Misoginia, acoso y violencia sexual: la otra cara del 'influencer' de la izquierda francesa Dany Caligula
Podría haber sido un microevento, como los que suelen ocurrir en el mundo del streaming: un influencer anuncia que se va a tomar un descanso y reaparece unas semanas más tarde. Pero la ida y vuelta de Dany Caligula en Internet es la punta del iceberg de una historia que se remonta a una década.
El 5 de marzo de 2025, el streamer político anuncia que se retira del canal de la plataforma Twitch en el que copresenta el programa en directo “Dany et Raz”, producido por la empresa Zawa Prod, de la que es el principal accionista. “Un día nos van a cancelar. Nos amenazan con eso. Hay gente que quiere acabar con nosotros”, advierte su compañero Raz. Ninguno de los dos son muy claros y hablan atropelladamente de las relaciones amorosas de Dany Caligula, tanto antiguas como recientes.
Tres semanas más tarde, Dany vuelve sonriente al micrófono. “Casi he olvidado lo que se siente al estar aquí”, bromea. Durante cuarenta minutos, lee un texto autobiográfico salpicado de análisis políticos sobre la necesidad de “hacer un frente” de izquierdas, pero también de “condenar con menos dureza” a las personas acusadas de violencia psicológica, sexista y sexual.
El influencer, de 32 años, que recientemente ha entrevistado en su canal a Jean-Luc Mélenchon, François Ruffin y Rima Hassan, se ve a sí mismo como un “neoeditorialista” de izquierdas. En la plataforma Twitch, “Dany et Raz” se acerca a los 100.000 suscriptores. Y en sus perfiles personales, Dany Caligula —seudónimo— tiene 111.000 seguidores en YouTube y 60.400 en Instagram.
Su socio Raz y él emplean a nueve personas, tanto para los programas de Twitch como para “Zawa Show”, encuentros públicos que reúnen a miles de interesados. Uno de sus leitmotivs es la cruzada contra la “izquierda moral”. Dany Caligula ha construido su carrera en gran medida sobre la importancia de la rehabilitación.
Mediapart ha hablado con unas veinte personas que han trabajado con Dany Caligula y han compartido su vida personal o sentimental. Algunas revelan sus comentarios violentos fuera de micro. Otras denuncian actos de violencia psicológica y verbal que pueden llegar a constituir acoso. Una mujer denuncia una relación de dependencia, otra, una violación. Hasta la fecha no se ha presentado ninguna denuncia y el interesado niega en gran parte estas acusaciones.
Durante una larga entrevista con Mediapart (ver caja negra), Dany Caligula mencionó “depresiones”, confirmó haber recurrido en ocasiones al “chantaje suicida” y haber “acosado” a una de sus exparejas. Considera que la acusación de violación es una “transformación” a posteriori de un suceso que califica de “vago”. “Nadie sobrevive a las VSS [violencia sexista y sexual, ndr] en la izquierda ”, afirmó de entrada. “Nadie intenta comprender, y es un ‘golpe gratis’ para nuestros adversarios, tanto de extrema derecha como de izquierda”.
Dos días en Montpellier
Marion tiene 32 años. Si hoy decide hablar es porque “por fin ha dejado de tener miedo” a quien ella llama “su violador”. Marion es una artista apreciada por sus obras feministas, muchas de las cuales abordan el tema de la reconstrucción tras una violación. No quiere esconderse, pero pide que no se mencione su nombre artístico para “no ser definida por él”.
La historia que cuenta a Mediapart nunca se ha hecho pública, pero la ha contado a otras personas a lo largo de los años: a su antigua compañera de piso, a su madre, a su hermano, a amigos y a gente que fue cercana a Dany Caligula. Estos últimos confirman la coherencia de los hechos relatados.
