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Gustavo Bueno, en sus últimos años de vida era un referente habitual en charlas, debates periodístico/espectáculo-televisivo. No alcanzo –me falta intelecto y formación- para valorar el pensamiento y el legado de tan insigne y –por las críticas que recibe- trascendental filósofo. Son muchos los shows (el más sonado, el 26 de octubre de 1998, en las escaleras de la Universidad de Oviedo) que el ya fallecido filósofo escenificó Fue invitado por la revista Interviú a escribir cada semana sobre dicho evento allá por el año 2000. Repitió la experiencia en la edición de Gran Hermano 2001. Y volvió a colaborar con sus artículos semanales en Interviú. Sus citas son célebres: “Nadie puede decir: `soy ateo´ sin pensar en Dios” “Dicen que los americanos fueron a Irak por el petróleo. Pero ¿les parece poco?, ¿poco importante? Dicen que es de los árabes, pero ¿por qué?, ¿les dio Alá el petróleo?” “Debería hacerse un referéndum sobre la pena de muerte. La gente no se atreve a decir esto, pero yo sí. Por ejemplo, al etarra Barrios, el que asesinó al matrimonio de Sevilla, habría que matarle. Yo mataría al etarra Barrios con mis manos”. “Soy ateo pero hoy me defino como un ateo católico: la Iglesia es la heredera del Imperio Romano. Es filosofía griega más derecho romano. Es una organización internacional única en la historia. Es admirable.” Es más difícil argumentar, criticar lo arriba enunciado, cuando un célebre e insigne filósofo les da “razones” a la sinrazón de la pena de muerte, la herencia histórica de Iglesia Católica o el lamentable espectáculo que nos brinda cada día la televisión. A un ilustre filósofo como Gustavo Bueno… ¿ha de ser valorado y juzgado sólo por la parte de su obra que nos viene bien y nos interesa, y no por sus derivaciones contradictorias y opuestas a todo lo que dijo en su juventud?. Les dejo a los lectores las reflexiones y respuestas que yo no encuentro.
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Ocultar 1 RespuestasEn lo mismo que ocurre con escritores como Erza Pound, gran poeta y defensor de Mussolini,o el francés Celine, colaboracionista con los nazis, o el italiano Papini, defensor de Mussolini o el noruego Knut Hamsun, premio Nobel de Literatura y defensor del nazismo. Y el más significativo, el filosofo Heidegger, rector de la Universidad de Friburgo en tiempos del nazismo y defensor del mismo, o el escritor Jünger u otros...Pero también los que cambiaron en sentido contrario como Dionisio Ridruejo, soportando las inclemencias del cambio, no como Pedro Laín Entralgo que se las dio de demócrata cuando eso era ya bien visto. Es dificíl separar sus vidas políticas o sus apuestas ideologicas de su obra,al parecer sólo con el paso del tiempo si su obra sigue perdurando en el canon está predominará sobre su trayectoria vital
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Señor Cuenca, gracias por su interesantísimo artículo. Justo es reconocer los méritos del filósofo. No acabo de encajar la soberbia con la genialidad de la obra de Bueno, y no la encajo en nongún pensador. Dicha dicotomía me lleva a la creencia de que la aportación no es tan importante. No puedo evitarlo.
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Ya lo dijo él mismo en la que dice ser su última entrevista:"En España "tenemos" el cerebro hecho polvo". Siento discrepar del texto. Las opiniones de Bueno sobre la segunda república y la memoria histórica son inaceptables, y quizá sea ese atrevimiento al opinar y emitir falsedades sobre hechos históricos incuestionables, lo que me lleva a pensar que el escaso desarrollo de su supuesto sistema filosófico se deba a las propias contradicciones de su pensamiento. http://www.abc.es/cultura/cultural/20150914/abci-entrevista-gustavo-bueno-201509141132.html
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Muchas gracias ,Sánchez-Cuenca por glosar de un modo justo y necesario, la obra y la importancia de un filósofo singular y al mismo tiempo único. Su valor, como ha ocurrido tantas veces, se empezará a visualizar a partir de su marcha. Pero, aunque tarde el mundo del tocomocho político, valorará la gran aportación de este FILÓSOFO en nuestra pobre filosofía.
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Enhorabuena I. Sanchez Cuenca. Este es, a distancia, el mejor artículo-obituario que he leido hasta ahora. Es curioso que en ninguno de ellos se perciba un aprecio emocional, una tristeza humana, un agradecimiento afectivo por su labor. Como profesor tuvo ocasión de sobra para inspirar, para ser escalón de otras nuevas generaciones. Sin tener un conocimiento exhaustivo de su obra, creo que le faltó referencias internacionales contemporáneas que equilibraran su pensamiento.
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Lástima. Le creía más inteligente.
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