La portada de mañana
Ver
El PSOE se lanza a convencer a Sánchez para que continúe y prepara una gran movilización en Ferraz

Lo mejor de Mediapart

Una atmósfera de guerra fría en medio de la pandemia

El presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión con miembros de la comunidad empresarial en el Novo-Ogarevo.

François Bougon | Matthieu Suc (Mediapart)

Un miembro de los servicios de inteligencia que cuenta en su haber algunas guerras y varios atentados no está tranquilo viendo que la crisis del coronavirus tiene implicaciones en su campo de actividad. “Deberíamos todos empujar en el mismo sentido para contener la epidemia. En lugar de eso, algunos ponen palos en las ruedas de todo el mundo en nombre de sus intereses particulares. ¡A ese nivel podría hablarse de traición!”

¿De quién habla? ¿De los servicios del Estado insuficientemente coordinados? ¿De los tradicionales detractores sin temática que alimentan las redes sociales con fake news (no les citaremos aquí)? No, este espía se refiere para su satisfacción a los aparatos de propaganda y a las granjas de trolls... de potencias extranjeras.

Estos últimos días, varias fuentes han manifestado a Mediapart su rabia por las operaciones llevadas a cabo por diferentes Estados aprovechando el ambiente de maquinación sobre el origen del virus para emprender campañas de desinformación, manipular a la opinión pública y criticar la acción de otros gobiernos, que son tratados de incompetentes en comparación con la eficacia de la que alardean sus regímenes totalitarios.

En primer lugar, se encontraría, según una nota dirigida a las más altas instancias del Estado, “la acción voluntarista de los aparatos de propaganda ruso, chino e iraní que buscan desviar la atención mediática de sus propias responsabilidades”.

Rusia ha sido señalada en un corrosivo informe interno de la Unión Europea revelado la semana pasada por el Financial Times. El informe de nueve páginas, del 16 de marzo, describe, según el diario financiero británico, “una gran gama” de intentos a escala internacional para explotar la pandemia del Covid-19 al difundir “relatos inverosímiles”. Según el análisis del servicio diplomático europeo, “el objetivo global de la desinformación del Kremlin es agravar la crisis de salud pública en los países occidentales, en especial socavando la confianza del público en los sistemas sanitarios nacionales, impidiendo así una respuesta eficaz a la epidemia”.

Siempre según el Financial Times, la UE ha registrado desde el 22 de marzo cerca de 80 casos de desinformación imputables a cuentas falsas “relacionadas con el Estado ruso”. El contenido de esa propaganda pro Kremlin, para asegurar su publicidad, está escrito en inglés, español, italiano, alemán y francés, y asegura sobre todo que el coronavirus es “una creación humana, organizada por Occidente”.

Según las informaciones de Mediapart, la propaganda pro Kremlin en Francia se limita por el momento a valorar la gestión “excepcional” de la pandemia por parte de Rusia. Es un mensaje sencillo: “Rusia, cero muertes y solo 20 infecciones. Gracias a que ha protegido las fronteras desde el primer momento y a que ha puesto a los turistas en cuarentena”. Y una imagen crucial en la que se ve a Vladimir Putin relajado, junto al mapa de una Europa invadida por el coronavirus... salvo la Santa Rusia. Un meme que se ha hecho viral estos últimos días.

Peinando bien las redes sociales y dirigiéndose a grupos de apoyo, a las fuerzas del orden y a grupos como los chalecos amarillos, algunos perfiles falsos transmiten en un mal francés artículos de prensa sobre el miedo de los franceses, la necesidad de cerrar las fronteras, etc.

En un informe de 2018 dedicado a las “manipulaciones de la información (referencia completa en la caja negra), investigadores de los ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores recordaban que la dezinformatzia, la desinformación rusa, es en primer lugar reactiva: “El Kremlin no crea tanto las crisis sino que más bien se aprovecha de las vulnerabilidades existentes, las divisiones y las tensiones políticas o intercomunitarias, echando leña al fuego”.

La propaganda china opera, según el mencionado informe, de una forma mucho más ofensiva con el fin de redimirse del origen del virus y al mismo tiempo responder a las violentas provocaciones de Donald Trump quien, durante mucho tiempo, ha estado hablando del “virus chino” en su entorno y otros del “virus de Wuhan”, expresiones recogidas en los EEUU por muchos medios o webs conservadores o de extrema derecha, como señalan en Media Matters.

El Estado-Partido está en plena ofensiva propagandística dirigida a la vez a los ciudadanos chinos y los extranjeros. Tenemos ahí elementos clásicos de una estrategia puesta en marcha desde la llegada al poder de Xi Jinping a finales de 2012: mostrar que el modelo dictatorial chino es tan legítimo, incluso más eficaz, que las democracias occidentales acusadas de querer impedir el despegue de China como gran potencia, y que pueden aportar al mundo una “solución china” ante los desafíos de la globalización. Xi utilizó esta expresión por primera vez en julio de 2016 en la celebración del 95º cumpleaños del Partido Comunista chino: “Los miembros del Partido y el pueblo chino saben que pueden aportar una solución china a la búsqueda de la mejor forma de sociedad”, dijo.

