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Orgullo LGTBI

Qué es lo que piden este sábado sindicatos y organizaciones sociales en defensa del colectivo LGTBI

Bandera LGTBI, en una imagen de archivo.

El colectivo LGTBI sale a las calles este sábado y lo hace arropado. Junto a las organizaciones específicamente LGTBI se manifestarán decenas de entidades en defensa de los derechos del colectivo, por la igualdad real en todos los ámbitos, sin excepción. La manifestación se celebrará en Madrid y partirá de Atocha, hasta Colón, a las 18:30 horas. Estas son algunas de las reivindicaciones que organizaciones y sindicatos llevarán a las calles de la mano del colectivo.

Los sindicatos claman por la igualdad laboral

Una de las principales barreras que deben superar las personas LGTBI está asentada en la esfera laboral. De acuerdo a un reciente estudio elaborado por la Red Empresarial para la Diversidad y la Inclusión LGTBI, el 60% de los trabajadores esconde su condición sexual "por miedo a un trato no igualitario". La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), también indicó en marzo de este año que las personas LGTBI tienen un 7% menos de posibilidades de conseguir un empleo y, cuando lo alcanzan, su sueldo es un 4% menor que el del resto de la población.

Elena Blasco, secretaria de Mujeres e Igualdad de CCOO, recuerda, en conversación con infoLibre, la importancia de "homenajear a todo el activismo que viene de la redada policial de Stonewall". Gracias a aquellas personas, entiende, "hoy existen ciertos niveles de libertad y derechos". Pero no es suficiente. El colectivo LGTBI todavía no siente el laboral como un espacio seguro, por lo que Blasco reivindica cuatro premisas que sólo serán alcanzables a través de la intervención, el diálogo social, la negociación colectiva y la movilización. Se trata de garantizar la igualdad real, relata la sindicalista, erradicar situaciones de rechazo, discriminación, violencia y acoso por motivos de orientación sexual e identidad de género, acabar con la LGTBIfobia en el plano laboral y velar por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de los derechos.

Toño Abad, responsable del área confederal de LGTBI en UGT, lamenta que la realidad del colectivo todavía no haya llegado a las empresas. "Se ha entendido como un tema privado", de manera que "la situación no está en absoluto naturalizada", sostiene. El resultado, advierte el sindicalista, tiene que ver con que las personas del colectivo terminen por "ocultar" su orientación sexual o identidad de género y se produzca entonces "una disociación permanente entre la vida privada y laboral" para evitar ser foco de "represalias, odio o violencia". Con ello lo que se fragua es una "renuncia a derechos básicos como permisos retribuidos, por matrimonio o por adopción", asiente Abad.

La fórmula, a juicio de Abad, es "muy sencilla" y está directamente relacionada con la negociación colectiva, para conseguir "entorno laborales inclusivos, con especial cuidado con las personas trans, que sufren mayor rechazo en el empleo". Ahí, entiende, "los sindicatos tienen una responsabilidad enorme". Blasco añade otro ingrediente a la receta: la creación de una ley LGTBI estatal que "garantice espacios sin discriminación" y que apueste por "un escenario democrático, plural y participativo".

Aulas libres de acoso

Las aulas también pueden convertirse en terreno minado para los jóvenes LGTBI. La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) denuncia que, de una muestra de 700 alumnos, el 43% de los jóvenes LGTBI reconoce haber pensado alguna vez en el suicidio, mientras que el 35% lo ha preparado con detalle y el 17% lo ha intentado en alguna ocasión.

Carles López, presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), recuerda que el problema del acoso escolar continúa hostigando a los jóvenes de forma diaria y a menudo silenciada. Para el líder de la confederación, urgen "políticas públicas conscientes de que el acoso existe y hay que combatirlo". Para ello, reclama, es clave "más formación contra la LGTBIfobia" entre personal docente.

López también remarca que "la educación tiene que ser un motor de cambio para desarrollar políticas de igualdad que sirvan realmente". Y ahí entra en juego la relevancia de la diversidad sexual también en las aulas. "Ya sea de forma atravesada o mediante una asignatura", continúa, es fundamental "educar en igualdad y diversidad" porque la educación es uno de los "principales ámbitos de socialización".

Huir de la persecución

La LGTBIfobia más allá de las fronteras estatales es también un problema que las organizaciones sociales intentan combatir.

Ramiro Muñiz, portavoz de CEAR, explica a este diario que desde hace años su organización viene detectando un aumento en las solicitudes de personas LGTBI que llegan al Estado buscando protección internacional por motivos de persecución en sus países de origen. "Lo que denunciamos es que todavía hay 70 estados en el mundo que penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo", lamenta Muñiz. Estas personas, dice, "huyen por su propia seguridad, porque su vida corre peligro". Además, existen todavía "seis países donde se prevé la pena de muerte para estas personas y cerca de 32 estados cuentan con leyes que restringen la libertad de expresión" debido a cuestiones que tienen que ver con la orientación sexual o la identidad de género.

Una vez las personas migrantes LGTBI llegan a España, relata Muñiz, las principales trabas las encuentran a nivel judicial. "Cuando se presentan recursos respecto a las denegaciones observamos un criterio muy desfavorable a ellos", afirma. Una realidad que deja entrever la necesidad de trabajar por "mucha más formación y sensibilización a todos los niveles" y respecto a "todos los agentes implicados en el procedimiento de asilo". La propia Ley de Asilo de 2009, recuerda Muñiz, incluye la orientación sexual –en su artículo tercero– como causa que puede dar lugar al estatus de refugiado.

Es igualmente necesario, agrega el activista, un "protocolo que recoja cuestiones específicas de las personas LGTBI refugiadas" porque la discriminación, dice, está a la orden del día. Al final, denuncia, lo más preocupante es que "en muchos casos la persecución de la que huyen continúa una vez llegados a España".

Derechos sexuales y reproductivos

Gemma Castro, coordinadora de programa de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), explica también la importancia de una atención focalizada a las personas LGTBI en todo lo que respecta a los derechos sexuales y reproductivos.

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"Lo que percibimos cuando hacemos talleres de educación sexual es que la gente está acostumbrada a recibir información muy heteronormativa", dice al otro lado del teléfono. Habla de talleres específicamente dedicados a formar e informar sobre métodos anticonceptivos o relativos a las enfermedades infecciosas de transmisión sexual. ¿Dónde quedan las personas LGTBI? La mayoría, dice Castro, se sienten excluidas. En ese tipo de talleres "siempre pensamos en las relaciones que tienen que ver con la penetración pene-vagina", pero apenas hay espacio para las relaciones "entre hombres o entre mujeres" lo que genera "desinformación y desigualdad".

Para Castro, es importante trabajar en la prevención partiendo de un escalón previo: "Visibilizar quiénes somos, cómo nos sentimos, cómo vivimos y dar valor a la diferencia". Sólo desde esa perspectiva, entiende, se podrá "aceptar la diversidad".

En el ámbito de la salud queda mucho por hacer. Recientemente la FELGTB reveló que el 50% de las personas trans anula o retrasa su cita con el médico para evitar situaciones discriminatorias. Además, el verano pasado el Gobierno de Pedro Sánchez decretó el fin de la exclusión de mujeres homosexuales en la reproducción asistida, después de que en 2014 la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato, emitiera una orden ministerial que introdujo modificaciones en la Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida. Un año después del anuncio y con unas elecciones generales de por medio, la promesa del Gobierno sigue esperando en las clínicas.

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