Atentado en Barcelona

El terrorismo yihadista provoca una masacre en Barcelona trece años después del 11-M

Un grupo de gente con los brazos en alto ante el despliegue policial en el lugar del atentado.

Trece años después de los atentados del 11-M en Madrid, el terrorismo yihadista ha vuelto a atacar España, y lo ha hecho en Barcelona, que este jueves fue escenario de un atropello masivo y premeditado en la céntrica avenida de La Rambla, una de las calles más emblemáticas y transitadas de la Ciudad Condal. El atentado, que recuerda por su metodología a los que han sufrido en los últimos años ciudades como Niza (Francia), Berlín (Alemania) o Estocolmo (Suecia), ha causado al menos trece muertos y más de medio centenar de heridos. Según confirmaron los Mossos d'Esquadra, el conductor de la furgoneta con la que se perpretró el ataque se encontraba huido al filo de la medianoche del jueves.

La confusión fue la nota dominante de la tarde del jueves, cuando alrededor de las 17 horas comenzaron a difundirse las primeras informaciones en redes sociales sobre un atropello masivo en La Rambla de Barcelona, una vía habitualmente muy transitada y que se cuenta entre los principales puntos turísticos de la ciudad. Pocos minutos después, a las 17.16, los Mossos d'Esquadra alertaban a través de su cuenta de Twitter de que se había producido este atropello y pedían a los ciudadanos que se quedaran en sus casas, mientras desalojaban los alrededores de La Rambla y la Plaça Catalunya, la glorieta en la que desemboca la avenida.

Mientras las fuerzas de seguridad catalanas se desplegaban por el centro de Barcelona y en sus accesos por carretera, sus portavoces no quisieron confirmar el carácter terrorista del atropello. No obstante, a las 18.23, los Mossos ya señalaban que se había activado el protocolo "previsto en casos de atentado consumado", y en torno a las 18.50 la policía autonómica ratificaba que el ataque era un acto de terrorismo. Diversos medios hablaban entonces de que los terroristas se encontraban atrincherados en un restaurante turco del centro de Barcelona y que podrían existir rehenes, un extremo que tuvieron que desmentir los Mossos, que alrededor de las 20.00 comenzaron a evacuar a los transeúntes que se habían refugiado en comercios y locales en las calles aledañas al lugar del atentado.

Con el avance de la tarde, las fuerzas policiales también anunciaron que habían interceptado una segunda furgoneta en el municipio barcelonés de Vic, un vehículo que supuestamente los terroristas habrían alquilado con la intención de huir y que no contenía explosivos. Además, a media tarde también comenzaron a conocerse los primeros detalles sobre los autores de la matanza. Se distribuyó la fotografía de Driss Oukabir, el presunto responsable de alquilar la furgoneta con la que se habría ejecutado el atropello, y pocas horas después los Mossos d'Esquadra anunciaban su detención. No obstante, alrededor de las 21.30 de la tarde, un hombre se presentó en una comisaría de la localidad de Ripoll (Girona) diciendo ser el auténtico Oukabir y denunciando que le habían robado la documentación, según adelantó La Sexta.

Por la noche, los Mossos confirmaron que dos personas supuestamente relacionadas con el atentado se encontraban detenidas, una de las cuáles sería este último ciudadano, que se encuentra siendo interrogado. No obstante, tal y como confirmó la máxima autoridad del cuerpo policial, Josep Lluís Trapero, alrededor de las 23.00, el conductor de la furgoneta se encontraba todavía huido a esa hora. Trapero, además, planteó la posibilidad de que el atropello masivo en Barcelona estuviera relacionado con una explosión producida este miércoles en una casa en Alcanar (Tarragona) por una manipulación de bombonas de butano.

En la confusión reinante, en torno a las 19.40 de la tarde un vehículo se negó a someterse a un control policial en la Diagonal de Barcelona y arrolló a dos policías, que resultaron heridos pero por cuya vida no se teme. La persecución que se inició posteriormente terminó con uno de los ocupantes del coche muerto en la localidad de Sant Just Desvern; en un principio se pensó que el fallecimiento lo había provocado el tiroteo con la policía, pero posteriormente se descubrió que el finado presentaba heridas de arma blanca. Se está investigando si este suceso tiene relación con los atentados.

Pero Barcelona no fue la única ciudad atacada por el terrorismo. La localidad de Cambrils (Tarragona) también fue escenario, pasada la medianoche, de un intento de atentado frustrado en el que cinco terroristas pretendían emular a los yihadistas de Barcelona y realizar un atropello masivo con una furgoneta. Tras un intercambio de disparos con los Mossos, cuatro de los terroristas fueron inmediatamente abatidos, a los que se sumó el quinto minutos después. Según informaron las fuerzas de seguridad, los atacantes portaban chalecos explosivos falsos, que fueron detonados por los agentes de forma controlada. Seis personas resultaron heridas.

