La inspección francesa saca a la luz graves anomalías laborales en el gigante Nike

Khedidja Zerouali (Mediapart)

Cuando Enzo llegó a Nike en 2018 como almacenista, este exferroviario ya tenía buenos conocimientos de derecho laboral y algo de experiencia sindical. Inmediatamente después de su contratación en la tienda parisina de los Campos Elíseos, se dio cuenta de “las deficiencias del empleador” y se afilió al sindicato Sud Commerces.

El almacenista podría estar hablando durante horas de las cajas apiladas por todas partes, del polvo del sótano que se le mete en los pulmones, de la falta de protección o de la permanente falta de personal. Pero lo que más le llamó la atención fueron las libertades que se tomaba su empleador con el estatuto de los trabajadores.

En 2019, un tercio de su tienda se declaró en huelga para denunciar las condiciones de trabajo y la escasa remuneración de las horas nocturnas. En aquel momento, esas horas se remuneraban con un 15 % más, en lugar de duplicarse, como prevé el Estatuto de los Trabajadores. Los empleados no obtuvieron satisfacción hasta dos años después. Mientras tanto, Sud Commerces acompañó a varias decenas de empleados ante la magistratura de trabajo por incumplimiento de la legislación relativa al trabajo nocturno.

En la actualidad, Enzo sigue trabajando en los Campos Elíseos, pero en una tienda mucho más grande, “la más grande de Francia”. Y, como presentamos en la primera parte de esta investigación, se ha convertido en delegado del personal y secretario del comité económico y social (CES) central de Nike Francia. Es él quien debe recordar las leyes a su empleador.

Quien se ocupa de este ámbito en toda Francia es principalmente la inspección de trabajo y detecta un sinfín de normas incumplidas en algunas de las 57 tiendas del territorio. Al ser preguntada en detalle por Mediapart sobre estas numerosas situaciones, la dirección de Nike Francia se limitó a enviarnos un breve mensaje general, asegurando que “el bienestar y la seguridad” de sus aproximadamente 1.500 empleados son sus “prioridades absolutas”.

“Nike mantiene un diálogo continuo con los representantes del personal. Seguimos totalmente abiertos al diálogo y decididos a encontrar soluciones constructivas […] respetando la legislación laboral francesa”, afirma también la empresa.

Pilas de cajas y material no conforme

En noviembre de 2024, la inspección de trabajo visitó la tienda de Herblay-sur-Seine (Val-d'Oise). En los almacenes, las cajas se apilan de forma peligrosa. “Esta situación presenta un riesgo de caída de cajas sobre los empleados”, señala la inspectora, con fotos que lo demuestran. “Algunas cajas pesan hasta doce kilos” y los empleados que trabajan allí no disponen de calzado de seguridad. Las escaleras que permiten acceder a los estantes altos se consideran “inseguras”.

Además, el registro único del personal, que garantiza la transparencia de las contrataciones, está incompleto. Allí no hay rastro del documento único de evaluación de riesgos profesionales (Duerp), que recopila y evalúa todos los riesgos profesionales, a pesar de que es obligatorio a partir del primer empleado.

En las instalaciones tampoco hay espacio para los carteles sindicales. La tienda sigue sin poder presentar un justificante de afiliación a un organismo de prevención de riesgos, el contrato de aprendizaje de uno de los empleados o la autorización de la prefectura que le permite instalar cámaras de vigilancia.

La inspectora de Val-d'Oise insta al empresario a regularizar todo antes de una nueva visita y un requerimiento formal. Nike no responderá hasta abril de 2025, prometiendo poner todo en orden.

En febrero de 2025, la inspección de trabajo controla la tienda de Villeneuve-Loubet (Alpes Marítimos). Los problemas son la climatización y la inexistencia del Duerp. Dos meses más tarde, Nike le asegura que el documento ya está disponible y promete que se están llevando a cabo “operaciones” para reparar el aire acondicionado. Según los informes del CES que hemos consultado, los empleados de Villeneuve-Loubet no son los únicos que trabajan a temperaturas anormales.

Registros de asistencia modificados

A principios de marzo de 2025, la inspección visita la tienda de Villefontaine (Isère). Allí también, las cajas ocupan un espacio desproporcionado. En particular, en el local de electricidad, lo que, para la inspectora, supone un “riesgo de incendio”. En el almacén también, “con cajas sin desembalar”, lo que dificulta el acceso a las estanterías.

En el mismo espacio se encuentran escaleras de nueve peldaños, una herramienta “especialmente inadecuada y que puede provocar accidentes”. Los empleados, incluidos los que utilizan la transpaleta, trabajan sin calzado de seguridad. Ni siquiera en las oficinas de la dirección el material cumple la normativa. El director y su adjunto tienen que conformarse con dos sillas “totalmente destrozadas”.

La inspectora de trabajo de Isère también alerta sobre los salarios. Le preocupa el “incumplimiento de la igualdad de trato” entre los empleados a tiempo completo y los que trabajan a tiempo parcial. Basándose en dos contratos proporcionados por la dirección de la tienda, señala que el salario bruto por hora del empleado a tiempo completo es más alto que el del empleado a tiempo parcial. Debe recordarles que la igualdad de trato es “una obligación”.

También señala “modificaciones de los registros de asistencia por parte del responsable de sección”. Como en todas las tiendas Nike, los empleados fichan para acreditar su presencia en el trabajo, y sobre esta base se calcula su salario, incluidas las horas extraordinarias. En Villefontaine, los responsables modifican esos registros.

