Investigación

Amancio Ortega montó tres sociedades en Malta para pagar menos impuestos por su superyate de 95 millones

Información del Registro Mercantil de Malta donde Amancio Ortega figura como beneficiario de la sociedad Crepusculum Holding.

Amancio Ortega ya era en 2008 el hombre más rico de España y estaba entre los 25 más adinerados del mundo. Su fortuna ascendía a unos 15.000 millones de euros. El pago de impuestos por un yate podría parecer una cuestión menor cuando se disfruta de un patrimonio tan inmenso. Y, sin embargo, el fundador y accionista mayoritario de Inditex decidió crear una estructura societaria en Malta para abanderar allí la embarcación de lujo que adquirió aquel año. Aquel país mediterráneo es, desde hace años, uno de los lugares preferidos por multimillonarios para abanderar sus barcos. De hecho, en noviembre de 2020, el Gobierno maltés presumió de que su “registro de superyates” era el “más grande” del mundo. Para ello es determinante su régimen fiscal, que resulta especialmente ventajoso para los barcos de recreo con más de 24 metros de eslora.

infoLibre ha tenido acceso a diversa documentación de dicha estructura societaria creada por Amancio Ortega en Malta, incluidos recibos de transferencias bancarias realizadas por el empresario gallego a la compañía maltesa Crepusculum Holding, encargada de aportar el dinero para la compra de los dos superyates que ha tenido sucesivamente matriculados en aquel país.

A preguntas de este periódico, un portavoz de Amancio Ortega aseguró que la decisión de abanderar los dos barcos en Malta no obedeció a motivaciones fiscales, sino al objetivo de “poder navegar por el Mediterráneo con la mayor discreción y privacidad posibles”. Además, destacó que las sociedades maltesas siempre han estado declaradas ante la Hacienda española: “Ni existe, ni ha existido nunca, nada irregular en esta operación”.

La embarcación que Amancio Ortega tiene ahora matriculada en Malta le costó 95 millones de euros. Si la hubiera abanderado en España, el dueño de Inditex habría tenido que pagar unos 24 millones más en concepto de IVA y de impuesto de matriculación. Otro ahorro fiscal, aunque de menor cuantía, es la cotización empresarial por los 18 tripulantes contratados, mucho más alta en España que en Malta.

El Twizzle, primer barco abanderado en Malta por Amancio Ortega en 2008 tras rebautizarlo como Drizzle, en una imagen de la web de Feadship, el astillero que lo construyó.

EL PRIMER DRIZZLEDRIZZLE

En el primer semestre de 2008, Ortega decidió adquirir una embarcación para navegar por el Mediterráneo. Al final se decidió por un barco de segunda mano que se llamaba Twizzle, tenía 55 metros de eslora y había sido construido en 2005 por el astillero holandés Feadship, especializado en la construcción de yates de lujo de alta gama. El precio abonado fue de 50 millones de euros.

El dueño de Inditex tomó dos decisiones: cambiarle el nombre y rebautizarlo como Drizzle –llovizna en inglés– y matricularlo en Malta, en vez de en España. Para esto último recurrió a una de las principales sociedades maltesas dedicadas a crear estructuras fiduciarias: Mamo TCV Advocates.

Así, el 14 de abril de 2008 se constituyó Crespusculum Holding Company Limited y un día después esta sociedad creó una filial, Drizzle Yachts XXI Limited. Como accionista de Crespusculum en el Registro Mercantil de Malta figura la firma TCV Management Trust Services Limited, parte del grupo Mamo TCV Advocates. Pero los malteses son meros testaferros, el dueño de Crepusculum desde su constitución es Amancio Ortega. En aquel momento no existía la obligación de declarar quién era el beneficiario último de una sociedad, así que era prácticamente imposible saber quién se escondía detrás del accionista fiduciario. Ahora, en su última directiva antiblanqueo, la Unión Europea ha establecido la obligación de que los Estados creen un Registro de Titularidades Reales que sea público. En Malta está operativo desde 2019 –en España aún no– y en el caso de Crespusculum, lógicamente, Amancio Ortega aparece como beneficiario último del 99% del capital de la sociedad.

Documento bancario de la transferencia de 14 millones de euros realizada por Amancio Ortega a la sociedad maltesa Crepusculum Holding, para una ampliación de capital, el 28 de abril de 2010.

