idea de adquirir una de esas joyas para su amada. Es de lamentar que los rencorosos gigantes lo apresen antes de que tenga ocasión de llevar a cabo sus intenciones. Así es como el hidalgo había de imaginar, frente al pelotón de fusilamiento, una tarde tan remota como solo puede serlo aquella que nunca será. Una tarde en la que Dulcinea luzca tal joya sobre su pecho.
Resumen urgente
Apuesta, incluso, lo que le resulta imprescindible y cuando lo imprescindible se acaba, en cuanta covacha ilegal halla, apuesta lo ajeno. Una vez inmerso en esa fuerza que lo succiona, descubre que retener el trabajo, así como a la familia, es una tarea titánica para su energía ya escasa. Ahora, da vueltas dentro de un remolino sobre cuyas rocas punzantes del fondo, hasta el buen nombre pierde.
Y falta poco para que este mal que le arrebata el ánimo se extienda, e infecte con violencia la poca sangre libre de tormento que aún le resta.
Un amparo menudo
Algoritmos
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Entrelaza sus manos y las ahueca, hace de ellas un nido donde cobijarse.
Allí, con la piel ovillada en lágrimas, espera que los golpes amainen, que se produzca una tregua. A medida que pasa el tiempo, la relación se afianza y las treguas son cada vez más cortas.
*La argentina Patricia Nasello ha publicado cinco libros de microrrelatos, entre otros libros. Ha participado en antologías, colaborado en periódicos y revistas culturales de diversos países de Europa y América. Desde el 2021 dicta el Seminario de Escritura Creativa en la Maestría en Investigación/Creación Arte y Contexto, en la Universidad de Nariño (Colombia).