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David contra Goliat: Veintiún civiles palestinos piden a la UE que aplique sanciones a Netanyahu y sus ministros

Imagen de archivo de militares israelíes en Cisjordania.

Mathieu Magnaudeix (Mediapart)

El mundo entero está preocupado por una posible intervención masiva del ejército israelí en Rafá, que ya está siendo machacada por las bombas israelíes mientras más de 1,4 millones de gazatíes se hacinan allí en condiciones humanitarias atroces.  

Pero mientras esta masacre se desarrolla ante nuestros ojos, otro frente de la guerra también es motivo de preocupación.  

Desde los atentados de Hamás del 7 de octubre, más de 380 palestinos han muerto a manos de colonos o soldados israelíes en la Cisjordania ocupada y otros 4.200 han resultado heridos, según el Ministerio de Sanidad palestino. El ejército israelí afirma haber detenido además a 3.000 palestinos en Cisjordania en cuatro meses.  

Este recrudecimiento de la violencia es tan preocupante que Estados Unidos, el Reino Unido y, esta semana, Francia, han anunciado sanciones personales contra algunos colonos extremistas.  

Estas sanciones podrían también adoptarse en la Unión Europea (UE). “Seguimos condenando enérgicamente la violencia de los colonos y pedimos que los responsables rindan cuentas de sus actos", declaró una portavoz de la Unión Europea contactada por Mediapart. “Los asentamientos son ilegales según el derecho internacional. Se están preparando propuestas para adoptar medidas restrictivas contra los colonos israelíes". Pero estas medidas requieren el acuerdo unánime de todos los Estados miembros, un objetivo que parece imposible de alcanzar por el momento debido a la oposición de varios países, entre ellos Hungría y la República Checa. 

A pesar de este desfavorable contexto político europeo, veintiún palestinos y palestinas de la Cisjordania ocupada, defendidos por Sarah Sameur, una abogada de París, han enviado una petición al Alto Representante de la diplomacia europea, Josep Borrell, instando a la Unión Europea a adoptar sanciones en respuesta a los "ataques violentos, detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos" que se han multiplicado en Cisjordania desde el 7 de octubre. 

Como han documentado en repetidas ocasiones las Naciones Unidas y numerosas ONG, esos ataques se vienen produciendo desde hace años, conforme se han ido expandiendo los asentamientos ilegales israelíes con menosprecio del derecho internacional. 

"La escala abismal de los crímenes cometidos en Gaza ha enmascarado muchos otros crímenes cometidos en Cisjordania [...] en el contexto del apartheid y la persecución de la población palestina", detalla la petición de 60 páginas enviada a Josep Borrell el 11 de febrero, que Mediapart ha podido consultar. En ella se describe una "oleada sin precedentes de flagrantes ataques y violaciones de los derechos humanos" de los palestinos en Cisjordania, que "constituyen crímenes contra la humanidad y, posiblemente, genocidio".  

Según estos veintiún civiles palestinos, las sanciones no deberían dirigirse contra los colonos o los militares israelíes, sino contra el propio primer ministro Benyamin Netanyahu, así como contra sus ministros de Defensa, Yoav Gallant, Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y Finanzas, Bezalel Smotrich, por "su implicación en crímenes y graves violaciones de los derechos humanos". 

Ben-Gvir y Smotrich, de la extrema derecha en el poder en Israel y ambos también colonos extremistas, se oponen abiertamente a la presencia palestina en Cisjordania y proponen evacuar a los palestinos de Gaza. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, calificó a los habitantes del enclave de "animales humanos". Palabras que, junto con las de otros dirigentes israelíes, fueron destacadas por los defensores de Sudáfrica, que alegaron ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que en Gaza se estaba produciendo un genocidio. 

“Apuntar a los colonos habría tenido un impacto extremadamente limitado", explica la abogada Sarah Sameur a Mediapart. “Queríamos actuar con rapidez, porque era urgente. Además, nuestros clientes nos pidieron que apuntáramos muy alto, porque los dirigentes israelíes son los verdaderos responsables políticos y jurídicos. Son ellos los que dan las órdenes y las directrices, ignorando todas las declaraciones de la comunidad internacional y la decisión de la Corte Internacional de Justicia", que ha considerado "plausible" la posibilidad de un genocidio continuado en Gaza.  

