Pactos postelectorales

El 'trío de Colón' votó unido al alcalde en 28 municipios de más de 5.000 habitantes

El presidente de Vox, Santiago Abascal, el líder del PP, Pablo Casado, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, posan junto a otras personalidades asistentes a la concentración de este domingo.

Tras el batacazo experimentado en las elecciones generales, la derecha era plenamente consciente de lo mucho que se jugaba a nivel local. Las urnas le dieron una oportunidad de oro para mantener feudos tradicionales y arrebatar a la izquierda algunas ciudades importantes. La suma daba. Lo complicado era –o así se escenificaba– poner de acuerdo a Ciudadanos y a los ultras de Vox para que remaran juntos. Y eso parecía preocupar al PP, llamado a ser el principal beneficiado de esos pactos a tres bandas. El pasado martes, cuando sólo quedaban cuatro días para la constitución de los ayuntamientos, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, hizo un llamamiento en una entrevista radiofónica a “pactar en todos los territorios” posibles “para evitar” que la izquierda gobernase. “La izquierda nos enseñó el camino de los pactos, y ahora la derecha no puede tener complejos”, aseveró el número dos de la formación conservadora. Poco a poco, los acuerdos fueron cuajando. Y el trío de Colón terminó consumando el asalto municipal.

PP, Ciudadanos y Vox consiguieron arrebatar a la izquierda varias corporaciones municipales de renombre. Entre ellas destaca el Ayuntamiento de Madrid, una victoria que la formación conservadora se ha encargado de presentar como el inicio del “cambio”. La capital ofrece, en definitiva, la imagen perfecta de cooperación política entre el trío de Colón. Sin embargo, esta colaboración no ha sido la tónica general en toda la geografía española. Según el análisis realizado por infoLibre, Vox consiguió el pasado 26-M en las urnas representación en 283 consistorios de más de 5.000 habitantes, de los cuales fueron constituidos el pasado sábado 281 –Mijas y San Vicente del Raspeig lo harán a comienzos de julio–. De ellos, las tres derechas votaron unidos en 28 a quien resultó elegido alcalde. En otros 27 ayuntamientos, Vox también votó junto al otro partido de la derecha que tenía representación en el consistorio. En 13 localidades, Vox apoyó en solitario al PP. En una, en solitario a Ciudadanos. En cinco, a otros partidos políticos. Y en 234 no votó a favor de quién lograría el bastón de mando.

De Palencia a Almería pasando por Madrid

El trío de Colón votó unido en 28 de los 281 municipios constituidos el pasado sábado en los que Vox tiene representación y cuya población supera los 5.000 habitantes. En 15 de ellos, la lista más votada en los comicios pertenecía al bloque de izquierdas, por lo que si no se hubieran puesto de acuerdo para la investidura la Alcaldía habría acabado en manos de la candidatura más respaldada. Pero los acuerdos llegaron. Y gracias a ellos el PP se hizo con los consistorios de Aranda de Duero (Burgos), Badajoz, Ceutí, Fuente Álamo de Murcia (Murcia), Llucmajor (Mallorca), Aranjuez, El Espinar, Madrid, San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Barbastro (Huesca) y Zaragoza, aunque en tres de ellos también contó con el respaldo de otras candidaturas. Ciudadanos, por su parte, consiguió hacerse con la vara de mando gracias al apoyo de conservadores y la ultraderecha en los municipios de Valdemoro (Madrid) y Rocafort (Vàlencia) y en dos capitales de provincia, Palencia y Granada, donde han logrado la Alcaldía a pesar de haber obtenido en las urnas un respaldo menor que el PP.

También remaron en la misma dirección conservadores, naranjas y ultras en otras 13 localidades con una población superior a los 5.000 residentes. Sin embargo, en este caso la lista más votada era de derechas –en 12 casos del PP y en 1 del PAR–, por lo que una falta de acuerdo no hubiera propiciado, salvo sorpresas, un consistorio progresista. Así, la formación liderada por Pablo Casado logró el bastón de mando en La Bañeza (León), Collado Villalba (Madrid), Algeciras (Cádiz), Motril (Granada), Aljaraque (Huelva), Rincón de la Victoria (Málaga), El Campello, Mutxamel (Alicante), Puçol (València), Calatayud (Zaragoza) y dos capitales de provincia, Almería y Teruel, con el voto a favor de Ciudadanos y el partido liderado por Santiago Abascal, aunque es necesario destacar que en Algeciras el grupo de Vox se partió en dos en la votación. Curioso es el caso de Cuarte de Huerva (Zaragoza), donde conservadores, naranjas y extrema derecha votaron juntos pero a favor de una cuarta candidatura, la del Partido Aragonés, que gobernará el municipio durante la próxima legislatura.

