Sacan a Aznar en procesión y se les cae la estatua encima

“No puede dar lecciones un mentiroso, porque no se puede engañar y enseñar a la vez

Nunca se ha perdonado a sí mismo. Si pudiese volver atrás, no dejaría el poder de forma voluntaria, cosa que da la impresión que hizo seguro de que continuaría mandando desde la sombra, y quién sabe si con la esperanza de ser llamado en el futuro como salvador. Hablo de Aznar, que otra vez le ha vuelto a salir rana al Partido Popular, que cada vez que lo saca en procesión se le cae la estatua encima. El expresidente que no da puntada sin hilo y siempre la da con la aguja envenenada, atribuyó el auge de los populismos, y a pesar del plural dio la impresión de hablaba de la ultraderecha, a que los ciudadanos “no tienen un referente fuerte en el cual confiar.” O sea, que el tortazo a Pablo Casado sonó hasta en Bruselas e hizo que a la presidenta de la Comisión Europea le temblase la mano y le saliera torcida una palabra de la carta que le estaba escribiendo a Pedro Sánchez para felicitarle por su gestión de los fondos de cooperación que el abofeteado no quería que nos diesen. Eso sí, lo cortés no quita lo cobarde y Aznar, a quien lo mismo le da ocho que ochenta, ninguneó al actual jefe de su partido dándoles jabón a sus líderes autonómicos de Madrid o Andalucía, que ocupan el poder, justamente gracias al apoyo de sus aliados de esa misma ultraderecha a la que critica. Igual se le olvidó ese detalle y ya sabemos que a la hora de olvidar lo que le conviene, es un hacha.

Seguramente, Aznar ya da por perdido a Casado, que no da la talla, no para de ponerse en ridículo y cada vez sale menos en la sección política y más en la de humor. Ya sabemos que cuando los tiburones huelen la sangre, corren a comerse al herido, aunque sea otro tiburón. Otra de las perlas del collar que le ha puesto al cuello a su antiguo delfín es que no tiene un proyecto conocido, y le dio la puntilla con otra sentencia en la que vuelve a mezclar buena oratoria y mala memoria: “Para ser un gran líder y presidente hay que ser capaz de reunirte y de llamar a los mejores, tenerlos al lado.” Se pone la piel de gallina imaginar a qué peores podría haber llevado él a su Gobierno cuando ocupaba La Moncloa, si los mejores eran Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Jaume Matas, todos ellos juzgados en su momento y encarcelados, o cualquiera de los otros ministros de sus ejecutivos que también fueron, como mínimo, imputados y que son la mayoría de los que tuvo junto a él en los bancos azules del Congreso.

Aznar tiene manchas de todos los colores en su expediente. El saqueo de las arcas públicas por parte de sus primeros espadas y en connivencia con la 'Gürtel' y cientos de tramas acabó en una crisis que puso a millones de españoles con el agua al cuello

Aznar tiene manchas de todos los colores en su expediente. La gestión económica que se hizo del país durante sus mandatos nos llevó al borde de la ruina. El saqueo de las cajas fuertes públicas por parte de sus primeras espadas y en connivencia con los mandamases de la Gürtel y cientos de tramas corruptas más acabó en una crisis que puso a millones de españoles con el agua al cuello o, directamente, los hundió. Su megalomanía en las Azores acabó en el 11M. Su gestión de ese atentado terrorista, el peor de nuestra historia, fue vergonzosa, incluyendo sus maniobras de distracción y sus embustes, que culminaron con sus célebres llamadas a diversos medios de comunicación para casi ordenarles que difundieran el bulo de que había sido ETA quien puso las bombas, algo que no hizo porque estuviera equivocado sino porque quería que lo estuviéramos los demás; es decir, que le movía la razón más mezquina: porque estaba seguro de que eso favorecería una victoria electoral de los suyos.

A Aznar también le estalló entre las manos la burbuja inmobiliaria, que se había hinchado con los vientos favorables del dinero negro y las concesiones de obra pública fraudulentas. "El PP ha sido el partido del trabajo, de la confianza, de la buena atención, de las oportunidades y de la libertad. Nos hemos dedicado a engrandecer la libertad y a engrandecer a España”, enfatizó en su mitin. Se le pasó reconocer que es la única formación condenada por financiarse de forma ilegal y por lucrarse de los tejemanejes de una organización criminal que prosperaba a su sombra.

¿Qué es lo que le pide Aznar a Casado: que se distinga de Vox o que se entregue a Vox? Porque sus palabras, siempre emboscadas en el reino de los dobles sentidos y las lecturas entre líneas, quieren hacer ver lo primero y aparentan recomendar lo segundo. La pregunta es: ¿el nuevo patriotismo consiste en seguirle el paso y bailar al ritmo que marquen los neofascistas? Porque eso significaría que estaríamos hablando de una derecha que ya no considera imprescindible la democracia, un sistema en el que no creen los extremistas y que combaten de forma ladina, seguros de que es más fácil desmontarlo una vez dentro de él. Si no puedes ir en un tanque, ve en un caballo de Troya, es su lema. Porque, ¿alguien le oyó a Aznar decir una sola frase en la que deslegitimara a los ultras con los que gobierna en tantas autonomías su Partido Popular? Debe de ser que eso tampoco lo dijo.

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