La Economía Social es referente de la economía con impacto
La Ley 5/2011 de Economía Social define el ámbito jurídico que agrupa a las entidades que conforman esta forma de intervenir en la economía como actividades productivas.
Las Cooperativas, las Sociedades Laborales, las Mutuas y Mutualidades, los Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social, las Empresas de Inserción, las Cofradías de Pescadores, las Sociedades Agrarias de Transformación y las Asociaciones y Fundaciones son parte de las alternativas a las empresas convencionales de corte puramente capitalista.
En un escenario de crecimiento de la economía española, la economía social tiene un importante papel que jugar en la generación de empleo de calidad, la distribución de la riqueza y la eficiencia empresarial.
La Economía Social supone una apuesta decidida por un modelo de crecimiento sostenible que impulsa la circularidad de la economía, la transición energética, la recuperación de los territorios despoblados, la democracia en la toma de decisiones, el respeto a la igualdad de oportunidades y la atención a los más desfavorecidos.
En definitiva, desde su nacimiento, la economía social supone una apuesta por un cambio de contrato social basado en el respeto al medioambiente, la democracia, la participación, la equidad, la eficacia y la eficiencia.
El impacto económico de la Economía Social
El impacto socioeconómico de las entidades de la Economía Social tiene un alcance, tanto cuantitativo como cualitativo, cada vez mayor.
Según los datos aportados por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), el 65% de la producción final agraria proviene de las cooperativas agroalimentarias. En el sector energético la economía social representa algo más del 10%. En el sector industrial el 8%.
En un escenario de crecimiento de la economía española, la economía social tiene un importante papel que jugar en la generación de empleo de calidad, la distribución de la riqueza y la eficiencia empresarial
El 15% de la población española reside en viviendas promovidas por el cooperativismo, siendo este el medio más eficaz para abaratar el precio de la vivienda y que esta llegue a las personas y familias, para las que hoy es un bien inaccesible, tanto para su compra como para alquiler.
La economía social está presente en más de 560 centros educativos, con unos altos niveles de calidad, formando a casi 300.000 alumnos y contando con más de 15.000 socios/as docentes.
La economía social dispone de más de 3.000 puntos de venta en el sector de la distribución con 100.000 metros cuadrados de superficie.
En la sanidad privada, en la que los médicos son los socios, se generan 35.000 empleos.
El 25 % del sector asegurador está en manos de 2.123 mutualidades de previsión social que alcanzan a 2.000.000 de mutualistas.
En el sector financiero, la economía social, por tamaño y volumen de activos, se encuentra en undécima posición del ranking de entidades significativas españolas y en séptima por margen bruto.
El sector de la pesca, representado por las cooperativas del mar y las cofradías de pescadores, cuentan con más de 10.000 embarcaciones, siendo las organizaciones con mayor implantación en el litoral español.
En los servicios sociales, la economía social representa el 41,2% del sector y en el sector de actividades culturales y recreativas, el 31,7 %.
Los retos de la Economía Social
El impulso a los procesos de digitalización en el ámbito de la empresa, la inversión productiva, que debe estar acompañada de la necesaria inversión pública desde las distintas administraciones en infraestructuras tanto físicas como inteligentes, el desarrollo de una política industrial fuerte y competitiva, coordinada a nivel europeo, superando los déficits existentes que, de manera tan descarnada, se pusieron de manifiesto durante la pandemia, la transición energética, son retos en los que la economía social pretende participar de manera activa.
En este contexto es necesario incentivar la promoción de proyectos empresariales de economía social, simplificando los trámites administrativos; eliminando trabas disuasorias a proyectos empresariales colectivos, favoreciendo el acceso a la financiación, a la contratación pública, con líneas de apoyo para la población joven y las mujeres.
Igualmente, es necesario favorecer el relevo generacional a través de la economía social y facilitar la adquisición de las unidades productivas en los procesos de reconversión de empresas y apoyar proyectos de crecimiento, redimensionamiento sectorial e internacionalización de estas empresas.
Visibilizar y poner en valor la aportación de la economía social al conjunto de la economía es un factor de primer orden para la economía, el empleo y la reducción de las desigualdades sociales en nuestro país.
Carlos de la Higuera Pérez, presidente de FECOMA, y Julián Menéndez, vicepresidente de LABORPAR y gerente de ASALMA.