“Les recuerdo que las modificaciones de los registros de los empleados no deben, en ningún caso, tener como efecto reducir la duración del trabajo realizado por el empleado y, por lo tanto, suprimir las horas extras realizadas”, dice la inspectora, alertando sobre el riesgo de delito de trabajo oculto.

Por su parte, la dirección de la tienda se enreda en sus propias contradicciones. Si un responsable asegura que los empleados no tienen acceso al detalle de sus fichas de presencia, otro asegura lo contrario. Sud Commerces afirma que esta práctica de modificación es habitual en la empresa. De hecho, la cuestión se abordó en el CES central de enero de 2025.

“Cuando, por ejemplo, alguien ficha la salida a las 21:05, los gerentes suelen ajustar la hora a las 21:00”, confirma la dirección, indicando que, en la mayoría de los casos, los gerentes intervienen porque los empleados se olvidan de fichar. Cuando Enzo pregunta “si la dirección tiene alguna explicación sobre las modificaciones de los registros de los empleados por parte de los gerentes en su perjuicio”, la responsable de recursos humanos responde que “habrá que verlo caso por caso”.

Impedimentos al diálogo social

En 2024, cuando se anuncia un plan de despidos en Nike Francia —plan que supondrá la supresión de unos sesenta puestos de trabajo en la sede y el cierre de una tienda—, los representantes sindicales solicitan un informe pericial a una consultora externa. El documento de 288 páginas presentado por Ametist Conseil en diciembre de 2024 es explosivo, ya que la lista de infracciones del Estatuto de los Trabajadores es impresionante.

Algunas reorganizaciones previstas en el plan de salvaguarda del empleo (PSE, según la terminología oficial) no parecen ajustarse a la legislación laboral. Por ejemplo, es ilegal degradar a un empleado y reducir su remuneración. Sin embargo, según el informe, Ametist Conseil ha identificado “ocho puestos cuyo nivel de responsabilidad y, por lo tanto, cuya clasificación salarial y remuneración se han reducido”.

En 2023, de los 1.412 empleados, solo 35 recibieron formación

Además, la empresa parece dar poca importancia al diálogo social. En relación con el cierre de la tienda de Gonesse (Val-d'Oise), Nike inició las negociaciones con el centro comercial que alberga la tienda antes de abrirlas a los representantes del personal. Tampoco se informó ni se consultó sobre el plan «”Next%”, que consistía en fusionar varios servicios generales a nivel europeo.

Y el informe señala que “lejos de querer regularizar la situación y cumplir con las disposiciones legales”, la dirección propuso incluir en un “acuerdo de método sobre el PSE” una cláusula que estipula que la consulta sobre las orientaciones estratégicas, obligatoria por ley cada año, “se celebrará cada dos años a partir de 2024”.

Además de no convocarles, Nike ha mantenido durante mucho tiempo en la ignorancia a los representantes del personal. La base de datos económica, social y medioambiental (BDESE), que recopila la información legal sobre la empresa, debe compartirse con los representantes en todas las empresas de más de 50 personas. Nike no la puso en marcha hasta 2024, a pesar de las repetidas peticiones de los representantes de los trabajadores.

Además, “el número de documentos presentados es muy reducido y, por lo tanto, no cumple con las disposiciones del Estatuto de los Trabajadores”, señalan los autores del informe pericial. Para ellos, esto denota un “alteración manifiesta del funcionamiento del CES, que es incapaz de ejercer correctamente sus prerrogativas”.

Preocupación en la sede

En cuanto a la formación profesional, Nike tampoco destaca por su implicación, a pesar de que la ley le obliga a ello. En 2023, de los 1.412 empleados, solo 35 recibieron formación. Y no existía ningún plan de formación para 2024 ni para 2025. Estamos muy lejos de la imagen que Nike quiere dar, que promete a sus futuros empleados “impulsar” su carrera cuando dice: “Nuestro objetivo es ayudarte a liberar todo tu potencial”.

Los autores del informe han puesto en duda sobre todo la legitimidad del PSE, ya que la empresa goza de buena salud financiera en Francia. Sin embargo, se puso en marcha. La tienda de Gonesse, con unos treinta empleados, ha cerrado y se han suprimido unos sesenta puestos de trabajo en los servicios generales de Nike Francia, lo que ha acelerado la fusión de la sucursal francesa con la sede de Nike Europa, en los Países Bajos.

“En la sede europea, la situación no es mucho mejor”, dice Enzo, secretario del CES. “Todo el mundo vive en una incertidumbre permanente, marcada por sucesivas reorganizaciones. Además, para todos los empleados, las gestiones cotidianas se han vuelto especialmente complicadas. Para cualquier problema, ahora todo debe pasar por programas informáticos o plataformas gestionadas a nivel europeo. Las respuestas suelen llegar tarde, en inglés, y no siempre se adaptan a las solicitudes”.

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Todas esas deficiencias podrían abordarse en un acto de conciliación entre Nike y su CES el 6 de noviembre, en el tribunal de París. Los representantes del personal han solicitado recientemente contratar a un bufete para que realice un peritaje sobre los riesgos graves en toda la empresa. Dado que su empleador se lo ha denegado, será el juez quien decida sobre la pertinencia de la solicitud.

 

Traducción de Miguel López

Cuando Enzo llegó a Nike en 2018 como almacenista, este exferroviario ya tenía buenos conocimientos de derecho laboral y algo de experiencia sindical. Inmediatamente después de su contratación en la tienda parisina de los Campos Elíseos, se dio cuenta de “las deficiencias del empleador” y se afilió al sindicato Sud Commerces.

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