Periferias mudas y plegarias en el Madrid D.F.

La vida, para bien o para mal, se abre camino. También en la periferia muda, también en aquellas comunidades convertidas en geografía experimental, laboratorio de sentimientos y de ideas, antes que palancas de cambio en las políticas del Madrid D.F. Muy al contrario, el devenir político de estos territorios depende, aparentemente, del epicentro del Estado. Conviene prestar atención, pues, a algunas de esas comunidades; conviene no perder la pista del laboratorio Murcia, del limbo cántabro o de esa nueva Zona Oscura que se abrió hace un año en la Comunidad Valenciana, tras el desastre de la Dana.

Limbo Cantabria y Zona Oscura

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha hecho esta Navidad una llamada a la unión y a la estabilidad institucional. Una región dividida no avanza, dijo durante su discurso. Lo hizo desde el Hospital de Valdecilla. Su gobierno no ha conseguido aprobar los próximos presupuestos. El PRC, su único respaldo en la investidura, ha decidido no estar ahí. Curiosamente, a diferencia de otras comunidades gobernadas por el PP, este hecho no ha derivado en un anticipo electoral por parte de Sáenz de Buruaga, mujer cercana al entorno de José María Aznar. Sólo sucederá si PSOE, PRC y Vox bloquean el parlamento en lo que resta de legislatura. No es un dato menor. Cantabria nos habla de una estrategia política diferente a la marcada por Alberto Núñez Feijóo. La periferia muda se expresa inmune a las turbulencias y, sobre todo, a la ansiedad.

Hay periferias mudas y otras que van enmudeciendo, o sea, que se están políticamente vaciando en beneficio de un modelo centralista, consolidado a este lado del Ebro. El radar detecta la Zona Oscura en la Comunidad Valenciana. Solo Catalunya y el País Vasco condicionan políticas en el Estado. Son la excepción. No es el caso valenciano, donde el socialismo se ha desdibujado (Diana Morant no tira); y donde el PP, antaño fuerza hegemónica en Valencia, se ha traicionado a sí mismo asumiendo los postulados de Vox para sostener los presupuestos de la Generalitat Valenciana. A la espera de que Mónica Oltra dé el paso, parece que Santiago Abascal tiene la llave de la política valenciana y de otras cuatro comunidades autónomas más.

Plegarias en el Madrid D.F.

La caída de Pablo Casado comenzó en los comicios de Castilla y León de 2022 y la de Alberto Núñez Feijóo puede iniciarse con otros comicios allí. Todo dependerá del resultado. El momento antipolítico que confronta al Gobierno y al Poder Judicial forma parte de una estrategia dentro del PP nacional, pero es relevante señalar que esa estrategia sólo se reduce a contexto para el PP de Miguel Ángel Rodríguez: algunos quieren que Pedro Sánchez sea el primer presidente que entre en la cárcel y que Isabel Díaz Ayuso sea la primera presidenta en entrar en La Moncloa.

La Puerta del Sol de Ayuso acoge a los adventistas, a los presbiterianos, a los católicos y a todos aquellos que afianzan el factor autoritario

Suenan rondallas en Galicia y plegarias en la Puerta del Sol. España no te la terminas nunca. Su guerra cultural siempre te da un capítulo nuevo donde los héroes de la España plurinacional y los villanos de la España radial se disputan el relato. Sánchez Arévalo estrena esta semana su última película, Rondallas, que es síntesis de la diversidad y riqueza de la plurinacionalidad de este país y del esfuerzo colectivo, al estilo de las comedias de la Ealing renovadas por el paso del tiempo. El cine británico de los noventa nos trajo otras cintas que hablaban de comunidad, aspiraciones, resiliencia como Tocando al viento, y otras de rebeldía punk y resignación como Trainspotting.  Esta semana se bailan rondallas pero también se han escuchado oraciones contra la generación boomer, merced al último libro de la ensayista Analía Plaza. También se han declamado oraciones contra los juzgados de violencia de género, gracias a Soto Ivars. Finalmente, se han escuchado los villancicos del grupo Hakuna.  

Desde la Puerta del Sol, las plegarias de estas navidades han sonado a villancico por los jóvenes que viven peor que sus padres, a espiritual por los hombres que han sufrido una denuncia falsa, y a gospel por todos los cristianos. La Puerta del Sol acoge a los adventistas, a los presbiterianos, a los católicos y a todos aquellos que afianzan el factor autoritario. Guerra intergeneracional contra los pensionistas que se entregan a “la vida cañón”, guerra contra la ley del “sólo sí es sí” y música religiosa que realce el momento espiritual de una patria entregada a Dios. Todos estos cánticos son el reflejo del momento antipolítico que se vive en el país. El PP madrileño disputa el voto a Vox en las casas de apuestas, en los juzgados de violencia de género y, si hace falta, en la morada de Dios, donde rezan el culto multitud de latinoamericanos. Ayuso es una virgen atea y trata de parecer inmune a Vox.

La vida, para bien o para mal, se abre camino. También en la periferia muda, también en aquellas comunidades convertidas en geografía experimental, laboratorio de sentimientos y de ideas, antes que palancas de cambio en las políticas del Madrid D.F. Muy al contrario, el devenir político de estos territorios depende, aparentemente, del epicentro del Estado. Conviene prestar atención, pues, a algunas de esas comunidades; conviene no perder la pista del laboratorio Murcia, del limbo cántabro o de esa nueva Zona Oscura que se abrió hace un año en la Comunidad Valenciana, tras el desastre de la Dana.

Más sobre este tema