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Lo mejor de Mediapart

Mediapart blinda su independencia

La redacción de Mediapart en París.

François Bonnet | Laurent Mauduit | Edwy Plenel | Marie-Hélène Smiejan-Wanneroy (Mediapart)

Desde su creación en 2008, Mediapart es una excepción en el panorama mediático: un diario totalmente digital, totalmente participativo y totalmente independiente; una prensa que depende exclusivamente de sus lectores, sin ingresos publicitarios ni subvenciones estatales; un medio de comunicación creado y controlado por periodistas. El éxito de esta apuesta, que nace apoyándose en el valor de la información (valor profesional de la investigación, valor democrático de la independencia y valor económico de la suscripción), ha permitido abrir la vía de la confianza entre el periodismo y el público. "Solo nuestros lectores pueden comprarnos", nos gusta decir. Esta independencia económica contrasta con la situación del resto de medios de comunicación, en manos de banqueros y empresarios más preocupados por la protección de sus intereses privados que por la defensa del interés general.

La independencia económica de Mediapart está actualmente garantizada por el control que ejercen sus cuatro cofundadores (François Bonnet, Laurent Mauduit, Edwy Plenel y Marie-Hélène Smiejan-Wanneroy, cofirmantes de este artículo), socios capitalistas mayoritarios; poseen el 42,08% del grupo independiente que controla el 62% del capital (integrado por los fundadores, la Sociedad de Empleados, la Sociedad de Amigos y por amigos a título personal). El resto del capital pertenece a dos socios inversores históricos (presentes desde 2008): Doxa (31,81%) y Ecofinance (6,32%).

Desde la creación de Mediapart, la posición de control de sus fundadores se traduce en el peso que tienen en el seno del consejo de administración, donde se toman todas las decisiones estratégicas para la empresa: de los siete administradores, los cuatro cofundadores y el presidente de la Sociedad de Amigos (Michel Broué) ocupan cinco puestos, los dos últimos están reservados a dos administradores exteriores elegidos por la asamblea general de accionistas, a propuesta del consejo de administración (actualmente Sébastien Sassolas y François Vitrani).

La cuestión de la pervivencia de esta independencia económica, más allá de la presencia de sus cofundadores, planea desde la fundación de Mediapart. Sus cofundadores siempre han afirmado su deseo de ceder el control del periódico a la redacción en condiciones de garantizar la pervivencia de su independencia. Dicho de otro modo, nunca ha existido intención de vender Mediapart al mejor postor, de traspasarlo a sus sucesores o de sacarlo a Bolsa. No hace falta decirlo, pero es mejor hacerlo. Quedaba por encontrar la mejor solución posible, la más creativa y sólida, para que este traspaso del control de Mediapart de los fundadores al equipo proteja de forma sostenible su independencia.

La búsqueda no ha cesado en los últimos tres años, en colaboración con el equipo de Mediapart. Ahora culmina con una solución inédita que, propuesta por sus fundadores, ha recibido la aprobación de los empleados de Mediapart y de los accionistas. La votación de la redacción tuvo lugar el pasado lunes 24 de junio; el 93,43% de los votos emitidos ratificaban la propuesta, mientras que la tasa de participación fue del 91,56%.

Se descartaron acciones empresariales fallidas como la Sociedad de redactores de Le Monde y la Sociedad civil de personal de Libération, que dejaban las acciones en manos de los empleados. En efecto, las lecciones del pasado (la adquisición de dichos periódicos por parte de intereses privados ajenos al mundo de la información) demuestran que estos escenarios no resisten en caso de dificultades financieras y que, además, abren las puertas a disputas internas por el control. Tampoco salieron bien las iniciativas llevadas a cabo por las sociedades corporativas (SCOP o SCIC) en materia de prensa diaria de información política y general.

La elección final por la que optamos solo tiene un precedente, en otra cultura democrática –liberal, en el sentido anglosajón del término– que contrasta con los lastres franceses: el Scott Trust que, desde 1936, garantiza la independencia del diario británico The Guardian, velando por hacerla eterna, mirando por su futuro (más información aquí). De modo que Mediapart va a transferir el 100% de su capital a una sociedad sin ánimo de lucro que, asegurándolo e inmovilizándolo, lo hará definitivamente intransferible, invendible y no especulativo.

