Sobre la esperanza Luis García Montero
El ‘basta ya’ de Pedro Sánchez
Golpe en la mesa o dimisión del presidente. El anuncio de Pedro Sánchez es un todo o nada inédito. Un hasta aquí personal e intransferible y una decisión de alto riesgo que ha comunicado al círculo más cercano de su gabinete. La carta de Sánchez está dirigida a la ciudadanía. Y la reflexión es la síntesis del salto mortal que ha dado la política española en las últimas horas. El Manual de resistencia del presidente siempre fue político, no familiar. Por eso pide un periodo de reflexión por la gravedad de los ataques contra “mi esposa y yo”, un “fango” que vive con “impotencia” y “se esparce” sobre su mujer.
En las últimas horas la oposición ha ejecutado la voladura de las líneas rojas. En sede parlamentaria, la portavoz elegida por el PP, Ester Muñoz, ha señalado a su mujer, a su suegro y a su hermano. Solo han quedado fuera sus hijas, menores, lo que hubiera traspasado casi lo delictivo.
“Me pregunto si debo continuar o renunciar”. A Sánchez le han desestabilizado unos ataques que considera injustificados, cuando no bulos. El punto de inflexión es la admisión a trámite en tiempo récord, cinco días, de la querella del pseudosindicato ultraderechista Manos Limpias, de vuelta a la acción de la vida pública tras la absolución del Supremo de una condena de ocho años de extorsión que recaía sobre Miguel Bernat. Las diligencias previas se admiten con siete folios cuyo único sustento son titulares de prensa, incluidas noticias falsas y rectificadas en su día, como una subvención a la esposa de Sánchez que resultó referirse a una mujer de Cantabria.
Ante este escenario, cualquiera dentro de su espacio personal es marido, padre, hijo. O Sánchez elegirá “el alto honor” de continuar como presidente o ese “no merece la pena”. Sánchez lo confirmará el lunes. Si dimite, fin de la historia. Si continúa, el mensaje es claro a todos sus socios. El apoyo de investidura se presuponía un apoyo a la política de legislatura del PSOE. Primero, evitar un gobierno coalición del PP con la ultraderecha. Segundo, una apuesta por resolver la gobernabilidad en Cataluña, cerrar el procés. Para ello consiguió los votos de seis partidos y desde entonces cada votación ha sido tortuosa. Una mutación anómala de la vida parlamentaria en la que algunos han forzado conseguir réditos ajenos por cada votación.
El presidente del Gobierno no ha hablado de 'lawfare' pero sí ha denunciado la construcción de una causa infundada. No es 'Gürtel', ni el 'caso Koldo'. Detrás de la denuncia contra Begoña Gómez no está la Fiscalía, ni la policía judicial. Solo hay un denunciante, brazo ejecutor, vinculado a la extrema derecha
El PSOE arropa a Sánchez. El mensaje de Emiliano García Page es elocuente. “Todo mi apoyo para defender la política en la que no quepan las campañas de ataques ni los insultos personales”. Desde los cuadros internos del PSOE y altos cargos intermedios del gobierno la sensación de “basta ya” cunde.
Si Sánchez dimite, la hemeroteca de los últimos años apunta a que la causa contra Begoña Gómez quedará en nada. Las informaciones conocidas hasta ahora implican falta de ética o estética, lejos del indicio penal. Una sintonía que emula a la de António Costa. Dimitió como primer ministro de Portugal, el Partido Socialista perdió las elecciones y las acusaciones se demostraron falsas semanas después “producto de la ineptitud de la acusación pública”, como concluyó el juzgado.
El presidente del Gobierno no ha hablado de lawfare pero sí ha denunciado la construcción de una causa infundada. No es Gürtel, ni el caso Koldo. Detrás de la denuncia contra Begoña Sánchez no está la Fiscalía, ni la policía judicial. Ninguna autoridad judicial ofrece garantías. Solo hay un denunciante, brazo ejecutor, vinculado a la extrema derecha.
La carta al país de Sánchez deja dos reflexiones fundamentales de fondo. En palabras del filósofo Daniel Innerarity: “Tenemos un enorme problema con el poder judicial”. Hay demasiadas causas políticas que han estado activas años y archivadas una vez han caído los dirigentes a por los que iban acusaciones particulares de extrema derecha. Hubo unanimidad en que la cacería contra Mónica Oltra debía hacer reflexionar y no ha sido así. Otra reflexión tiene que ver con la calidad de la democracia. La manera en que la oposición actúa te puede inhabilitar para ser gobierno. El puro factor humano que ha llevado a Sánchez a tomar una decisión sin vuelta atrás. Reforzarse o cerrar la puerta. Basta ya o Hasta aquí. La decisión, en medio de una esfera pública irrespirable, sea la que sea, es ya un antes y un después.
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