Plaza Pública

El futuro es sostenible

Cerezos en flor en el Valle del Jerte.

Javier Alfonso Cendón

Estamos convencidos de que el futuro será sostenible porque, de lo contrario, nunca llegará. Es probable que ya se lo hayan escuchado decir a expertos en la materia, y no pretendo con ello asustar a nadie. De hecho, creo sinceramente que ni siquiera lo conseguiría: los españoles y las españolas cada vez somos más conscientes de ello y vivimos de manera más ecológica. Reciclamos más; se ha colado dentro de nuestra rutina separar determinados materiales de forma automática, damos una segunda, tercera y cuarta vida a muchos aparatos y seleccionamos los nuevos cuanto más amables son con el medio ambiente, incluso cuando esta característica conlleva un desembolso económico más elevado. Un buen ejemplo lo encontramos en los coches eléctricos e híbridos, que entre otras prestaciones garantizan emisiones de carbono bajas. O en cómo hemos variado nuestra manera de relacionarnos con la comida. Nuestros hábitos alimentarios, las prioridades que tenemos a la hora de seleccionar, consumir y utilizar determinados alimentos o dietas, responden a una influencia social y cultural que mira mucho por un consumo consciente y responsable hacia nuestro medio. Elegimos ‘comida real’, y si ha sido cultivada protegiendo el suelo y la tierra, mejor.

En esta gran revolución hacia la transición ecológica el PSOE es agente activo. El cambio hacia una visión más sostenible es uno de los pilares de la agenda política de nuestro país, uno de nuestros motores de futuro, con un peso especial en el Parlamento donde trabajamos de forma responsable para alcanzar el consenso en normas tan importantes como la aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que responde al compromiso asumido por España en el ámbito internacional y europeo para alcanzar la neutralidad de emisiones, a más tardar en 2050.

Una ley imprescindible que respalda la necesaria descarbonización de la economía española, que garantiza su transición a un modelo de economía circular y promueve la adaptación a los impactos del cambio climático y la implantación de un modelo de desarrollo sostenible; y que se centra en los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y en la eficiencia energética.

Además, las energías renovables tienen un papel fundamental en la transformación energética, pero deben respetar la biodiversidad, el paisaje y el medio ambiente para que no alteren la vida de las personas ni de los ecosistemas. Por ello, a la hora de emplazar las renovables, es esencial saber dónde están los espacios protegidos o estudiar los que por sus características son relevantes y preservarlos. A fin de cuentas, deben ser respetuosas; no podemos defender energías limpias que ‘ensucian’ el medio ambiente, no tendría sentido y sus consecuencias podrían ser graves para el entorno.

Bajo esta premisa, el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados sigue dando pasos al frente, con nuevos objetivos, claros y ambiciosos, que por un lado buscan fijar medidas de protección hacia la salud humana y el medio ambiente reduciendo el impacto del uso de los recursos, y por otro aplicar esas mismas medidas para eliminar los plásticos de un solo uso.

En este sentido, para alcanzar una sociedad más verde, además del desarrollo de estas dos leyes, de un justo reconocimiento del referente que han supuesto los sectores forestal y agroalimentario de la nación durante esta prueba tan dura, con una funcionalidad impecable, y sin olvidarnos de continuar el trabajo iniciado para reducir la huella de carbono, tenemos que replantearnos seguir gestionando de un modo más sostenible el día a día y los actos públicos y políticos. Debemos modernizar nuestras instalaciones, nuestros lugares de trabajo, de reuniones, nuestros puntos de encuentro. Sin duda, el urbanismo es fundamental a la hora de crear estructuras más resilientes y responsables, pensando también en la logística de nuestras comunicaciones.

Los y las socialistas no tenemos miedo al compromiso con nuestra tierra, de hecho, hace unos meses presentamos un Plan de Transformación Ecológica y Digital para nuestras sedes y Casas del Pueblo. Una guía que va mucho más allá, que busca optimizar viajes planificados con criterios de rentabilidad económica y ambiental, y que potencia eventos medioambientalmente sostenibles que minimicen al máximo el impacto ambiental y gasto energético.

Un camino verde que me ilusiona especialmente, ya que creo firmemente en la transformación digital de nuestras herramientas de gestión. Como diputado nacional en el Congreso de los Diputados, como profesor en la Universidad de León y como ciudadano de a pie, apuesto que la digitalización nos adaptará a los nuevos entornos tecnológicos. Nos volverá más competitivos y mantendrá más informados, para nuestra tranquilidad, sobre los cambios que seguirán mejorando el presente. Nuevos puentes que nos harán la vida más fácil y cómoda, gracias a una simplificación que nos hará ganar en eficacia y transparencia.

Porque es curioso, todos los cambios que hemos ido adaptando a lo largo de los años para limitar el cambio climático, para mejorar la vida de nuestro planeta, repercuten de forma directa en la nuestra.

Los presupuestos sanitarios de Ayuso y Lasquetty

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Bienvenidos a la revolución de la sostenibilidad, que ha llegado para quedarse.

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Javier Alfonso Cendón es Diputado por León y portavoz de Ciencia del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados.

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