Crepusculum abrió una cuenta en el Bank of Valleta, en la capital de Malta, a la que Amancio Ortega empezó a enviar los fondos necesarios para la adquisición y posterior mantenimiento de su superyate. La dinámica era siempre la misma: el empresario transfería el dinero desde una cuenta personal en el Banco Pastor en A Coruña a la entidad financiera maltesa –como banco corresponsal actuaba ING en Bélgica–, los fondos se utilizaban para afrontar ampliaciones de capital en Crepusculum, que de forma inmediata aprobaba una ampliación de capital en su filial Drizzle Yachts XXI. Esta última era la titular de la embarcación y, por tanto, la que corría finalmente con los pagos.

En mayo de 2008, un mes después de la constitución de ambas empresas, el dueño de Inditex ya había enviado a Malta 52 millones de euros, dinero dedicado en su mayor parte a la adquisición del primer Drizzle.

infoLibre preguntó a un portavoz del empresario gallego las razones por las que creó la estructura societaria en Malta. La respuesta fue la siguiente: “Amancio Ortega tenía una embarcación en España para navegar por Galicia. En un momento determinado decidió que le gustaría también navegar por el Mediterráneo, pero hacerlo con la mayor discreción y privacidad posibles. Y eso era más fácil realizarlo con un barco con sede en otro país. Quizá pueda parecer ilusiorio ahora, pero lo cierto es que durante muchos años consiguió navegar con esa privacidad. Y se eligió Malta porque es, tradicionalmente, un lugar de residencia de embarcaciones”.

Imagen de la web del astillero Feadship del Drizzle, botado en 2012, segundo barco con este nombre matriculado por Amancio Ortega en Malta.

EL SEGUNDO DRIZZLEDRIZZLE

Es cierto que durante casi una década Amancio Ortega surcó las aguas del Mediterráneo con esa “privacidad”. De hecho, los medios de comunicación nunca informaron sobre la existencia de ese primer superyate abanderado por el empresario en Malta. La primera información la daría en junio de 2017 el tabloide británico The Daily Mail, que publicó las fotos que unos paparazis le hicieron a Ortega en la cubierta de la embarcación cuando estaba cerca de Saint-Tropez, en la Costa Azul francesa. La prensa española se hizo eco de la información y presentó el barco como el “primer capricho del mágnate”.

En realidad, ese Drizzle que encontraron los fotógrafos en 2017 era el segundo barco con el mismo nombre adquirido por Ortega y abanderado en Malta. El primero lo adquirió como vimos en 2008 y se lo vendió a principios de 2012 a un empresario japonés, que lo rebautizó como Issana. Pero antes había encargado una nueva embarcación al astillero holandés Feadship. El segundo Drizzle –que esta vez ya salió de fábrica con este nombre– se inspiraba en el anterior, pero era más grande y lujoso. Así lo explicaba el astillero en su propia página web: “El Drizzle, de 67,27 metros, fue encargado por los propietarios de un Feadship de segunda mano, que habían pasado mucho tiempo a bordo y decidieron crear una versión a su medida”.

El barco, botado en 2012, dispone de tres cubiertas y tiene capacidad para alojar a diez personas en cinco camarotes dobles. La tripulación está formada por 18 personas. Tiene un depósito con una capacidad para 140.000 litros de combustible, lo que le otorga una autonomía de 4.000 millas naúticas y puede alcanzar una velocidad máxima de 16 nudos. El precio del gasoil oscila, pero llenar ese depósito los últimos años salió de media por unos 100.000 euros. El consumo también depende de diversos factores –como la resistencia del viento o el estado de la mar–, pero una travesía de ocho horas con los dos motores MTU de más de dos mil caballos de potencia que propulsan el Drizzle gasta unos 4.800 litros. En 2017, el superyate pasó de nuevo por los talleres de Feadship para un amplio reacondicionamiento, que incluyó ampliar la piscina en 1,5 metros, de forma que la nueva longitud del barco es de 68,77 metros.

Medios especializados en el sector calculan que los costes anuales de mantenimiento de una embarcación de recreo representan aproximadamente el 10% de su precio de adquisición, en cuyo caso el Drizlle saldría por más de nueve millones de euros al año. Esta cifra se confirma consultando las cuentas de la sociedad maltesa que es su propietaria, que declaró unos gastos de funcionamiento de 9,34 millones en 2020 y de 9,48 millones en 2019.

La compañía encargada de adquirir inicialmente este segundo superyate de Ortega con bandera maltesa fue de nuevo Drizzle Yachts XXI, pero el empresario coruñés decidió constituir una nueva sociedad en Malta para transferirle la propiedad. Ciertamente, si una persona considera prioritario mantener la “discreción” sobre la propiedad de un yate, una de las peores ideas imaginables es que la propietaria sea una firma que tenga exactamente el mismo nombre que el barco y que esté registrada en el país europeo preferido por los multimillonarios de medio mundo para abanderar embarcaciones de lujo. Así que, el 20 de junio de 2013, Amancio Ortega constituyó una tercera sociedad en Malta, Claritas Company, creada también como una filial de Crepusculum Holding.

