Algoritmos

Nana Rodríguez Romero

Nana Rodríguez Romero

Algoritmos

No me dejan concentrar. Me persiguen cada vez que me conecto, se abren ventanas como arte de magia o brujería, hablan al unísono. Cada día que pasa crecen, se regeneran, son como un rizoma en un único sentido. Aseguran que me conocen al dedillo, a mí que soy tan experta navegante del gran océano.

Hasta en sueños siguen mis pasos, mis secretos. Son indestructibles. Y fieles hasta el delirio.

Click.

Si reinara el silencio.

Gramática del buen dormir

Llegada la hora, despójese de las prendas del día, desconecte las pantallas, realice un correcto cepillado de los dientes, tiéndase de la manera más relajada, cuando la vida le pese demasiado, y espere, espere…

No mire el reloj. Dos, tres de la madrugada. Se levanta, prepara un té de tilo y adormidera. Repasa el libro que tiene en la mesita de luz, Vivir en horizontal, sabe que yacer es un privilegio, las camas son el territorio de las complacencias, lo registra la historia y la evolución de estos artefactos.

Amanece, la gramática es un caos.

Estar atentos

Vendo planes exequiales, vendo planes exequiales, pregona la muchacha joven y fresca, por las calles del centro de la ciudad. Los transeúntes siguen sus rutas automatizadas, no escuchan, la vida transcurre con normalidad, las palomas de la plaza picotean granos de sol en el piso deslumbrante del mediodía.

Danza en el mar

Danza en el mar

Algún curioso observador sonríe con malicia y mira extasiado a la muchacha.

La muerte no sorprende, pero avisa.

*Nana Rodríguez Romero nació en Colombia. Ha escrito novelas, poesía y microrrelatos. Entre sus libros se cuentan La casa ciega y otras ficciones, El sabor del tiempo, efecto mariposa y Elementos para una teoría de la minificción. Su obra ha aparecido en diversas antologías de microrrelatos, publicadas en distintos países. Es profesora de Humanidades en la Universidad Pedagógica Tecnológica, de Bogotá.

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