Para difundir este savoir faire, en el caso de la gestión de la epidemia que ha sido contenida a pesar del retraso inicial en reaccionar, conviene movilizar a fondo el faire savoir que es el potente aparato de propaganda. En 2013, subraya el encargado de investigación en la Fundación para la Investigación Estratégica (FIE), Antoine Bondaz, Xi fijó las bases de la propaganda exterior asignándole la tarea de “contar mejor la historia de China y hacer oír su voz”. En este momento, escribe Antoine Bondaz en una nota publicada en la web de la FIE, “mientras las autoridades chinas tratan de hacer olvidar sus responsabilidad y de minimizar sus errores en la gestión inicial de la epidemia de Covid-19, están buscando ahora aprovechar la pandemia para promover la diplomacia sanitaria del país con el fin de alcanzar objetivos políticos, diplomáticos y económicos”.

Eso es lo que hace Pekín al utilizar todos los medios posibles –entre ellos la censura reforzada de medios y redes sociales dentro de sus fronteras (ver comunicado de la FIE aquí)– para promover lo que algunos han bautizado como “diplomacia de la máscara”, poniendo el acento en los envíos de material a todos los países afectados, en Europa y África. Entrevistada por la Deutsche Welle, Maria Repnikova, una experta en comunicación política china de la Universidad Georgia State en los EEUU, cree que China ha conseguido pasar del estatuto de “víctima” al de “profesor” o “líder”.

Lo que es relativamente nuevo, y que se ve perfectamente en este momento, es la utilización masiva de redes sociales, como Twitter, para promocionarse. Hemos visto aparecer a embajadores chinos en esta plataforma americana bloqueada en China. Uno de los primeros en hacerlo fue Zhao Lijian, que se creó una cuenta cuanto estaba destinado en Washington entre 2009 y 2013. El pasado mes de julio, siendo número dos de la representación de su país en Pakistán, creó una polémica al responder a las acusaciones contra China por la represión de poblaciones musulmanas en Xinkiang con un tuit que denunciaba el racismo de Estado en los EEUU. Algunos pensaron que su retirada era una sanción. Ni mucho menos. Se trataba de un ascenso. Ahora es uno de los portavoces del ministerio de asuntos exteriores que conducen la conferencia de prensa diaria.

Zhao no ha dudado en lanzar teorías conspirativas dando a entender que la epidemia habría sido transmitida por militares americanos llegados a China en octubre para participar en los Juegos Mundiales Militares. Zhao representa a esa nueva generación -nació en 1972, año de la visita histórica de Richard Nixon a China- decidida a responder sin guantes de seda a los americanos. En la vieja guardia, todavía ligada a ciertos principios, está el embajador de China en los EEUU, Cui Tiankai, de 67 años, que ha calificado de “loca la teoría conspiranoica lanzada por Zhao.

La embajada de China en Francia no se queda atrás y también ha transmitido teorías complotistas al filtrar tuits poco diplomáticos en los que los medios son calificados de “fascistas que hacen propaganda del supremacista blanco”. Como prueba complementaria de esta nueva propaganda china desplegada en Twitter, en febrero ha sido creada una cuenta del “Consulado General de China en Estrasburgo”, y en marzo otra del “Consulado General de China”en Lyon. Las dos solo se dedican a transmitir contenidos sobre el coronavirus y las ayudas procedentes de China.

“Una de las más amplias campañas de ciberespionaje de los últimos años”

Lo que también es nuevo es el recurso a retóricas y a métodos que parecían reservados hasta ahora a los rusos, como utilizar cuentas falsas o cuentas hackeadas para transmitir mensajes favorables al régimen comunista chino. Eso es lo que muestra un estudio exhaustivo de ProPublica, basado en el análisis de miles de cuentas Twitter desde agosto de 2019. Hay agencias privadas chinas muy solicitadas que incluso proponen a personalidades que tuitean en chino con más de 10.000 seguidores pagarles para que lancen mensajes en favor de Pekín: ironías del destino, hemos conocido los detalles porque una de esas personalidades ha contactado con un artista chino-australiano, conocido por sus críticas al régimen chino. Le ofrecieron 240 dólares por cada tuit publicado con un video de propaganda de quince segundos.

El domingo, la secretaria de Estado de Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin, ha lamentado los montajes destinados a la propaganda. “A veces es más sencillo hacer propaganda con bonitas imágenes e instrumentalizar lo que pasa”, ha dicho. “Me refiero a China y a Rusia, que hacen montajes con cosas que no deben instrumentalizarse, como la solidaridad”, subrayó.

