Fuerzas Armadas

Defensa lleva dos semanas de silencio ante las proclamas franquistas de militares que podrían incumplir la ley

La ministra de Defensa, Margarita Robles, en el Palacio de la Moncloa.

Mutismo absoluto. Esa es, al menos por el momento, la actitud que mantiene el Ministerio de Defensa ante la difusión de un manifiesto firmado por centenares de oficiales de las Fuerzas Armadas para loar la figura del dictador Francisco Franco. El texto se hizo público el pasado 31 de julio y exige respeto hacia "la figura militar del general Franco", a juicio de los firmantes "vilipendiada hasta extremos inconcebibles" y "con unos fines espurios". En el momento de su publicación, el manifiesto contaba con el apoyo de cerca de 200 militares y dos semanas después el número de firmantes ha crecido hasta más de 600. infoLibre se puso en contacto el pasado jueves con el Ministerio de Defensa para conocer si el departamento liderado por Margarita Robles ha abierto o tiene pensado abrir una investigación con el fin de detectar entre los firmantes del texto a militares en activo o en la reserva, como han solicitado colectivos como la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), la asociación mayoritaria en los cuarteles. Al cierre de la edición del lunes 13 de agosto, Defensa no ha respondido a esta cuestión ni, en caso de que la respuesta fuera negativa, ha justificado dicha decisión de no investigar el asunto. Se limita a mantener silencio ante las proclamas franquistas.

El texto, auspiciado por la Asociación de Militares Españoles (AME), exige "respeto y desagravio" al "general Don Francisco Franco Bahamonde", una figura –asegura el escrito– contra la que "la izquierda política y todos sus medios afines han desatado una campaña sin medida y difícilmente comprensible" cuya intención es ir "borrando sin prisa pero sin pausa todo vestigio de su quehacer por España en los momentos históricos que le tocó vivir". "Solicitamos a los directores y actores de esta campaña infame retomar la verdad histórica en sus exposiciones de motivos y terminar con su perversa pretensión de exhumar los restos de Franco y la posterior transformación o destrucción del símbolo de la reconciliación que le alberga junto a tantos combatientes de la Guerra Civil", exigen los firmantes del manifiesto.

La identidad de todos los firmantes del manifiesto no se conoce con exactitud, aunque algunos de los nombres sí se han hecho públicos. No obstante, la propia Asociación de Militares Españoles –que difunde el texto filofranquista– incluye en su página web un enlace a una noticia en la que se asegura que "ya son 672" los firmantes del documento que loa la figura de Franco, entre ellos "un tercio del generalato total en activo en el Ejército español". La AME no especifica tampoco si los más de seis centenares de militares que suscriben el manifiesto están en su totalidad retirados o si algunos de ellos se encuentran activos o en situación de reserva, ambos estatus en los que los miembros de las Fuerzas Armadas tienen vetado realizar manifestaciones políticas.

Falta "grave o muy grave"

En cualquier caso, si alguno de los firmantes del manifiesto estuviera en la reserva o activo en las Fuerzas Armadas, habría cometido una falta "grave o muy grave" suscribiendo el documento. Así lo asegura Mariano Casado, abogado experto en justicia militar, que recuerda que la ley impide a los militares no retirados –y quienes están en la reserva siguen manteniendo una relación profesional con las Fuerzas Armadas– manifestar públicamente opiniones políticas y les obliga a mantener "una estricta neutralidad política". "Es obvio que el tema de Franco está presente en el debate político y social" y en este tipo de casos, sostiene Casado, los miembros de las Fuerzas Armadas deben "extremar aún más las precauciones" a la hora de realizar pronunciamientos públicos.

La norma que establece esta limitación es la Ley Orgánica de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas. En su artículo 12, dicha norma señala que "en cumplimiento del deber de neutralidad política y sindical, el militar no podrá pronunciarse públicamente ni efectuar propaganda a favor o en contra de" partidos, sindicatos, candidatos electorales u "opciones políticas". Asimismo, el artículo 7 de la ley plantea que los militares están obligados a mantener "una estricta neutralidad pública en relación con la actuación de los partidos políticos".