Este Fondo para una Prensa Libre (FPL) lo crearán los cofundadores de Mediapart y la actual presidenta de la Sociedad de empleados (Martine Orange), a través de la Asociación por el Derecho a Saber (ADS). Dicho Fondo protegerá el futuro económico y la independencia editorial de Mediapart detentando su capital a través de una organización intermedia, la Sociedad para la Protección de la Independencia de Mediapart (SPIM).

Por lo tanto, nuestra decisión pasa por prolongar la innovación de Mediapart por medio de una solución innovadora, en el marco de la legislación francesa vigente: que un fondo de dotación (una organización sin ánimo de lucro) controle el 100% del capital de Mediapart, lo que impedirá su venta o que pase a estar bajo control de intereses económicos privados. De este modo, se garantiza y protege estructuralmente la independencia de Mediapart.

Más allá de la sacralización del capital de Mediapart, este Fondo para una Prensa Libre (FPL) garantiza una misión de interés general, al servicio de la profesión y del público: promover, ayudar y defender la libertad de la prensa, garante del derecho a saber y de la libertad de decir, apoyar su pluralismo y proteger su independencia. Su acción responde a un objetivo de interés general recogido en la Constitución de la República Francesa y avalado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El objetivo del FPL es contribuir a la realización, al respeto y a la protección de estos principios democráticos en un momento de cambio provocado por la revolución digital. Pretende garantizar que ésta no sea sinónimo de regresión del pluralismo de la prensa, de pérdida de independencia de las redacciones periodísticas y de debilitamiento de la libertad de información. Su creación es aún más necesaria en un momento en que los ataques contra la libertad de información se multiplican en Francia, en un contexto internacional de regresión autoritaria de las democracias.

Como parte de su misión de interés general, este Fondo para una Prensa Libre podrá recibir donaciones, desgravables para personas físicas y jurídicas, como prevé la ley cuando van destinados a causas de interés general, incluida la defensa de los derechos fundamentales. Sin embargo, estas donaciones no podrán beneficiar en modo alguno a Mediapart, que, a cambio, tendrá que destinar una parte de sus beneficios a la causa de interés general del FPL.

En un futuro, si bien seguirá siendo una empresa comercial cuyos únicos ingresos proceden de la suscripción de sus lectores, Mediapart estará controlado por una organización no capitalista, ajena a cualquier tipo de lucro y solo preocupada por el interés general. El FPL, al controlar el capital de Mediapart a través de la SPIM, no podrá interferir en su gestión diaria ni en su política editorial. La SPIM simplemente tendrá que ocuparse de proteger el futuro de Mediapart mediante la acumulación regular de reservas financieras.

Una vez logrado el apoyo de la totalidad de los accionistas a finales de junio, esta segunda fundación Mediapart se materializará a finales del próximo mes de septiembre, conforme a los plazos detallados en rueda de prensa celebrada este 2 de julio de 2019. Estos detalles pueden leerse, en francés, en este enlace.

En el programa clandestino del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR), la libertad de la prensa aparece como la condición para "el establecimiento de la democracia más amplia". Y, para el CNR, ésta pasaba por "su independencia con respecto a los poderes económicos".

"Toda reforma moral de la prensa sería inútil si no fuera acompañada de medidas políticas destinadas a garantizar a los periódicos una verdadera independencia con relación al capital", escribió Albert Camus durante la Liberación, en 1944, cita recogida en el Manifiesto de Mediapart, publicado en 2009, un año después de su creación, Combate por una prensa libre (Combat pour une presse libre).

Durante más de medio siglo, esta exigencia se situó en el centro de las batallas libradas colectivamente por los periodistas y las redacciones para que su independencia editorial fuese garantizada por la independencia económica de sus periódicos. Que estas batallas finalmente se perdieran, bajo el control actual de los poderes económicos y financieros en prácticamente todos los medios de comunicación privados franceses, hace que sea aún más necesario recoger el testigo.

Este es el desafío que el equipo de Mediapart ha decidido asumir colectivamente con la creación del Fondo para una Prensa Libre, que garantizará su futuro y contribuirá a los combates de toda la profesión en favor de la libertad de la prensa y la independencia del periodismo. La confianza del público pasa por esta liberación de la información de todo interés privado con el objetivo de que su único fin esté al servicio del interés general.

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