Accidentes ferrocarril

El maquinista reconoce ante el juez que se despistó y creía estar en otro tramo de la vía

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Francisco José Garzón Amo, el maquinista de Renfe que conducía el tren siniestrado en Santiago de Compostela, ha quedado en libertad con cargos después de declarar durante casi dos horas ante el juez. Está imputado de 79 delitos de homicidio por imprudencia profesional. El juez ha inhabilitado a Garzón durante seis meses para conducir trenes, le ha retirado el pasaporte y le ordena que se presente en el juzgado una vez por semana.

Según el tribunal, ninguna de las partes solicitó la prisión del imputado al no apreciarse riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas. En la causa están personados Renfe, Adif y dos compañías aseguradoras.

Fuentes que han asistido a la declaración han asegurado que la mayoría de las preguntas que se le plantearon al maquinista se centraron en intentar averiguar las razones por las cuales no frenó. Además, han descrito como "muy emotiva" la intervención del maquinista, a quien también se le imputa una pluralidad de delitos de lesiones.

Garzón ha reconocido frente al juez que se despistó mientras iba a los mandos del convoy y que pensaba que se encontraba en otro tramo de la vía, según recoge La Voz de Galicia. El maquinista ha asegurado, de esta manera, que su descuido se debió a que creyó que no había llegado aún al tramo donde debía reducir la velocidad y por eso no pasó de 200 km/h a 80 km/h.

El trabajador de Renfe testificó ante el juez después de permanecer detenido durante casi 72 horas, que es el plazo máximo legal antes de pasar a disposición judicial. Parte del arresto lo pasó en el hospital, donde ingresó en la noche del miércoles tras el accidente que causó la muerte a 79 personas. Garzón permaneció hospitalizado hasta el mediodía del sábado.

El atestado elaborado por la Policía sobre el accidente ferroviario concluye, según Europa Press, que el maquinista presionó todo el tiempo el pedal conocido como hombre muerto, un dispositivo de seguridad que detiene automáticamente el tren en caso de que el conductor se desvanezca o se ausente de la cabina durante un período. Si el conductor de un ferrocarril deja de presionar este dispositivo, a los 27,5 segundos el tren se hubiera frenado. Pero el atestado que ha sido entregado al titular del Juzgado número tres de Santiago, Luis Aláez, recoge que el maquinista fue presionando todo el tiempo este pedal. 

¿Único culpable?

Tras el descarrilamiento, diversos altos cargos de Fomento han tratado de convertir al maquinista en el único culpable del accidente, a pesar de que aún se desconocen en detalle todas las causas. Lo que sí se sabe es que Garzón entró en la curva de A Grandeira a una velocidad aproximada de 190 kilómetros a la hora, cuando el máximo permitido era de 80. 

En concreto, el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, sostuvo que el maquinista tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el fatal accidente. En este sentido, su homólogo en Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha afirmado además que el conductor había pasado 60 veces por el punto donde se produjo el accidente. "Por este punto pasan seis trenes diarios y este maquinista ha pasado 60 veces por ese punto".

Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, manifestó el sábado que la Policía detuvo al maquinista que conducía el Alvia accidentado en Santiago porque "hay indicios racionales como para pensar que pueda tener una eventual responsabilidad".

Pese a estas declaraciones, la ministra de Fomento, Ana Pastor, negó que se haya intentado culpabilizar al empleado de Renfe: “Lo único que se ha dicho a preguntas de los periodistas es que si viene una curva de 80 km/h y se va a más velocidad, hay que frenar y reducir la velocidad, pero nada más", señaló.

Al margen de la posible culpabilidad del maquinista en el accidente, el tren Alvia no estaba utilizando el sistema europeo de frenado automático de emergencia conocido como ERTMS. Y no lo usaba este tren ni ningún otro Alvia de sus características porque los sistemas tecnológicos instalados en ellos no se comunican correctamente con los situados en la vía. Fomento reconoce que la instalación de ERTMS termina en el kilómetro 80 y el accidente se produjo en el 84, y en esos cuatro kilómetros funciona el sistema de frenado ASFA digital.

La evolución de las víctimas

En cuanto a los heridos, y tras el fallecimiento este domingo de una ciudadana de Estados Unidos que se convirtió en la víctima 79, un total de 70 personas permanecen ingresadas en los hospitales gallegos, según ha informado la Consellería de Sanidade.

En un comunicado, el departamento que dirige Rocío Mosquera comunica que, de los 70 heridos que permanecen hospitalizados en centros sanitarios de la comunidad, 22 están en las unidades de críticos –20 son adultos y dos se encuentran en la UCI pediátrica.

En días pasados, Mosquera concretó que, desde el punto del accidente, fueron trasladadas 178 personas por el 061. Entre los heridos registrados, al margen de los procedentes de comunidades españolas, se han contabilizado también personas de Argentina, Colombia, Perú, los Estados Unidos y el Reino Unido.

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