Marion y Dany Caligula tenían 18 años cuando comenzaron una relación sentimental a distancia, en mayo de 2011, que terminó con una ruptura cuatro meses después. Entonces comenzó un aluvión de llamadas y mensajes: “Me llama borracho, me llamaba puta y al día siguiente me pedía perdón. Me escribía todo el tiempo, a menudo muy tarde por la noche. Me decía que quería suicidarse”. El streamer confirma este comportamiento a Mediapart, explicando que en ese momento se encontraba “en una depresión que nunca había vivido con tanta intensidad”.
Dany Caligula estudiaba entonces en Montpellier. Tras dos meses de “angustia, insultos y chantaje”, Marion accedió a ir a verlo en diciembre de 2011: “Me decía: si se muere, será culpa mía”.
Al llegar, Marion cuenta que se sorprendió al encontrar a un Dany Caligula “muy contento”, que intentó besarla sin más, a lo que ella ne negó. “Entonces me propuso un abrazo y luego intentó cogerme la mano. Seguía mostrando signos de afecto, besándome en el cuello”, afirma. En la habitación del piso de estudiantes del joven, volvía a intentar besarla. Ella se negaba mientras intentaba mantener distancias.
Dany Caligula habría entonces vuelto a chantajearla con suicidarse. “Se colocó entre la puerta y yo, se me echó encima y me dijo: Si no te acuestas conmigo, es porque me encuentras feo. Y si me encuentras feo, no me queda más que morir”. El streamer amenazó entonces con cortarse las venas. “Le dije que no lo hiciera y él me respondió: ‘Entonces podemos acostarnos’. Al final cedí”.
Marion dice que no recuerda nada de la relación sexual que siguió, salvo una “despersonalización, ver la escena desde arriba, como una estrella de mar, completamente amorfa”. “Consiguió lo que quería”, nos dice hoy.
Al despertar, Dany Caligula estaba eufórico, mientras que Marion seguía en shock. Pasó el día y él insistió en ir a dar una vuelta y hacerle regalos. “De regreso a la habitación, miré los trenes para marcharme. Pero él me vigilaba, me preguntaba qué hacía con el teléfono y quería que me quedara una noche más”.
Él sabe que lo viví como una violación
Luego, según la artista, se repitió la escena del día anterior. “Me repitió: ‘¿No me encuentras guapo?’ y me dijo que se iba a suicidar en el baño, me habló de su cuchilla de afeitar, me dijo cómo lo iba a hacer”, recuerda Marion. Esta vez, dice, “logró fingir un dolor de estómago” para evitar mantener relaciones sexuales. Pero aceptó “masturbarlo, mecánicamente”.
Pasó otra noche y la angustia de Marion alcanzó su punto álgido al despertarse. “Empecé a jadear, no podía respirar, tuve un ataque de pánico enorme. Entonces él cambió completamente de actitud, me acompañó al tranvía y me dejó allí”.
Ante Mediapart, Dany Caligula niega cualquier coacción física o psicológica —un elemento esencial en el derecho francés para calificar una violación—, aunque reconoce que hay una zona “vaga” en los hechos y admite haber hablado de sus deseos suicidas: “Pero no lo utilicé para imponerle nada”. “Para mí, no la amenacé, no la obligué a nada. Podía marcharse, podía decirme que no. Es algo demasiado grave. Si me hubiera dicho que no, de verdad, en plan ‘no quiero hacerlo’ o ‘para’, habría parado”.
Sin embargo, reconoce que era consciente de que ese fin de semana no era “el gran amor” y supone que ella se sentía “incómoda”, ya que había iniciado una relación sentimental en París con otro hombre. Sobre la crisis de ansiedad de Marion, lo confirma: “Recuerdo que me dijo que quería volver antes, porque era demasiado incómodo, que era una mala idea”.
Durante la conversación con Mediapart, Dany Caligula indicó en un primer momento que se había masturbado solo la segunda noche. Al enfrentarse a la versión de Marion, finalmente confirmó que le había pedido que lo hiciera. Pero, según él, no “cruzó las líneas”.
