Las lluvias provocan que el precio del aceite de oliva en origen caiga un 20% pero la rebaja no llegará al súper

Archivo - Recogida de aceituna en un tajo de la provincia de Jaén.

El rally de precios del aceite de oliva virgen extra tocó techo a comienzos de enero, cuando llegó alcanzar en origen los 9,33 euros por kilo en las cooperativas andaluzas, un máximo histórico. La expectativa de una primavera cálida y seca como la del año pasado anticipaba otro año muy duro para el sector de la aceituna, pero las lluvias de las últimas semanas han invertido la situación y el precio del aceite virgen extra ha caído hasta los 7,56 euros por kilo en origen —el que se paga a los agricultores—, un 19% menos que a comienzos de año, según el Observatorio de Precios de la Junta de Andalucía.

La gran duda es si esta caída se trasladará a los supermercados, pero por ahora no ocurrirá, ya que estas lluvias solo ayudarán a las cosechas de otoño de 2024 y 2025, no al aceite que hay ahora en los estands de las tiendas, según profesionales del sector. "Las lluvias han cambiado el escenario radicalmente y han acabado con el pesimismo, pero estos precios no llegarán al consumidor hasta noviembre o diciembre", anticipa Javier Alejandre, técnico de UPA, una de las tres principales organizaciones agrarias españolas.

Ni siquiera está claro, explican los expertos, que la próxima campaña que comienza en noviembre vaya a inundar de aceite el mercado —y lo abarate—, ya que un aguacero puntual no equivale a una buena cosecha de aceituna. Los ojos del sector están ahora puestos en las temperaturas de primavera porque un verano adelantado como el que vivió la península a finales de abril de 2023 quemaría la flor y arruinaría la cosecha. "Las lluvias son más que bienvenidas, pero habrá que esperar hasta la floración porque la ola de calor de la primavera pasada quemó la mitad de las flores. Y sin flor no hay aceituna", resume Rafael Pico, director de Asoliva, la patronal de los exportadores de aceite. Una vez pasada la floración, añade Pico, la clave será el estado de los embalses del sur de la península, ya que el olivar de regadío representa casi un tercio de las tierras de este cultivo, y si vuelve a reducirse el riego disponible para estos agricultores la cosecha será reducida, encareciendo su precio.

La producción de aceite lleva dos años por los suelos debido a la sequía y el calor extremo del cambio climático. Si de media en España se producían al año 1,5 millones de toneladas de aceite, en 2022-2023 apenas se embotellaron 650 millones, y la temporada que comenzó el pasado otoño (2023-2024) se espera que cierre en unas 830 toneladas. Nunca antes se había producido tan poco aceite, y esta situación tensó el mercado hasta los precios récord de enero.

Enfado en los agricultores por la bajada

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La reciente bajada del precio del aceite de primera calidad en el mercado de origen ha enfadado a los agricultores. Juan Luis Ávila, encargado de Olivar en COAG, otra de las grandes organizaciones agrarias, denuncia que se trata de un complot de los eslabones fuertes de la cadena. "Es una estrategia de la industria para bajar los precios de forma artificial. Sabemos que la próxima campaña será mejor que las dos últimas por las lluvias, pero seguimos teniendo el mercado más escaso de la historia. Si aun así vemos una escalada bajista es porque la producción está muy fragmentada y no tiene poder de negociación frente a la industria", afirma Ávila. Según opina el portavoz agrario, las lluvias de las últimas semanas han tenido "un impacto psicológico" sobre el mercado de la aceituna que no se corresponde con la realidad. "Es absurdo porque esa cosecha no llegará hasta noviembre, pero sinceramente creo que en agosto no quedará aceite. Creo que se va a producir un rebote en los precios", añade.

Desde el sector industrial, Rafael Pico contesta que la bajada del precio del aceite de oliva virgen extra en el mercado primario depende de la oferta y la demanda, y que en todo caso ellos no son los que imponen los precios, sino los productores. "El mercado del aceite es muy sensible y [desde la llegada de las lluvias] hay nerviosismo en las cooperativas. Hay algunas que quieren liquidar su stock y son ellas las que marcan el precio", afirma el portavoz de Asoliva. Rafael Pico coincide con el representante de COAG en que esta bajada puntual de precios no tiene por qué mantenerse, sino que cree que volverán a subir: "Si el precio del aceite tiende a la baja en el mercado de origen, subirá la demanda y con ella el precio. Podría darse de aquí a noviembre un mercado de sierra, donde el precio vaya subiendo y bajando a lo largo de los meses", resume.

Las lluvias benefician a todos los cultivos

Más allá del aceite, las precipitaciones de las últimas semanas han sido una bendición para el campo, coinciden todos los expertos consultados. Javier Alejandre, de UPA, explica que no solo celebran la abundancia de agua, sino que precisamente ha llegado en el momento necesario. "Estamos en semanas clave para la agricultura y los cultivos han podido aprovechar toda el agua. Si hubiese llovido así en diciembre no habría tenido tanto impacto", afirma. Las zonas más beneficiadas son la cuenca del Guadiana y el Guadalquivir, donde el año pasado los agricultores sufrieron grandes recortes en sus derechos de regadío por el bajo nivel de los embalses. La ganadería también se ha beneficiado muchísimo de las lluvias, señala Alejandre, porque garantizan que habrá pastos en primavera.

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