Pero, más allá de tener un nombre que no era un hilo directo hacia Amancio Ortega en caso de que algún día trascendiese públicamente que el Drizzle era suyo –como ocurrió en 2017–, Claritas Company fue una pieza imprescindible para acogerse al régimen fiscal especial de Malta para el abanderamiento de embarcaciones de recreo. Por explicarlo de forma resumida, ese régimen consta de cuatro requisitos esenciales: que el barco lo adquiera una sociedad maltesa, que esta arriende la embarcación, que el arrendatario realice un primer pago del 50% del valor del yate y que el precio de adquisición final en el caso de que el arrendatario lo termine comprando sea al menos el 1% del valor del barco. Este régimen fiscal de compra a través de leasingleasing es especialmente beneficiosa para los superyates –aquellos que tienen más de 24 metros de eslora–, de forma que al final terminan pagando por la adquisición del barco un 5,52% de IVA. El tipo normal del IVA en Malta era en ese momento del 18% y en España del 21%.

Los documentos de las empresas maltesas de Amancio Ortega a los que ha tenido acceso infoLibre demuestran que este esquema se siguió milimétricamente. El 19 de julio de 2013, Drizzle Yachts XXI Limited y Claritas Company –ambas sociedades de Ortega– suscribieron un contrato por el que la primera le arrendaba a la segunda el flamante yate adquirido en Feadship por un periodo de un año y un precio de 95,2 millones. En la fecha de entrega del barco, Claritas Company le abonó a Drizzle Yachts XXI la cantidad de 47,6 millones (el 50% de su valor). Una adenda establecía que Claritas tenía derecho a ejercer una opción de compra para adquirir el buque por la suma de 950.000 euros (el 1% del precio original). Lógicamente, no hay nadie que pague 95 millones por alquilar un barco durante un año que no ejerza luego una opción para comprarlo por 950.000 euros. Claritas ejerció dicha opción de compra el 14 de julio de 2014.

[Si quieres conocer en mayor detalle este régimen fiscal, puedes consultar las páginas 11 a 13 de este documento elaborado por la embajada de España en Malta. En este folleto de la compañía que actúa como testaferro de Amancio Ortega también se explica de forma más breve].

Drizzle Yachts XXI, una vez traspasada la propiedad del barco a Claritas, decidió disolverse en 2015. En la actualidad, por tanto, siguen operativas dos sociedades de Ortega en Malta: Crepusculum, la matriz que recibe el dinero directamente del empresario, y Claritas, la filial que es la titular de la embarcación.

A preguntas de este periódico, el portavoz de Ortega indicó que “no existe ningún contrato de alquiler entre Claritas y otra sociedad de Amancio Ortega. Simplemente, él cubre los costes de mantenimiento. Pero no es un barco que tenga actividad comercial de ningún tipo. No existe arrendamiento”.

En definitiva, en la operación de compra por leasing desarrollada en 2013 y 2014 participaron las tres sociedades maltesas del dueño de Inditex: el barco lo adquirió inicialmente Drizzle Yachts XXI, que se lo alquiló primero y vendió después a Claritas, y estas dos compañías obtenían sus fondos a través de Crespusculum. Esta última llegó a tener un capital social de 132,5 millones en septiembre de 2011. Ahora, esa cifra se sitúa en 93,5 millones.

El yate con el que Ortega navega por aguas gallegas, llamado Valoria B, en una Imagen de la web de Feadship.

EL AHORRO FISCAL

Desde 2008, Amancio Ortega ha tenido siempre dos yates: uno abanderado en España y otro en Malta. El que tenía para navegar por Galicia se llamaba Valoria –una alusión a la localidad natal de su madre, Valoria la Buena (Valladolid)– y fue sustituido en 2018 por el Valoria B. Este último también fue construido por Feadship, tiene 47 metros de eslora, puede acomodar a diez invitados y cuenta con nueve tripulantes. Su precio fue de 30 millones de euros. Su puerto base está en Sanxenxo (Pontevedra).

La comparación entre los impuestos abonados por el Valoria B y el Drizzle muestra con claridad qué ahorro consigue un residente en España al matricular un superyate en Malta.