Según explica Casado, estas limitaciones afectan tanto a los militares activos como a los que están en la reserva y solo dejan de aplicarse cuando se pasa a retiro, el momento en el que el militar cesa su relación profesional con las Fuerzas Armadas. Y, por ello, "si un militar en la reserva hubiera firmado el manifiesto" en apoyo a Franco, "el Ministerio de Defensa" o la rama de las Fuerzas Armadas en la que desempeñe su función "podrían iniciar una investigación de oficio" para confirmar una eventual infracción. Asimismo, esta investigación también podría iniciarse "a instancias de una asociación" o de "cualquier grupo de ciudadanos" que así lo solicitara al departamento que lidera Margarita Robles.

Hasta la pérdida de la condición militar

¿Y si se encontrara a estos militares culpables de haber incumplido la ley? El régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas establece que las faltas graves –entre las que se cuenta "efectuar con publicidad manifestaciones o expresar opiniones que supongan infracción del deber de neutralidad política o sindical"– pueden conllevar tres tipos de sanciones: una "económica de ocho a 15 días", el "arresto de 15 a 30 días" o incluso la "pérdida de destino". Si la falta se considerase muy grave –para lo cual el militar debe "infringir reiteradamente" su deber de neutralidad política o su limitación de la libertad de expresión–, las sanciones pueden ir desde un "arresto de 31 a 60 días" hasta la pérdida de la condición militar, pasando por la "suspensión" temporal de su empleo.

Los responsables de analizar el caso y tomar la decisión varían en función de si la eventual infracción del reglamento se considerase grave o muy grave, explica Casado. En el primero de los supuestos, señala el experto, decidiría en última instancia el jefe de la rama de las Fuerzas Armadas en la que desempeñase su trabajo el militar en cuestión. Por el contrario, si la falta se considera muy grave, la responsabilidad última de la eventual sanción sería de la ministra Robles.

"Defensa puede perfectamente investigar de oficio y comprobar, al menos, los nombres" de los firmantes del manifiesto que se han hecho públicos, denuncia por su parte Jorge Bravo, presidente de AUME, que critica la "inacción" del Ministerio ante lo que, asegura, son actitudes relativamente frecuentes. Bravo, además, señala que el departamento que dirige Margarita Robles podría actuar "ya" contra los miembros de las Fuerzas Armadas que "se pasean impunemente" y reparten periódicamente en los cuarteles la revista Militares, elaborada por la asociación AME y que a su juicio incluye contenidos que violan del deber de neutralidad política.

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"Una afrenta a nuestra democracia"

Por otra parte, la Asociación Foro Milicia y Democracia (FMD) decidió este lunes "salir al paso de la afrenta a nuestra democracia que supone la publicación, en la revista de la Asociación de Militares Españoles (subvencionada por el Ministerio de Defensa), de una declaración, a modo de manifiesto, en la que altos mandos (centenares, según algunos medios) alaban la figura del general Franco y critican la decisión del gobierno actual de exhumar sus restos del mausoleo del Valle de los Caídos. Una decisión legal y legítima tomada por un gobierno legítimo salido del Parlamento".

FMD considera "preocupante" que el documento lo firmen antiguos oficiales de alto rango y generales "porque esto muestra en manos de quién han estado muchas de las unidades, organismos y centros de decisión de las Fuerzas Armadas durante la ya larga democracia de nuestro país. Algo ha fallado en los centros de enseñanza de las FAS cuando pasados más de 40 años de la muerte del dictador, muchos de aquellos jóvenes militares, recién graduados o aún cadetes, siguen hoy alineándose con doctrinas e ideologías que defienden un régimen dictatorial y antidemocrático surgido de la comisión de un delito de rebelión, siguen tratando de héroe a Franco y banalizan las graves secuelas de muerte y represión que siguieron a la guerra civil provocada por el golpe de Estado que él encabezó en 1936".

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