Voto en solitario al PP

La formación ultraderechista también dio al PP su voto en otras 13 localidades en las que el partido liderado por Pablo Casado había sido el más respaldado en las urnas pero no controlaba la mitad más uno de los concejales de la corporación. Para escenarios de este tipo, conservadores y extrema derecha cerraron un principio de acuerdo tras los comicios en el que se comprometían a impulsar pactos en todos aquellos lugares donde ambas formaciones sumaban mayoría absoluta. En total, esto era posible en 35 municipios, tal y como detalló este diario, de los cuales una veintena superaba los 5.000 habitantes. Finalmente, Vox ha terminado votando al candidato conservador en 12 de estos últimos: Tordesillas (Valladolid), Collado Mediano, Fuente el Saz de Jarama, Humanes de Madrid, Majadahonda (Madrid), Consuegra (Toledo), Puerto Lumbreras (Murcia), El Ejido, Huércal de Almería, Roquetas de Mar (Almería), Nerja (Málaga) y Santa Pola (Alicante). En muchos de ellos, además, lo ha hecho con un acuerdo de gobierno bajo el brazo en el que se contempla su entrada en el Ejecutivo municipal.

En el caso de la localidad madrileña de Arroyomolinos, sin embargo, la suma de PP y Vox no alcanzaba la mitad más uno de los ediles del consistorio. A pesar de ello, la candidata de la formación conservadora acabó saliendo del pleno de investidura con el bastón de mando en la mano. Ana Millán consiguió los votos a favor de los 5 ediles de su formación, los 3 de Vox y el único concejal del partido independiente PiArr, mientras que Ciudadanos, PSOE, Vecinos por Arroyomolinos y Podemos presentaron y votaron a sus propios candidatos después de que no prosperasen los contactos para conformar una mayoría alternativa. Al no conseguir ninguna de las opciones el respaldo de la mitad más uno de los concejales de la corporación municipal, fue investida directamente alcaldesa la candidata del PP al pertenecer a la lista más votada, tal y como establece la Ley del Régimen Electoral General (Loreg).

Respaldo a Ciudadanos y otras candidaturas

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Vox sí que dio, contra todo pronóstico y votando junto a formaciones progresistas, la Alcaldía al partido liderado por Albert Rivera en el municipio madrileño de Villaviciosa de Odón. En esta localidad, el PP salió de la cita con las urnas como el partido más votado, con 7 de los 21 concejales en juego, seguido por la extrema derecha –5 ediles–. PSOE, Ciudadanos, IU, Más Madrid y Agrupación de Vecinos por Villaviciosa (AVPV), por su parte, se tuvieron que conformar con 3, 3, 1, 1 y 1 escaños, respectivamente. Con esta distribución del Pleno, los conservadores podrían revalidar la Alcaldía cuatro años más si llegaban a un acuerdo con Vox –mayoría absoluta– o si, aunque no llegasen a un pacto, la ultraderecha no respaldará una mayoría alternativa. Pero nada de eso ocurrió. Por sorpresa, Ciudadanos se hizo con la vara de mando gracias al apoyo de los ediles de PSOE, Más Madrid, AVPV y la extrema derecha, poniendo así fin a más de dos décadas de gobierno conservador.

En cinco municipios más, Vox respaldó candidaturas diferentes. Así, en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), la formación de extrema derecha dio junto a Ciudadanos la mayoría absoluta al candidato de Independientes por Arroyo en la votación de investidura. Lo mismo hizo con el PP en Villanueva del Pardillo (Madrid), donde conservadores y ultras dieron su respaldo a la candidatura local PLVP y entrarán en el futuro gobierno municipal. Más sorprendentes han sido los movimientos en Colmenar de Oreja (Madrid), donde el PSOE se ha hecho con la Alcaldía gracias al respaldo de Ciudadanos, Vox y Aurelia, y en Santomera (Murcia), donde naranjas y ultras han votado a favor de la candidatura socialista. Y, por supuesto, en Torremolinos (Málaga), donde se había impuesto en los comicios el PP pero han sido los socialistas los que se han hecho con la vara de mando gracias a los apoyos de Por Mi Pueblo, Adelante y la concejala Lucía Cuín, que logró su escaño en la lista de Vox pero que fue expulsada de la formación que preside Santiago Abascal por haber participado en el orgullo LGTBI de Torremolinos.

En los 234 municipios restantes de más de 5.000 habitantes en los que Vox logró representación, el partido de extrema derecha no votó a favor del que acabó siendo investido alcalde. Es el caso, por ejemplo, de las localidades madrileñas de Las Rozas y Pozuelo de Alarcón, donde los ultras rechazaron dar su respaldo a la candidatura del PP a pesar de que conservadores y Vox habían acordado impulsar acuerdos en aquellas localidades en las que ambas formaciones sumaban juntas mayoría absoluta. Dentro de este grupo se encuentra también el polémico caso de Burgos, donde los ediles de Vox permitieron que el PSOE se hiciese con la Alcaldía al abstenerse y no dar su respaldo junto al PP al candidato de Ciudadanos. El propio Abascal ha llegado a valorar la “lealtad” de estos dos concejales, que por el momento rechazan una moción de censura, y ha asegurado que escucharán “atentamente” sus razones para haberse saltado el acuerdo alcanzado a nivel nacional para evitar a toda costa gobiernos de izquierda.

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