“Muchos investigadores afirman que China no hacía como Rusia, aludiendo a la segunda como un 'huracán' y a la primera como un 'cambio climático' (hablando de su propaganda exterior). Pero hoy China utiliza las mismas herramientas que Rusia. Esta estrategia agresiva solo era utilizada por Taiwan. Ahora lo hace en todos los sitios, incluso en Europa”, opina Antoine Bondaz.

Hemos preguntado a un reconocido especialista de la inteligencia francesa, y nos ofrece una opinión discordante con relación a nuestras otras fuentes: “Para mí esto no es injerencia, tal como la entienden nuestros servicios. Aquí no hay actores que se mueven enmascarados. Incluso los trolls de las redes sociales son conocidos desde hace tiempo. Las cosas son relativamente claras y cada uno hace su jugada habitual. Estamos en un juego que depende más de la diplomacia”.

En cambio, lo que compete al espionaje 2.0 son los ciberataques. Los investigadores de FireEye, una empresa de seguridad informática americana, han denunciado en una nota publicada el jueves 26 de marzo, una campaña iniciada por el grupo APT41, hackers chinos próximos al Gobierno de la República Popular. “Una de las más vastas campañas de un actor chino de ciberespionaje que hayamos visto en los últimos años”, afirman.

Entre el 20 de enero y el 11 de marzo, los hackers chinos han tratado de aprovecharse de las vulnerabilidades en los sistemas informáticos de al menos 75 empresas de unos veinte países, entre ellos los EEUU, Reino Unido, Italia y Francia. Entre las víctimas están los bancos, industrias de defensa y también empresas farmacéuticas y de sanidad. Los investigadores de FireEye destacan que ha habido cierta calma en el pirateo entre el 23 de enero y el 1º de febrero, “debido probablemente a la vacaciones por el nuevo año lunar chino”.

En base a los resultados publicados por FireEye, la web francesa 01net, especializada en nuevas tecnologías, considera que “la crisis del coronavirus no es probablemente el detonante de esta campaña, que empezó claramente antes de que la situación sanitaria se degradara en los países occidentales. Pero es verdad que el caos organizativo creado por el Covid-19 ha simplificado el trabajo de los hackers chinoshackers. Entre las actividades paradas, los empleados enfermos y el personal que teletrabaja, es difícil mantener un buen nivel de seguridad. Es probable que grupos de hackers de otros países traten de aprovecharse de esta situación”.

La agencia Reuters reveló el 23 de marzo los ciberataques lanzados contra la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), atribuidos al grupo de hackers DarkHotel, de Corea del Norte. Según Reuters, habrían intentado colarse a primeros de marzo en la mensajería de la OMS, implicada en la lucha para contener el Covid-19.

El 15 de marzo, la web del Departamento de Sanidad y Servicios Sociales de los EEUU fue también uno de los objetivos con un método similar. Según la agencia Bloomberg, se ha abierto una investigación para ver si hay o no un Estado detrás de este ciberataque que busca desestabilizar el sistema sanitario americano.

Unos días antes, el personal del hospital universitario de Brno, en la República Checa, tuvo que apagar todos los ordenadores a causa de un ciberataque que acababan de recibir en la madrugada. En ese hospital está uno de los 18 laboratorios utilizados por la República Checa para hacer los test de contaminación por coronavirus. Como consecuencia del ataque, han sido retrasados los resultados de los test.

En Francia, como ha publicado L'Express, la Asistencia Pública-Hospitales de París (AP-HP), ha sufrido un ataque el último fin de semana que solo ha durado una hora pero ha sido necesario cortar el acceso a Internet de algunos servicios. Es un ataque Ddos (denegación de servicios) cuyo objetivo es saturar los servicios informáticos con falsas consultas con el fin de hacerles inaccesibles. Una forma que, según nos aseguran dos fuentes, una del mundo de la inteligencia y otra del ciberespacio, no es muy sofisticada. Se ha encargado una investigación a la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) para determinar quién tenía interés en paralizar parte del funcionamiento de la AP-HP.

Sin prejuzgar los primeros análisis, la teoría de que son ciberactivistas franceses no sería muy creíble, ya que han hecho saber al principio de la crisis que no querían perturbar la lucha contra el Covid-19. Por contra, no se excluye que este ataque haya sido accidental. Ciberpiratas que buscaban vulnerabilidades habrían caído en las de la AP-HP, lo que podría explicar que, viendo con quien se metían, no hubieran continuado.

La web gubernamental Cybermalveillance.gouv.fr hace un recordatorio en varios comunicados (aquí y aquí) a los que teletrabajan sobre cómo reforzar sus medidas de seguridad informática.

Una historia política del balcón en tiempos del coronavirus

Una historia política del balcón en tiempos del coronavirus

Traducción de Miguel López.

Texto original en francés.

Más sobre este tema
stats