Rajoy, Puigdemont y Colau se movilizan

Las autoridades estatales, autonómicas y municipales se movilizaron de urgencia durante la tarde para dar respuesta al atentado. El presidente y la vicepresidenta del Gobierno, Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, se desplazaron a Barcelona junto al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, mientras que el Ejecutivo catalán, encabezado por el president Carles Puigdemont, se reunió de manera extraordinaria en el Palau de la Generalitat. Asimismo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, interrumpió sus vacaciones para unirse al despliegue.

Puigdemont compareció alrededor de las 21 horas acompañado del vicepresidente, Oriol Junqueras, y de Colau. En su declaración, Puigdemont señaló que el atentado había provocado 80 heridos, 15 de ellos en estado grave, y una docena de muertos, y tanto él como Colau quisieron transmitir un mensaje de unidad y solidaridad. "Entre todos doblegaremos a aquellos que intentan confrontar civilizaciones", que aseguró que "Cataluña ha sido, es y será tierra de paz y bienvenida" y agradeció la colaboración entre los distintos cuerpos policiales asegurando que "hoy no ha habido divisiones". "Mañana toca salir a la calle", planteó muy emocionada Colau, que anunció un minuto de silencio este viernes a las 12. "Barcelona es una ciudad de paz, valentía y cosmopolita. Los cobardes no se saldrán con la suya", sostuvo.

El último en comparecer fue Rajoy, que ofreció una declaración sin preguntas tras reunirse con los altos mandos de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el CNI en Barcelona. El presidente del Gobierno mostró a Puigdemont "todo el apoyo del Gobierno y del Estado" e hizo girar su discurso en torno a la idea de que España ya ha vencido al terrorismo y volverá a hacerlo. "Hemos sufrido zarpazos como este en nuestra historia más reciente pero también sabemos que a los terroristas se les vence", señaló Rajoy, que apuntó que "España es un pueblo unido" en valores como "la democracia, la libertad y los derechos humanos". "Los españoles vamos a vencer", remachó el líder del Ejecutivo.

Barcelona, tras Niza, Estocolmo, Berlín o Londres

Con el atentado de este jueves –que reivindicó el Estado Islámico en torno a las 22 horas–, Barcelona se suma a la larga lista de ciudades que en el último año han sido víctimas de ataques perpetrados con vehículos. La primera de ellas fue Niza (Francia), que el 14 de julio de 2016 vio como un camión conducido por un ciudadano tunecino arrolló a la multitud que se encontraba celebrando la fiesta nacional francesa en el paseo marítimo, causando 85 fallecidos. Posteriormente, el 19 de diciembre, el mismo modus operandi fue seguido por otro tunecino, Anis Amri, que asesinó a 12 personas e hirió a otras 48 cuando irrumpió a gran velocidad con un camión en un mercadillo navideño en Berlín.

Londres sería la siguiente ciudad golpeada por esta modalidad de terrorismo yihadista. El 22 de marzo, el británico Khalid Masood –que terminó siendo abatido por la policía– arrolló a varios transeúntes que se encontraban en el Puente de Westminster, en las inmediaciones del Parlamento, matando a cuatro personas en el acto e hiriendo a una quinta que fallecería días después. También fueron cuatro los asesinados en Estocolmo el pasado 7 de abril por un yihadista que empleó el mismo modus operandi en la céntrica avenida Drottninggatan, a la cuál accedió a gran velocidad con un vehículo pesado.

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La capital británica sufriría otros dos atentados con vehículos los días 3 y 19 de junio. El primero fue perpretrado por tres yihadistas que arollaron a una veintena de peatones en el Puente de Londres y, posteriormente, estuvieron varios minutos apuñalando peatones que circulaban por la calle, causando ocho muertos. El segundo lo llevó a cabo un galés que atropelló con una furgoneta a un grupo de musulmanes que regresaban de la mezquita y mató a uno de ellos.

Hasta el momento, España había permanecido ajena a esta última ola de atentados que se ha cebado especialmente con países como Francia, Bélgica o el Reino Unido. No obstante, en los últimos meses las fuerzas de seguridad han realizado multitud de detenciones de presuntos yihadistas y ciudadanos musulmanes radicalizados con disposición de atentar, y sólo desde 2017 el número de arrestados asciende en España a 51, según los datos oficiales ofrecidos por el Ministerio del Interior.

Cataluña –y, especialmente, la provincia de Barcelona– es la comunidad en la que más ciudadanos ha detenido la policía en 2017 acusados de delitos relacionados con el terrorismo islamista: en diez operaciones llevadas a cabo en esa autonomía, las fuerzas de seguridad han arrestado a un total de 14 presuntos yihadistas. En términos absolutos, solo en Madrid (con diez detenidos en 2017) y en Ceuta y Melilla (con tres arrestados en cada ciudad) ha habido un número similar de presuntos yihadistas detenidos.

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