En Transición

Eventos sin mujeres ponentes, eventos sin mujeres asistentes

Cristina Monge nueva.

La frase no es mía. Llegué a ella a través de una cadena de tuits que apareció en mi pantalla gracias a Marisa Calés y que me remitía a Mar Castro, experta en comunicación política. La reacción en la red está siendo de una magnitud proporcional a la de la indignación acumulada tras una semana especialmente intensa en eventos pensados por hombres, para hombres, protagonizados sólo por hombres… y me jugaría algo a que, en la operativa, organizados por mujeres.

Sé que esto no es nuevo. Es sabido que los esfuerzos puestos en marcha hace unos años para favorecer la presencia de mujeres en el espacio público se han relajado y diluido, y yo misma en esta columna lo he denunciado ya en alguna ocasión, al igual que otras muchas mujeres que participan en espacios de reflexión y opinión. Lo llamativo es que el olvido se va incrementando con el tiempo, de forma que aquellos propósitos paritarios parecen estar difuminándose por completo.

¿Ha resistido la democracia norteamericana?

¿Ha resistido la democracia norteamericana?

Tan sólo unos ejemplos de esta última semana. La Universidad de Oviedo y el periódico La Nueva España reunieron a 9 señores –¡9!– para hablar de La Asturias que funciona aún en tiempos de covid. El Foro internacional de márketing y comunicación contó con la participación de "lo mejor de lo mejor en márketing y comunicación"–13 señores y ninguna señora–. Deusto celebró un fantástico Foro sobre gobernanza, ejecución y gestión de fondos europeos con 4 expertos –tampoco en este caso hay ninguna experta–, y la palma se la ha llevado el evento dirigido por Albert Rivera, Líderes por el cambio, que convocó a 12 líderes, de los cuales sólo dos eran mujeres, una de ellas en calidad de moderadora. Tan normal parecía el tema que en el cartel anunciador, como puede verse aquí, son 5 varones los que aparecen. Huelga decir que nadie duda de la idoneidad de todos estos ponentes, pero ¿no es curioso que no haya mujeres igual de idóneas?

Por mucho que se haya avanzado en estos años –es indudable–, las mujeres seguimos teniendo dificultades para acceder al espacio público y a centros de decisión en igualdad de condiciones que ellos. Ocurre en muchos campos. Hace unos meses tuve la oportunidad de realizar una pequeña investigación para elaborar el capítulo La perspectiva de género, un ejemplo paradigmático de innovación social nuevamente invisibilizado dentro de la Guía de innovación en el ámbito de los servicios sociales editada por el Observatorio de la Realidad Social del Gobierno de Navarra. La conclusión era demoledora: las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en los centros de decisión y promoción de la innovación, tanto social como científica, tecnológica, etc. Y, ¿qué mejor innovación social que la que se ha impulsado en estos años con la incorporación de la perspectiva de género en la esfera pública?

Romper estos techos de cristal requiere del compromiso de todos y de todas: tanto de los hombres, muchos de los cuales firmaron el compromiso #NoSinMujeres y algunos se mantienen firmes al respecto –algunos, insisto-, como de las mujeres, que debemos empujar para que así sea y trabajar en red para visibilizarnos. Iniciativas como @Hayexpertas, #HayMujeres u otras similares, pueden ser herramientas muy útiles visibilizar a las mujeres, promover su participación en espacios públicos, y dejar sin excusa a quienes se olvidan de la mitad de la población.

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