Por el momento, para proteger su seguridad, los denunciantes son anónimos y viven en Yenín, Ramala o Nablús. Según pudo saber Mediapart por videoconferencia con varios de ellos el jueves 15 de febrero, son periodistas, funcionarios y amas de casa. Viven cerca de asentamientos ilegales y explican que, desde el 7 de octubre o incluso antes, han sufrido detenciones, humillaciones o violencias por parte de soldados y/o colonos israelíes. A algunos les han destruido sus casas durante las redadas del ejército, operaciones detalladas por las ONG desde hace años

Redadas y detenciones arbitrarias

El 6 de febrero de 2023, varios meses antes de los ataques del 7 de octubre, una de las denunciantes –Mediapart no pudo recoger directamente su testimonio– vio cómo dos de sus hijos morían en una de estas incursiones del ejército israelí en un campo de Cisjordania.  

"Los autores se quedaron con los cuerpos de las víctimas, privándola de la posibilidad de enterrarlos", señala la petición enviada al Alto Representante de la UE. El mismo día detuvieron y golpearon a otros familiares, entre ellos su marido, y las mujeres fueron interrogadas en una habitación separada. Desde aquella redada, su casa ha sido registrada "cinco veces" por militares israelíes.  

Unos meses más tarde, el 3 de julio, A., una mujer que vive en el campo de refugiados de Yenín, dijo haber visto a soldados israelíes entrando en su barrio. Algunos de ellos eran francotiradores y "apuntaban a las casas al azar". “Volaron mi casa", cuenta A. a Mediapart. “Me estaba asfixiando, así que los soldados entraron en mi casa y registraron todo. Entraron en la habitación donde estábamos mi hermana y yo. Tenían un perro y me mordió en la mano. Los soldados se reían de mí, yo lloraba". Su calvario duró veinte minutos. "Sangraba mucho, pero no pude recibir tratamiento ni tomar mis medicinas durante once horas. Todavía hoy sigo sufriendo". 

Otros denunciantes dan testimonio de detenciones administrativas y arbitrarias. Se trata de prácticas antiguas y masivas: en 2009, Naciones Unidas calculó que habían sido detenidos 700.000 palestinos, hombres, mujeres y niños, "por razones de seguridad" desde 1967 y el comienzo de la ocupación israelí. 

Estas prácticas se han vuelto sistemáticas desde el 7 de octubre, según un reciente informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que describe redadas diarias del ejército en Cisjordania y unas sesenta detenciones al día en nombre de la lucha antiterrorista. 

O., un hombre de unos treinta años que vive en el campo de Yenín, blanco de regulares y mortíferas incursiones del ejército israelí desde el 7 de noviembre, afirma que fue detenido el 5 de diciembre de 2023. "Los soldados entraron y registraron las casas. Me pidieron el carné de identidad. Me golpearon y me arrastraron como a un animal", cuenta. Esposado y con los ojos vendados, O. dice que le llevaron a otros dos campos donde estuvo retenido cuatro días. "Las palizas continuaron, al igual que los insultos. Me mantuvieron en el suelo. Ni siquiera me dejaban ir al baño. Era inhumano. Luego me soltaron, pero se quedaron con mi teléfono.” 

N., una residente de Jerusalén Este, fue detenida en octubre, tras los atentados de Hamás. Había sido citada en comisaría por publicaciones en Facebook consideradas por las autoridades israelíes como apoyo al terrorismo. 

Sus posts, recogidos por varios medios de comunicación, son ciertamente de muy dudoso gusto, pero no llaman a la violencia. Su abogado los defendió como "libertad de expresión".  

Ante los tribunales israelíes, N. admitió haberlos publicado en Facebook. “Pasé tres semanas en la cárcel en condiciones muy difíciles", declaró a Mediapart. “Me escupieron y me insultaron. Cuando salí de la cárcel, me sentí amenazada y tengo miedo. Así que he decidido dejar el país". 

