Diluvio en Grecia y 35ºC en Francia: Europa sufre un bloqueo atmosférico que se agrava por la crisis climática

Coches flotando en una carretera inundada en la zona de Volos, Magnesia, Grecia, este miércoles.

Días después de que Grecia lograse extinguir su mayor incendio en dos décadas, varias zonas del país han sido arrasadas por la dana Daniel, una tormenta que ha inundado decenas de ciudades y ha dejado un paisaje que los periódicos locales califican de "zona de guerra" y por ahora tres víctimas mortales. Paralelamente, capitales europeas como Berlín, París o Londres comienzan septiembre con sol y 30º de temperatura. El responsable es un patrón climático llamado bloqueo de omega, que no es especialmente raro en Europa, pero que en este caso ha tenido un impacto inédito. 

Este sistema consiste en la formación de un gran anticiclón –zona de altas presiones– en el centro de Europa, que deja un cielo soleado en toda la región. Al sur de ese anticiclón, en la zona mediterránea, se generan dos grandes borrascas –bajas presiones–, que dejan fuertes tormentas, como la dana de España y la que afecta ahora a Grecia, Turquía y Bulgaria. El patrón completo tiene forma de herradura, o de letra griega omega, de ahí su nombre, como se ve en la imagen. 

El problema es que esa composición triangular provoca que las tormentas del Mediterráneo queden atrapadas porque las altas presiones dificultan el movimiento de las bajas, y eso hace que las lluvias duren varios días, explica María del Carmen Llassat, catedrática de Física de la Atmósfera de la Universitat de Barcelona. En el caso de España, la dana se ha desplazado ligeramente al oeste y ya solo roza Galicia, pero la borrasca oriental se fijó el lunes sobre Grecia y no bajará su intensidad hasta la tarde del jueves. "En la península ibérica la dana se movió rápidamente, pero allí ha quedado atrapada por el calor del mar, del suelo y las montañas", afirma la experta. 

La tormenta se ha cebado con Tesalia, un valle costero rodeado de montañas que ha facilitado la formación de grandes riadas que han arrasado con todo a su paso en una zona más grande que la Comunidad de Madrid. El servicio meteorológico de Grecia ha registrado precipitaciones de más de 400 litros por metro cuadrado solo el martes, con un máximo en Zagora de 754 litros en las primeras 18 horas de ese día. A partir de esa hora se cortaron los registros debido a los cortes de luz que sufrió la región. En comparativa, en Atenas caen 400 litros por metro cuadrado de media al año, y lo máximo que dejó la dana en España este fin de semana fueron 172 litros en Cádiz el domingo.

Carmen Llasat, experta en desastres naturales provocados por lluvias, cree que si las predicciones se cumplen –las que calculan una caída de hasta 2.000 litros por metro cuadrado durante la semana en las zonas más afectadas– sería un récord de lluvias en la Unión Europea, superando al sur de Francia y el norte de Italia, los que más precipitaciones registran. En España, el récord de lluvias en un día está en La Oliva (Valencia), con 817 litros en noviembre de 1987. Y el máximo de agua acumulada en una semana son 1.023 litros en Grazalema (Cádiz) en diciembre de 1958. 

Este bloque en forma de omega es un patrón habitual en la climatología, pero en este caso el cambio climático ha provocado que sea mucho más agresivo de lo normal. Stefano Materia, especialista en climatología del Barcelona Supercomputing Center–Centro Nacional de Supercomputación, afirma que las altísimas temperaturas de este verano provocan que la dana descargue muchísima más agua de lo habitual. "Bloqueos ha habido en el pasado, pero ahora son más duraderos y más destructivos", afirma. "La situación es preocupante porque estos episodios ocurrirán más frecuentemente, especialmente en otoño, cuando el mar libera la energía acumulada en verano", añade. Recuerda que los dos meses más cálidos registrados en el planeta fueron julio de 2023 y agosto de 2023. 

"Un zona de guerra" 

El diario griego Kathierini recoge varios testimonios del impacto de la tormenta en la ciudad de Volos, a la que llama "una zona de guerra". "Todos los años sufrimos lo mismo, pero esta vez la magnitud del desastre es enorme. En la ciudad no tenemos ni protección contra inundaciones ni contra incendios, esa es la verdad", dice un vecino afectado.  

Este jueves a medio día se espera que la tormenta pierda fuerza, aunque calculan que caerán de nuevo más de 400 litros en la región Tesalia y sus alrededores, en una zona que ya no da abasto. "Las altísimas precipitaciones previstas tendrán un efecto acumulativo sobre el terreno ya saturado, intensificando los problemas derivados de los episodios de inundaciones", advirtió este miércoles la agencia meteorológica griega. 

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Las lluvias también han afectado gravemente a los países de alrededor, especialmente a Turquía, donde las inundaciones se han cobrado la vida de al menos siete personas. En Bulgaria los torrentes también han dejado al menos cinco fallecidos. Además, se espera que aquí al sábado llueva con fuerza en Malta y el sur de Italia.  

Tan inusual como el diluvio de Grecia es el calor que hace estos días en el centro de Europa. En Francia se han registrado numerosos máximos históricos para un mes de septiembre, con temperaturas hasta 38º, y anomalías de 12º respecto a un año normal. En los Alpes alemanes, a 2.900 metros, se registraron de martes a miércoles mínimas nocturnas de 10,4º, temperaturas insólitas en esta temporada. 

Los dos anticiclones del Mediterráneo están separados por una entrada de aire africano que se expande desde Reino Unido hasta Ucrania y forma una cúpula caliente que provoca estas temperaturas y altera por completo la climatología de estas fechas. En Zermatt, un pueblo situado en los Alpes suizos, alcanzaron una temperatura récord de 31,2º el 24 de agosto; cuatro días después estaban a 0º con las casas cubiertas de nieve; y esta semana vuelve a salir el sol con máximas de 25º. Las fotografías de finales de agosto hablan por sí solas.

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