Mirar a las estrellas

A veces, la vida no te brinda la oportunidad de dar las gracias a alguien o no la buscas tú. Otras, podrías pero no te atreves, te da vergüenza, crees que ese agradecimiento solo es importante para ti, que carece de valor para quien lo recibe. Para qué molestar si, total, cada día le darán las gracias tantas personas, qué necesidad de añadir las tuyas, no quieres resultar pesada.

Hace la tira de años me tocó sustituir un mes de agosto a Juan Antonio Cebrián al frente de La Rosa de los Vientos. El programa era un referente de radio de noche y yo una pipiola enamorada del medio, con cierta experiencia de tripulante pero insignificante rodaje como capitana.

Hacer lo que hacía Cebrián era imposible, era un programa de autor y su autor inimitable. Así que decidí construir mi propia versión veraniega, con el equipo modesto y entusiasta que me asignaron, mucho trabajo, pocas horas de sueño y toda la ilusión del mundo. Mi objetivo era cuidar con esmero del jardín hasta que su dueño volviera y, de paso, disfrutar a tope de la experiencia porque me apasionaba la misión que me habían encomendado.

Preparamos en equipo un listado de mentes brillantes que dominaran alguna materia y que, además, supieran contarlo bien. Y, claro, en esa lista estaba Javier Armentia, astrofísico, divulgador científico y director del Planetario de Pamplona desde 1990. Lo invitamos, él aceptó, lo entrevisté y lo contó tan bien que la noche se llenó de estrellas.

El pasado jueves, viajé con Julia Otero para hacer radio cara al público. Son esos programas en los que, por fin, podemos ponerle cara a los oyentes y comprobar que sí, que existen, que hay alguien al otro lado cuando nos asomamos al micrófono a contar historias. Esta vez el encuentro era en Pamplona, en el Planetario.

La vida pasa y nos pasa de todo, lo bueno, lo maravilloso, lo malo, lo terrible. Pero el tiempo tiene sus propias reglas para poner en orden de importancia lo vivido

Y sí, dos décadas después, pude decirle a su director: GRACIAS, Javier Armentia. Por aquella entrevista, en aquel agosto, en el que una aprendiza de comunicadora flipó en colores con la oportunidad de charlar de astrofísica con un científico al que tanto admiraba.

La vida pasa y nos pasa de todo, lo bueno, lo maravilloso, lo malo, lo terrible. Pero el tiempo tiene sus propias reglas para poner en orden de importancia lo vivido. Y así, experiencias que en su momento te parecieron intensísimas, aquellas que mientras sucedían te hacían pensar que te marcarían a fuego y para siempre, un día se disipan y no dejan ni olor a humo. En cambio, otras que a simple vista podrían parecer pequeñas, algunas micropartículas en tu universo de vivencias, permanecen en algún lugar de tu memoria.

El star system fue una estrategia ideada por Hollywood para conseguir películas de éxito. En la realidad, las estrellas son esas personas que iluminan con lo que hacen, las vidas de otros. Conviene aislarse del ruido y mirar a las estrellas… 

Más sobre este tema
stats