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Club de lectura

El cuerpo habla

Diario de un cuerpo, de Daniel Pennac.

Chary Arbolí

Los clubes de lectura forman un tejido muy importante en la vida cultural. Les dejamos esta sala para que comenten sus lecturas y nos ayuden a componer nuestra biblioteca. Si formas parte de un club de lectura, puedes escribirnos a losdiablosazules@infolibre.es para contarnos vuestra historia y hacernos llegar vuestras recomendaciones.losdiablosazules@infolibre.es

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Todo un descubrimiento ha sido la lectura de Diario de un cuerpo (Literatura Random House, 2012), un original y delicioso libro del escritor francés nacido en Marruecos Daniel Pennac. Y no sólo para mí, sino para la gran mayoría de miembros de nuestro club de lectura, el de la biblioteca municipal Juan Ramón Jiménez de Sanlúcar la Mayor. Muchos lo empezaron por disciplina y lo terminaron por deleite.

Antes de comenzar creemos que vamos a tropezarnos con un diario al uso de la vida de alguien, los  pequeños capítulos están encabezados por fechas concretas y de entrada resulta algo tedioso bucear en la exhaustiva biografía de una persona cualquiera. Sin embargo no se trata de un diario íntimo, sino una crónica cotidiana del propio cuerpo, “nuestro compañero de viaje, nuestra máquina de ser”, la historia de un cuerpo contada por él mismo.

 

A los 12 años y debido a una triste y humillante anécdota el protagonista decide comenzar este diario diciéndose que nunca más volverá a tener miedo. Y es así cómo va relatando todo tipo de experiencias sensoriales y corporales que irán elaborando un retrato personal y a la vez universal puesto que todos nos relacionamos con nuestro entorno a través del cuerpo. “El miedo al vacío machaca mis huesos... a los golpes me paraliza, el miedo a tener miedo me angustia, la angustia me produce cólicos, la emoción me pone la carne de gallina, la nostalgia humedece mis ojos, la sorpresa me sobresalta, el pánico me hace mear... la vergüenza me encoge. Mi cuerpo reacciona ante todo...”.

Proveniente de una familia militar, Daniel Pennac (Casablanca, 1944) pasó su infancia en tierras africanas y del sudeste asiático y su juventud en Niza, donde se graduó en letras y se decantó por la enseñanza. Inició su actividad literaria con libros para niños, adquirió gran popularidad gracias a una saga de novela negra y  también ha escrito ensayos. De estos es célebre el titulado Como una novela. En 2007 recibió el Premio Renaudot por su obra Mal de escuela.

Escrito con mucho humor y sin tapujos Diario de un cuerpo (Journal d'un corps) está poblado de imágenes cotidianas, curiosas y muy cercanas al lector. Su prosa es ligera y a la vez profunda, con un vocabulario amplio y  exquisito lleno de matices sensuales y sexuales. “Lo extraordinario, cuando me doy placer, es ese instante que llamo el trance del equilibrista: el segundo en que justo antes de gozar, no he gozado todavía. El esperma está ahí, dispuesto a brotar, pero lo retengo con todas mis fuerzas...”.En definitiva, la sustancia de esta novela abarca las sorpresas del cuerpo, no las del alma. Sin embargo, aunque nuestro organismo esté compuesto de huesos,  músculos,  órganos... nuestro ser interior se nutre de las relaciones que la materia física experimenta con el mundo y con los otros.

En nuestra tertulia mensual hemos compartido muchos momentos divertidos del libro, así como pasajes llenos de ternura,  rebeldía o dolor. Hay pocos hombres en nuestro grupo y todas estábamos expectantes ante sus opiniones sobre este diario masculino. Sin embargo resultó sorprendente constatar que a cada uno le había llegado de una forma distinta, menos personal,  al contrario que a la mayoría de lectoras.  Se comentó que Pennac había deseado pasar el testigo a una mujer, a la espera de que narrara el diario de un cuerpo femenino, aunque hasta el momento, que sepamos, ninguna escritora lo ha hecho.

Por último destacar también el estilo ingenioso que salpica  las páginas de este singular diario, incluso a veces emergiendo de la prosa más corporal: “Esas emanaciones del cuerpo que son la silueta, los andares, la voz, la sonrisa, la escritura, la gestualidad, la mímica, únicas  huellas dejadas en nuestra memoria por aquellos a quienes realmente hemos mirado”, o “El hombre nace en pleno hiperrealismo para distenderse poco a poco hasta terminar en un puntillismo muy aproximado antes de diseminarse en polvo de abstracción” . O la hermosa metáfora que dedica a su mujer: “Puntuación amorosa de Mona: confíeme esta coma para que la convierta en signo de exclamación”. 

*Puedes encontrar el club de lectura de la biblioteca de Sanlúcar la Mayor en su página de Facebook. página de Facebook

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