Librepensadores

El mundo rural en el neoliberalismo

Lucía Núñez Anta

El sábado 23 de febrero las calles de Madrid se llenaron de gente en apoyo a las chicas y chicos de Fraguas Revive, un grupo que apuesta por la vida en un pueblo abandonado que ellos mismos están reconstruyendo y reviviendo. Bajo el lema de “Fraguas libertad, por un mundo rural vivo” respondieron a la Audiencia Provincial de Guadalajara, que recientemente ratificó la sentencia que condena a seis de los miembros de Fraguas Revive a veintiún meses de cárcel y a una multa de más de 40.000 euros.

Los nuevos vecinos a los que se les acusa de repoblar un pueblo abandonado de la sierra norte de Guadalajara pretenden vivir al margen del mercado capitalista,y  como dice uno de ellos “es real, pero si no nos dejan que sea real, se puede llegar a quedar en un sueño”. Ellos reconstruyen sus casas y reforestan y sanan su naturaleza, de una forma ecológica y en colaboración. Cosechan sus propios productos recuperando tareas como el cultivo, tareas que las nuevas generaciones desconocen.

Los pueblos de España están sufriendo un preocupante abandono, todo el mundo se va a vivir a la ciudad. Si acaso, viajamos al pueblo los fines de semana. Son pocos los que emigran al pueblo para vivir, o lo que están llamando ya neorruralismo. Que todo sea por la repoblación, la gratuita, porque el contraste lo encontramos cerca. En Galicia existen unas cuatro mil aldeas en las que ya no vive nadie y muchas están a la venta en agencias inmobiliarias por apenas 250.000 euros. Es decir, negamos al ciudadano su derecho a restaurar un lugar dañado y abandonado, le criminalizamos y al mismo tiempo especulamos con su venta para que los ricos inviertan y aumenten su patrimonio. Este es el mundo rural en el neoliberalismo. No es fácil vivir fuera del mercado capitalista, ya ni en el pueblo.

Contra la despoblación, desconcentración

Fraguas es un municipio de Guadalajara que fue expropiado por la dictadura franquista en 1969 para recalificar sus terrenos como monte de utilidad pública y en los años 90 el ejército lo destroza. Tras el abandono, un grupo de personas presentaron un anteproyecto en las instituciones de Castilla-La Mancha y Guadalajara pero se lo negaron por no tener el respaldo económico que requería. El que, supongo, tendría que poseer una empresa si quiere montar una urbanización de apartamentos.

Este grupo de personas son los enjuiciados ahora por repoblar esta aldea. Se les atribuyen delitos de usurpación del monte público y ordenación del territorio y daños (que en realidad fueron producidos por la demolición del pueblo y no por ellos). Fraguas Revive es un proyecto contra el despoblamiento rural que además lleva a cabo tareas como la reforestación del campo con árboles autóctonos para evitar incendios. Esto no debería ser delito. Así que, en apoyo, ¡Fraguas resiste! ___________________

Lucía Núñez Anta es socia de infoLibre

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