Al igual que N., desde el 7 de octubre un gran número de árabes, tanto israelíes como palestinos, han sido detenidos, expulsados o intimidados por comentarios realizados en las redes sociales, como señaló en noviembre de 2023 el diario israelí Haaretz

"Tortura y tratos inhumanos”

La solicitud menciona también casos de "tortura y tratos inhumanos". H., funcionario, afirma haber sido testigo directo de un ataque de "unos quince" colonos "armados con rifles y pistolas" contra una comunidad beduina de Cisjordania el 11 de octubre de 2023, pocos días después de los atentados de Hamás.

Los residentes, presas del pánico, intentaron huir, afirma H. Pero fueron perseguidos en coche y golpeados. H. cuenta que él mismo fue golpeado unas diez veces "en los costados y en la cabeza".  

Un colono, dice, le pisoteó la cabeza, "le enterró la cara en la tierra" y siguió golpeándole. Dice que también le golpeó un soldado, que "me arrancó toda la ropa, la camisa, los pantalones, la camiseta, excepto los calzoncillos".  

H. dice que escapó por poco de ser violado con un palo. “Me resistí", declaró a Mediapart. “Querían deshumanizarme. Querían matarme.” 

“Con mi testimonio quiero denunciar la brutalidad de las fuerzas de ocupación israelíes", explica a Mediapart G., residente en el campo de Yenín. “Quiero contarle al mundo lo que está ocurriendo. Están atacando a civiles, mujeres y niños". 

“Es un deber desenmascarar a estos monstruos que dicen ser el pueblo más moral del mundo", coincide H., funcionario. “Los dirigentes israelíes deben ser llevados ante los tribunales nacionales e internacionales". 

En nombre de los veintiún demandantes, la abogada pide que se congelen los activos de Benyamin Netanyahu y sus ministros en la Unión Europea, que se les prohíba pisar suelo europeo y que se les prohíba recibir fondos de la UE.  

"Cuando hubo que imponer sanciones en 2014 tras la invasión rusa de Crimea, o en 2022 tras el estallido de la guerra de agresión rusa en Ucrania, la UE actuó con rapidez”, explica la abogada. “Tiene un régimen de sanciones muy claro que incluye las violaciones de los derechos humanos. ¿Cómo es posible que la UE no reaccione con tanta rapidez cuando todo lo que está ocurriendo en Cisjordania, por no hablar de Gaza, va en contra de sus objetivos y valores?  

“Podemos confirmar que hemos recibido la carta [de Sarah Sameur]", declaró a Mediapart una portavoz de la Unión Europea. “En cuanto a las sanciones, corresponde al Alto Representante y/o a los Estados miembros proponer listas en el marco de los regímenes de medidas restrictivas de la UE, y al Consejo decidir por unanimidad". "La UE", añade, "no comenta los procesos internos, que son confidenciales". 

Gaza: aumenta la presión diplomática sobre Israel

Después de Estados Unidos, principal aliado de Israel, que se declaró contrario a una ofensiva sobre Rafá sin "garantías" para la seguridad de los civiles, Australia, Canadá y Nueva Zelanda advirtieron el jueves 15 de febrero al gobierno de Netanyahu contra una operación "catastrófica" en Rafá. 

"Simplemente no hay ningún lugar a donde ir" para los 1,5 millones de palestinos varados en la frontera sur de Gaza con Egipto, dijeron los tres países de la Commonwealth, instando al primer ministro israelí a "no ir por ese camino". 

El miércoles, el presidente francés, Emmanuel Macron, también subió el tono ante Benyamin Netanyahu para pedirle que ponga fin a las operaciones militares en Gaza y tenga el "coraje" de ofrecer a su país un "futuro de paz". 

Durante una conversación telefónica con el jefe del gobierno israelí, el presidente francés subrayó que las operaciones israelíes en Gaza "deben cesar" porque "el coste humano y la situación humanitaria" son "intolerables", según el Elíseo. 

El martes, China también instó a Israel a detener su operación militar en Rafá "lo antes posible", mientras que el mismo día Alemania pidió a Israel que garantice un paso seguro para proteger a los civiles en la ciudad.

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Traducción de Miguel López

 

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