Mensajes posteriores
Marion es categórica: “Él sabe que yo lo viví como una violación”. Dany Caligula, por su parte, asegura que Marion “nunca se lo dijo directamente”: “Tengo la impresión de que esta acusación de violación es posterior. Tengo la impresión de que hay una racionalización a posteriori que transforma la situación en una acusación de violación”.
Pero la joven ha explicado por escrito en dos ocasiones cómo vivió los hechos. En abril de 2013, le dijo: “Lo que pasó allí fue realmente terrible. Me chantajeaste con el suicidio para que nos acostáramos”. En ese momento, precisó que no le acusaba de violación, algo que haría más tarde.
Dany Caligula respondió: “Acabas de dejarme muy preocupado”, pero admitió que «debí de haber sido muy pesado» y que “debí de insistir para que volviéramos a estar juntos ese fin de semana y para que volviéramos a vernos después”. Y añade: “Tampoco recuerdo haberte forzado del todo, sobre todo porque, aparte del primer día, en el que me rechazaste un poco, nos comportamos «amorosamente» hasta que te fuiste”.
En marzo de 2014, cuando vuelve a ponerse en contacto con ella por mensaje, ella se muestra firme: “Me obligaste en Montpellier, yo no quería, no tenía elección. Tuve pesadillas, insomnio, ataques de angustia y espasmos interminables, sin poder poner nombre a lo que me pasaba, rechazando el término, como quizá recuerdes de nuestra última conversación. […] He lamentado muchísimas veces no haber presentado una denuncia. Me parece injusto que te hayas salido con la tuya sin ninguna consecuencia”.
Dany Caligula confirma haber leído esos mensajes, pero sigue considerando que su expareja solo le acusaba de acoso o de una “zona gris”. Sin embargo, admite haberle enviado mensajes no deseados: “Reconozco que eso es cierto”.
Lo que realmente le molesta es que yo tenga éxito. Si yo fuera panadero, ¿haría tanto ruido?
Marion se lo pensó mucho, pero no presentó ninguna denuncia. “No creo en la justicia, quiero el reconocimiento de la sociedad, de su sociedad. Quiero que se pregunten: ‘¿Cómo podemos evitar que esto vuelva a pasar?’ Sueño con que desaparezca de Internet. Que se dedique a otra profesión que no le otorgue tanto poder social”.
Su madre apoya esa decisión, aunque al principio la animó a acudir a la justicia. “Por supuesto, en una sociedad perfecta, uno se dice: adelante”, subraya a Mediapart. “Pero en este caso, el resultado podría ser peor y hay que estar en condiciones de soportarlo”.
Al evocar la posibilidad de abandonar la escena pública, Dany Caligula se irrita e invoca a la izquierda: “Pero es una condena. Una condena social. Ahí es donde tengo un problema político. Y no soy el único. Muchas feministas, personas queer, afrofeministas, especialmente en Estados Unidos, saben que hay algo que dista mucho de ser de izquierdas en todo esto”.
Y continúa: “Si lo veo desde un punto de vista más negativo, también pienso que, en el fondo, lo que realmente le molesta es que yo tenga éxito. Me veo obligado a pensarlo. Si yo fuera panadero, ¿haría tanto ruido? Entonces tendría que reconocer algo que no he hecho y perder mi trabajo”.
Insultos y una foto de partes íntimas
Tras ese fin de semana en Montpellier, el joven envía numerosos mensajes a Marion, la denigra, le dice que la echa de menos, critica sus tatuajes y sus obras.
Al mismo tiempo, durante más de un año aparecen comentarios anónimos llenos de odio en el blog de Marion. “¿Eres tonta o lo haces a propósito?”, en abril de 2012. “Joder, lo que haces es una mierda”, en julio de 2012. “No sé si te falta mucho vocabulario o te haces la tonta”, en noviembre de 2012.
Dany Caligula niega ser el autor, “salvo un comentario en Facebook”, pero admite haber sido amigo de algunos de los autores. Uno de ellos era su compañero de piso, Nicolas. Según Mediapart, este último recuerda que el streamer “se presentaba como la víctima” tras la ruptura.