En España las embarcaciones abonan el impuesto de Matriculación, que es un 12% del valor del barco. En el caso del Drizzle ascendería a 11,4 millones de euros. En Malta no existe este tributo, pero sí una cuota de registro (25 céntimos por tonelada neta sujeta a un mínimo de 187,5 euros) y una cuota anual (una tasa básica de 255 euros y una tasa de tonelaje de 40 céntimos por tonelada con un mínimo de 400 euros). Teniendo en cuenta que el Drizzle pesa 1.269 toneladas, la cuota de registro sería de 317 euros y la tasa anual de algo más de 750 euros. Pero al tratase de un barco de edad no superior a cinco años ambas disfrutan de una reducción (50% en la cuota de registro, por ejemplo). Al final, sumando la cuota de registro y las anuales abonadas en estos ocho años por el Drizzle, el importe total abonado no llega a 5.000 euros. El ahorro fiscal en el registro o matriculación del barco ha sido, por tanto, del 99,96%.

El Drizzle, a cambio, no puede estar en aguas españolas. Si lo hiciera, tendría que abonar ese 12% por impuesto de matriculación. El portavoz de Ortega aseguró a infoLibre que la embarcación se ha desplazado por diversos países del Mediterráneo, pero "nunca ha navegado por aguas españolas".

En segundo lugar está el régimen fiscal especial para la compra de embarcaciones de recreo mediante leasingleasing vigente en Malta. Este hace que el IVA se pueda reducir considerablemente, al abonar un 5,4% sobre el precio de alquiler y un 18% sobre el importe de venta tras el arrendamiento. En el caso del Drizzle ello suma 5,24 millones, lo que equivale al 5,52% del importe de compra. En España no existe ese régimen fiscal especial y la adquisición de un yate está sujeta al IVA general del 21% (17,1 millones). Así que por esta vía Ortega se ahorró 11,8 millones.

En tercer lugar están los costes de la tripulación. Al tener bandera maltesa, los trabajadores están sometidos al régimen laboral de aquel país. Más allá de los salarios –aunque los salarios sean más bajos en Malta nada impide a Amancio Ortega pagarle a sus trabajadores lo mismo que si estuvieran dados de alta en A Coruña–, el ahorro que se produce con seguridad es la cotización empresarial a la Seguridad Social. En España los trabajadores del mar cuentan con un régimen especial que sitúa en el 35% dicha cotización, mientras que en Malta está en el 9%. Es imposible fijar con precisión el ahorro fiscal en este capítulo sin conocer la nómina exacta de los 18 tripulantes del Drizzle. Forbes calcula que el capitán de un superyate puede llegar a cobrar hasta 180.000 dólares al año (unos 153.000 euros al cambio actual), mientras que el sueldo de los marineros puede oscilar entre los 21.000 y los 42.000 euros. En definitiva, un cálculo conservador sitúa en más de 50.000 euros la diferencia anual de cotizaciones empresariales entre Malta y España para la plantilla del Drizzle.

El portavoz del empresario gallego confirmó a este periódico que la tripulación “está contratada en Malta, como no puede ser de otra manera, ya que la embarcación cumple con la legislación del país donde tiene su sede”.

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La comparación tributaria se completaría con el impuesto de Sociedades, aunque en este caso el dueño de Inditex no obtiene ningún beneficio por tener la empresa en Malta. Los accionistas de sociedades de Malta que no residan en ese país terminan abonando en torno a un 5% por los beneficios que obtiene la compañía. Pero Claritas nunca obtiene beneficios. Sirvan las cuentas de 2020: Amancio Ortega puso 9.342.218 euros para cubrir los gastos de funcionamiento y la firma ingresó dos euros por cobro de intereses bancarios. Esas dos partidas cubrieron exactamente los 9.342.220 euros de gastos de funcionamiento de la sociedad. De forma que el balance quedó a cero, no tuvo ni pérdidas ni ganancias. Con cantidades muy similares, ocurrió lo mismo con las cuentas de 2019 (ese año los gastos de funcionamiento fueron de 9.480.309 euros).

En definitiva, si el Drizzle hubiese sido matriculado en España como el Valoria B, habría abonado a la Agencia Tributaria unos 28,5 millones por Impuesto de Matriculación e IVA, mientras que en Malta ha desembolsado 5,2 millones. Una diferencia de 23,3 millones de euros. Si a ello se le añaden las cotizaciones empresariales más reducidas durante todos estos años, el ahorro fiscal conseguido por Ortega se sitúa alrededor de los 24 millones.

El único tributo relacionado con su superyate que el dueño de Inditex paga en España es el de Patrimonio, tal y como confirmó su portavoz a infoLibre: “Todos los años Amancio Ortega paga el Impuesto de Patrimonio. Y también se declaran, lógicamente, las transacciones exteriores que se realizan por el envío de los fondos necesarios para cubrir los costes de mantenimiento de la embarcación”.

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