El futuro de Cataluña

"Los indultos tienen que servir para acabar con la tensión entre la sentencia y la realidad social": debate en infoLibre y elDiario sobre el futuro de Cataluña

Los indultos a los líderes independentistas se han hecho con la agenda política y mediática de los últimos meses. Con el propósito de reflexionar sobre las muchas aristas que derivan del asunto, infoLibre y elDiario.es han organizado este lunes el debate Cataluña: diálogo y soluciones. Sentados a la mesa, Daniel Basteiro, director de infoLibre, Ignacio Escolar, director de elDiario.es, Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid y jueza emérita, y Jordi Amat, escritor y filólogo. La periodista y columnista Pilar Velasco se ha encargado de moderar una charla que, en sus palabras, ha constituido un necesario ejercicio de pedagogía en torno a los indultos, su sentido y sus consecuencias.

Los participantes en la tertulia no sólo cargaron contra "los bulos y la desinformación" que rodean la figura del indulto, sino que trataron también de dignificar esta herramienta jurídica como puente hacia un espacio de diálogo. La exregidora madrileña sentó las bases: ni el indulto es algo perverso, ni anticonstitucional, ni va en contra de la división de poderes, creencias que en parte derivan de la "falta de transparencia" en cuanto a su uso en el pasado. Su función no es otra que la de allanar el camino cuando existen "sentencias legítimas" que, sin embargo, "provocan un rechazo que crea un problema social". "Los indultos son útiles, son buenos", agregó la exjueza, pero sobre todo "tienen que valer" para resolver "los problemas sociales cuando existe una gran disconformidad o tensión entre las sentencias y la realidad social".

Desde un prisma estrictamente político, Daniel Basteiro recordó que el independentismo, sustancialmente aquel representado por Esquerra Republicana (ERC), ha tirado ya la primera piedra al asumir que "se necesita a más gente para iniciar un proceso" de autodeterminación y que, además, tiene que existir un consenso para hacerlo. "Con ese discurso ERC ganó las elecciones", por tanto "ya hay movimientos" que deben sumar hacia un espacio de diálogo capaz de romper con un clima de conflicto que se prolonga en el tiempo y que ha ocupado parte de la vida adulta de toda una generación. "¿Durante cuánto tiempo se puede no hacer nada para que al final sea la biología política la que caiga por su propio peso?", planteó el director de infoLibre. Ignacio Escolar no sólo reparó sobre la necesidad de dar pasos hacia adelante, sino que también se preguntó si existe alguna otra alternativa. "Los indultos no son mágicos, no van a encauzar el debate ni solucionar el problema catalán, pero ¿qué otra alternativa u otro primer paso se puede dar desde el Gobierno?", lanzó el periodista.

Persuadir al otro

Existe una "crisis constitucional que deriva en una crisis de Estado" y la ausencia de una solución, planteó Jordi Amat, "ha tenido consecuencias muy problemáticas". Retrocediendo a 2017, cuando el asunto "salió del margen de la deliberación política, quien tenía más fuerza la impuso, pero no solucionó el conflicto". Para zurcir el roto, completó el escritor, es necesario un proceso de negociación. ¿Pero en qué términos?

Desechada la idea de acuerdos imposibles, los participantes en el debate coincidieron en lo oportuno de concesiones mínimas en cuestiones de calado. Escolar habló de "pequeños acuerdos parciales" en cuya negociación quepa también la derecha. En ese mismo plano, Basteiro ahondó en que "la democracia tiene que ser un diálogo constante" porque "no tiene un punto de llegada, siempre es una conversación". Los asuntos sobre la mesa no son pocos: autogobierno, financiación e infraestructuras, son algunas de las piezas que los ponentes plantearon. "Sólo podremos tener una solución para el conflicto con mucho diálogo" y con la derecha dentro, completó el director de este periódico. "Falta tiempo para las próximas elecciones y las profecías no van a cumplirse. Colón será un recuerdo distante en el tiempo", pronosticó. Escolar reivindicó además un plano emocional capaz de persuadir al de enfrente: que el Gobierno "haga una propuesta de integración" que sea "ilusionante" para los catalanes.

En ese marco de negociación, los participantes no sólo entendieron la presencia de la derecha como parte necesaria –o al menos deseable– en la ecuación, sino que coincidieron en resaltar otro actor clave: la ciudadanía. Una población que ansía, a juicio de los cuatro contertulios, recuperar la convivencia y que es lo suficientemente madura para dejar atrás la polarización. Manuela Carmena deslizó la oportunidad de contar con "independientes" en la mesa de diálogo y Jordi Amat puso en valor, en ese sentido, la carta de Oriol Junqueras publicada el pasado 7 de junio. No sólo por haber asumido "los inequívocos problemas del 1-O", sino por poner el foco precisamente en los ciudadanos, al demostrar "empatía con esa parte de Cataluña que se sintió excluida de su propio futuro".

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Reproches

Si el indulto como herramienta válida no sembró disensos entre los ponentes, sí lo hizo otra cuestión más de fondo: los reproches al independentismo. "Me preocupa que no censuremos muy profundamente la actitud del independentismo, que ha hecho muchísimo daño a este país", lanzó Manuela Carmena. La jueza emérita recuperó, en esa misma línea, la convocatoria de "un referéndum ilegal" que ha sido, a su juicio, una de las "razones por las que estamos viviendo una ampliación, impensable hace unos años, de la extrema derecha". En este punto, la exalcaldesa trazó un paralelismo con el terrorismo de ETA. "Muchos de los problemas que ha tenido la democracia española surgen de haber tenido enfrente un movimiento terrorista como el de ETA que pervirtió la esencia de la democracia. Esto también ha pervertido la esencia de la democracia".

Un planteamiento que Jordi Amat impugnó: "No me gusta plantear el conflicto en paralelo a ETA", replicó el filólogo, quien recordó que ambas realidades y sus consecuencias "no tienen nada que ver". El independentismo "saboteó el orden constitucional a conciencia y eso tiene un precio", pero los presos, concluyó, "lo han pagado en exceso".

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