En agosto de 2012, cuando ya casi no se hablaban, Dany Caligula envió una foto a Marion: una imagen de sus testículos en primer plano. “Los cojones inolvidables”, precisó en la conversación con Mediapart. Añadió que la foto era “mucho mejor” que el libro que la artista iba a publicar. Al teléfono, Dany Caligula estaba “borracho y alegre”, recuerda Nicolas, que estaba a su lado. “Recuerdo que ella respondió ‘estoy llorando’, por escrito. Me di cuenta de que había ido demasiado lejos”.
En cuanto a la foto de sus partes íntimas, el streamer dice hoy que “lo lamenta muchísimo”, precisando que envió la foto “a la mitad de sus contactos”.
El streaming y el éxito
Tras la conversación de 2014, los intercambios entre Dany Caligula y Marion terminaron. La joven cayó en malestar. Sophie, con quien vivió años más tarde en Canadá, recuerda que Marion calificaba sistemáticamente lo que había pasado de “violación”. “Era la primera vez que veía a alguien con tantas ganas de morir”, cuenta a Mediapart, aún emocionada. La impactó un detalle: “Recuerdo que para ella, la penetración que había sufrido era tan violenta como haber tenido que masturbarle”.
Dany Caligula, por su parte, va ganando prestigio. Se dedica a la divulgación política y es víctima de un violento acoso en Internet tras realizar un vídeo sobre un streamer de extrema derecha. Una ex compañera recuerda que lo pasaba mal, incapaz de apartar la mirada de los mensajes en las redes sociales. “Dany intentaba explicarme sus historias, a veces en bucle, porque le afectaban mucho. La depresión lo aísla de sí mismo y de los demás, sí. Pero es alguien a quien valoro mucho, que me ha permitido evolucionar y que ha sido paciente conmigo”.
Dany Caligula conoce entonces a Raz, se define a sí mismo como “queer o bisexual” y debate en directo en Twitch con otros streamers. Desarrollan teorías sobre la “cultura de la cancelación”, a la que se oponen. En junio de 2020, lanzan un vídeo en directo con Raz y Marie C., cofundadora de Zawa Prod, de la que se marchó en 2022. En él, consideran que algunas víctimas de violencia a veces tendrían interés en mentir para hacerse famosas. Dany Caligula añade: “A mí también me acusan de cosas en mi vida privada desde hace años, eso es lo que también me da miedo”. El directo provoca una gran polémica entre algunos espectadores.
Por teléfono, Marie C. explica a Mediapart que, en aquel momento, “no sabía de qué estaba hablando realmente”. “Poco después de conocernos, me dijo que había enviado una foto de sus testículos a su ex, Marion, y que se arrepentía. No tenía ni idea de que se le acusara de agresión sexual o violación”, añade.
Christa Vango “bajo su control”
Nicolas, el ex compañero de piso, no supo nada de Dany Caligula durante años. Hasta ese día de marzo de 2025, cuando se enteró del testimonio de Christa Vango. Se puso en contacto con ella: “Le dije que la creía. Me sorprendió reconocer palabras similares a las que él me había hecho sentir”.
Desde principios de año, Christa Vango ha publicado varios artículos sobre su relación con el streamer, con quien estuvo desde mayo de 2022 hasta finales de 2023, sin nombrarlo. “No sé qué esperaba, era como lanzar un mensaje en una botella al mar”, explica a Mediapart. Habla “en su propio nombre”, porque, según ella, “no soy yo quien debe avergonzarse”. Esa botella acabó siendo recogida por Tehdak, un gamer que había sido cercano a Dany Caligula. Le escribe: “Tienes todo mi apoyo, viendo cómo se comportaba contigo de forma extraña haciéndolo pasar por bromas, y también viendo cómo habla de las chicas en general”.
