La fotovoltaica no fue el origen del apagón: se desconectó por dos incidentes “desconocidos” de la red

Las primeras incógnitas sobre el origen del cero energético se han disipado, pero con el paso de las horas surgen nuevas preguntas. Red Eléctrica dijo este martes que el origen no está en un ataque informático, ni en las altas temperaturas, sino en un grupo de centrales del suroeste de España, probablemente solares, que se apagaron repentinamente, provocando una reacción en cadena a lo largo de toda la red que tumbó el sistema eléctrico en segundos. Esos indicios han provocado una ola de especulaciones sobre si tanta energía renovable en el sistema es un riesgo para la estabilidad, pero el sector defiende que su apagón no es la causa, sino la consecuencia de un problema mayor.
Según la descripción que ha hecho REE de los instantes previos al cero energético, a las 12.33 horas se produjo un primer desplome de la generación eléctrica por un motivo desconocido, que fue solucionado de forma automática. Pero 1,5 segundos después se produjo un segundo evento similar del que el sistema no se recuperó. 3,5 segundos después, una gran cantidad de renovables se apagaron, seguidas de otras tecnologías como las centrales nucleares.
Al mismo tiempo, el operador eléctrico francés RTE se desconectó de España para no contagiarse y replicar la situación en Europa, lo que provocó un desajuste todavía mayor, porque la península estaba exportando una cantidad ingente de energía, equivalente al 10% del consumo que tenía España en ese momento. Ese conjunto de incidencias tumbó por completo la red eléctrica y hundió la producción a cero.
La patronal fotovoltaica UNEF difundió este martes una nota en la que niega que la culpa sea de su tecnología. "Las plantas fotovoltaicas no se desconectaron voluntariamente, fueron desconectadas de la red", señala la organización. Expertos consultados afirman que estas instalaciones se apagaron en cadena porque saltaron las protecciones de seguridad que obligan a apagarlas, según la normativa de Red Eléctrica. Esos seguros saltaron probablemente por cambios bruscos en la frecuencia de la red.
José Luis Domínguez, experto de integración de renovables en la red eléctrica del Instituto de Investigación en Energía de Catalunya (IREC), explica que 15 minutos antes del shock energético ya se empezaban a ver oscilaciones de potencia, y poco después se unieron lo que Red Eléctrica describe como dos incidentes repentinos "desconocidos" que agravaron la situación.
"Es probable que los cambios en la oscilación sean el origen del problema. Esa oscilación, que abarcaba desde España hasta el Báltico, provocó una caída de la frecuencia de la red, y esta cayó mucho más cuando Francia se desconectó de nosotros y alcanzamos un exceso de producción eléctrica enorme. Cuando la frecuencia cae por debajo de un suelo, las renovables se apagan automáticamente, igual que lo hizo la nuclear o la eólica", explica Domínguez. ¿Por qué esto no ha ocurrido en el pasado? Es una de las preguntas más repetidas en las últimas 24 horas. "Puede haber sido una tormenta perfecta de casualidades", responde el experto.
Hasta que no se conozcan exactamente cuáles fueron los dos incidentes que ocurrieron seguidamente a las 12.33, es imposible saber quién es el culpable del apagón. Héctor del Amo, director técnico de UNEF, insiste en que "no hay que confundir la causa del suceso con la consecuencia", y defiende que su tecnología no es el origen. "Puede que al intentar resolver el problema de la oscilación se desconectasen dos infraestructuras grandes en esos cinco segundos, como una central importante y una línea eléctrica, por ejemplo".
Otra palabra nueva: la generación síncrona
La tecnología fotovoltaica y la eólica también han sido criticadas por su incapacidad para corregir los desajustes de generación eléctrica y consumo. Las tecnologías tradicionales funcionan mediante el llamado sistema síncrono: turbinas que giran para producir energía, como las centrales nucleares, los embalses o los ciclos combinados de gas.
Esta turbina genera electricidad al estar conectada a un alternador pero, además, aporta al sistema lo que se conoce como masa rodante, la capacidad de liberar energía si la demanda de luz de los hogares es superior a la generación, o absorberla si hay más producción que consumo. En resumen, las tecnologías síncronas tienen margen para cubrir puntualmente desajustes en la red eléctrica, donde el consumo y la generación deben casar a la perfección.
El problema es que los paneles solares no utilizan rotores. Los molinos de viento sí, pero dependen de la fuerza del viento para girar, de manera que tampoco aportan esa masa rodante al sistema. Es por ello que tanto expertos en energía como la propia Red Eléctrica han advertido en los últimos años que el crecimiento de las renovables desestabiliza la red y puede provocar riesgos de "desconexiones de generación", como reconocía REE en su último informe de 2024 para accionistas, como publica El Confidencial.
"La alta penetración de generación renovable sin las capacidades técnicas necesarias para un adecuado comportamiento ante perturbaciones (generadores pequeños o generadores en régimen de autoconsumo) puede generar desconexiones de generación, que podrían llegar a ser severas llegando a producir una falta de balance de generación-demanda, lo que afectaría significativamente al suministro eléctrico y de forma indirecta a la reputación de la compañía", recoge el documento, publicado el pasado 26 de febrero por REE.
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José Ignacio Linares, profesor de Nuevas Energías en la Universidad Pontificia Comillas, explica que en el momento del apagón menos del 30% de la generación eléctrica en España provenía de fuentes síncronas, y si hubiera habido una mayor aportación de la nuclear y los ciclos de gas, habrían cambiado el escenario de este lunes. "Apenas tuvimos un 30% de generación síncrona, con un 60% la cosa habría sido diferente. Tenemos que aprender que no solo hay que buscar la máxima penetración renovable, sino que hay que combinarla con sistemas síncronos que aporten seguridad", afirma.
Aunque la solar y la eólica no tengan sincronía por falta de un motor, sí hay en el mercado una tecnología similar que simula ese comportamiento, los sistemas de inercia sintética. Un software que se instala en las plantas renovables y que da cierta holgura a una instalación para poder aportar algo de energía extra al sistema si hace falta, o bajar potencia si sobra. "Si la capacidad de una planta son 30 megavatios, utilizas 28 y te guardas dos de reserva para imprevistos que gestionas con un ordenador", explica Xavier Cugat, experto en energía solar.
Cugat niega que las renovables sean inseguras para el mix eléctrico y pone la responsabilidad sobre el operador del sistema, Red Eléctrica. "No tiene sentido decir que se cayó la solar y después el resto de tecnologías. Las plantas fotovoltaicas funcionan por orden de la empresa que organiza la red y si algunas se apagaron fue porque se dieron las condiciones que recoge el manual de procedimientos de operación, que publica Red Eléctrica en el BOE". Como conclusión, Cugat cree que lo que hay que investigar es la raíz del problema: "Hubo un desacople entre la oferta y la demanda que provocó la cascada, y esa labor recae sobre el operador".