Christa Vango, modelo negra y creadora de contenido antirracista en las redes sociales, afirma que se marchitó durante su relación. “Entré en una grave depresión, perdí peso, me hospitalizaron y desarrollé abscesos”. Los certificados médicos lo atestiguan. “En mi vida ya he tenido episodios depresivos, hay un terreno propicio”, afirma. “Pero cuando empezamos a salir, yo estaba bien. Fue por nuestra relación que caí en picado”.
Para respaldar su testimonio, Christa Vango recopila anécdotas sobre lo que considera “una relación de control”. Estaban sus amigas, de las que se alejó. “No me decía que no las viera, pero repetía que eran normies [personas demasiado normales, ndr], asegura Christa. “Bastaba con que él hiciera un pequeño comentario para que yo le diera vueltas y acabara alejándome de ellas”. Su amiga Juliette lo confirma: “Se fue alejando de nosotras poco a poco”. “Seamos sinceras: ya no la veíamos nada”, añade Stacy.
Luego estaba su aspecto físico. “No estaba lo suficientemente arreglada para él. Muchas veces me cambiaba de ropa para gustarle”. Y también la alimentación. “Me hacía comentarios sobre lo que comía diciendo que era asqueroso”. Tehdak lo confirma: “Muchos de los comentarios que le hacía tenían que ver con la comida”.
Hay una especie de omertà en torno a Dany y Raz
Por su parte, Dany Caligula no acepta ninguna culpa individual y denuncia “comportamientos tóxicos” equivalentes de su ex. Explica que se “sentía atrapado” en esta relación en la que el miedo al abandono era muy fuerte: “Tenía encima una especie de espada de Damocles”. Niega haber “criticado su ropa”, pero menciona “discusiones de pareja cuando a uno le gusta arreglarse”. Sobre la comida, añade: “Decirle a alguien ‘cuidado con lo que comes’ no es menospreciarlo”. Y considera que ella también criticaba su alimentación.
Raz, que vivía con Dany Caligula cuando este salía con Christa Vango, afirma que, en su opinión, se trataba de una relación conflictiva que “tenía que acabar”. “No la dejó por nada”, afirma. “No quiero criminalizar a ninguno de los dos, pero si se aplica el concepto de violencia psicológica a Dany, también debe aplicarse a Christa”.
El streamer cree que la joven está enfadada porque la empresa se negó a prestarle una cámara tras la ruptura. “No solo quiere hundirme a mí, sino que, si además eso perjudica un poco a Zawa Prod...”. La creadora de contenidos mantuvo un contacto regular con el streamer hasta el verano de 2024. Hoy en día, asegura que no quiere tener “nada que ver con él”.
“Dany y Raz” y sus “posicionamientos políticos”
Poco a poco, el comportamiento de Dany Caligula se convirtió en tema de debate en los círculos de izquierdas. En diciembre de 2024, mientras se preparaba un “Zawa Show” con los diputados François Ruffin y Aymeric Caron, un colectivo de mujeres músicas feministas canceló su participación.
Alexia (nombre ficticio), una habitual de la escena musical, les informó de que Marion acusaba al influencer de violación y acoso. Raz llama a la joven, acompañado de su novio Cassandre, otro streamer de Zawa Prod. “Me dieron la lata durante dos horas, intentaron lavarme el cerebro, intentando convencerme de que no fue una violación”, cuenta Alexia.
Al ser preguntado por Mediapart, Raz responde: “Entiendo que se tome como una defensa, pero Dany es alguien que, a los 18 años, no supo gestionar su primer amor, el inicio de su relación, su depresión, su periodo suicida muy enojado...”. Y explica: “Lo importante para nosotros, dado que el colectivo de DJ se retiraba, era poder garantizar que ese tipo de comportamiento, aunque hubiera tenido lugar, era cosa del pasado y que luego nunca hemos observado nada parecido en sus relaciones. Hablando con gente que ha salido con Dany, viéndolo relacionarse, hemos constatado que la cuestión del chantaje, la coacción, el ser un agresor sexual, no era relevante. No es algo que haya hecho con gente que conozcamos”.
Aunque el canal de Twitch “Dany et Raz” se acerca hoy a los 100.000 suscriptores, una cifra considerable en el mundo del streaming francés, el dúo lucha por salir de su condición de outsider. Dany Caligula lo achaca a sus “posicionamientos políticos” y al hecho de que ellos “no proceden de clases privilegiadas”: “Lo que molesta es cómo se habla de interseccionalidad, cómo se habla de feminismo blanco, cómo se habla de izquierda blandengue...”.
Sin embargo, otros dudan de este análisis y recuerdan que el dúo tiene sobre todo fama de ser un club de chicos virulento. “Un día dije claramente que no quería tener nada que ver con ellos, que su retórica antifeminista me parecía repugnante y que Dany tenía mala reputación, sin dar más detalles”, cuenta Modiie, una streamer. “Dany me propuso que le llamara, se presentó como un chico queer, víctima de rumores, y me pidió que le diera una oportunidad a su contenido. Y le creí. Durante un año, me abstuve de hacer ningún comentario. En retrospectiva, me parece ridículo”.
Ultia, otra streamer con mucha experiencia en Twitch, coincide: “Hay una especie de omertà en torno a Dany y Raz. Ya me habían advertido de que su comunidad es muy agresiva. Que te acose una comunidad con la que no tienes ningún vínculo es una cosa, pero en este caso se trata de la izquierda. Se supone que también es mi ‘clan’... Atacan a mucha gente y luego se esconden detrás del comentario: No lo entienden, es la izquierda blandengue”.
En privado, la transfobia y el sexismo están a la orden del día
Varias personas que han colaborado en los últimos años con Zawa Prod afirman que los streamers son mucho más insultantes fuera de micro que en directo. Un allegado menciona, por ejemplo, comentarios violentos y discriminatorios que Dany y Raz hacen en un servidor informático privado.
El 7 de marzo de 2023, Dany Caligula apoda así a una periodista y streamer feminista, “la putita de Numerama”, descontento porque la invitaron a France Culture en lugar de acudir a Zawa Prod. Al día siguiente, pasan la tarde insultando a una streamer trans. “Esa cerda diabética con respirador”, comenta Dany Caligula. Raz le siguió, publicando una foto de la streamer. “Oh, la cerda que respira”, añadió.
Contra un activista antirracista negro activo en las redes sociales, Dany Caligula espetó: “Se le ve la grasa en HD”. Y se burla de la sexualidad del activista: “Intersexual, es chico y gordo al mismo tiempo, creo”. Su amigo, el streamer Cassandre, un hombre trans que ahora trabaja en Zawa Prod, le secunda: “Tiene un desequilibrio hormonal por su grasa y entonces se dice: ji, ji, soy un poco femenino de repente”. El blanco de sus insultos había mencionado un año antes en Twitter que Dany Caligula sería acusado de violencia sexual.
Cuando se le preguntó sobre este tema, el streamer se enfadó: “Nos desahogamos entre nosotros, eso es todo. Nos burlamos todo el tiempo, en streaming. No es hipocresía, defendemos el derecho al humor y a decir obscenidades en privado”. Luego se pone amenazante: “Que yo sepa, lo que es ilegal es divulgar conversaciones privadas”.
Puesto en contacto, Cassandre y Raz coinciden: “Era un momento en el que sufríamos mucho acoso y necesitábamos desahogarnos. Siempre hemos exorcizado el acoso que recibimos de la extrema derecha imitándolos, burlándonos de ellos, repitiendo sus palabras. Pero esa frustración nunca debe recaer sobre nadie en público”.
Caja negra
Dany Caligula concedió una entrevista de tres horas y cuarenta y cinco minutos a los dos periodistas de Mediapart el martes 29 de abril, en la redacción del periódico, a donde acudió solo. Pidió releer sus citas, que modificó ligeramente.
Mediapart habló con Raz y Cassandre por teléfono el 5 de mayo de 2025 durante una hora y cuarenta y cinco minutos. También releyeron sus citas, que modificaron ligeramente.
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Traducción de Miguel López