El valor de lo local en la respuesta frente a las crisis globales

Alejandro López Parejo

Siempre tuve clara la relevancia de lo público como servicio esencial. Sin embargo, cuando hace un año volví del extranjero para incorporarme en la coordinación de un nuevo servicio municipal integrado en un proyecto europeo de innovación urbana, nada me hacía presagiar lo mucho que valoraría los servicios públicos municipales. Hoy no puedo más que reafirmarme en esa idea de servicio necesario. La administración local es, por definición, aquella que se relaciona y responde con mayor o menor acierto a la ciudadanía. Su relevancia no viene dada solo por esa capacidad de reacción y respuesta sino también, y especialmente, por su capacidad de identificar y adelantar las necesidades. Los continuos episodios de crisis y pandemias nos han convertido en potenciales vulnerables en muchos ámbitos de nuestra realidad diaria: energía, precariedad laboral, suministros vitales o cohesión son algunos de los puntos más conflictivos de la actual realidad social.

Sucede en lo local, pero durante la pandemia se ha evidenciado en la sanidad o en la propia capacidad de respuesta y esfuerzo común de Administración y ciudadanía en su conjunto, frente a una situación sin precedentes

Frente a ello, la respuesta de organismos y entidades de carácter multinacional como la Unión Europea, a través de herramientas como los fondos NextGeneration, o las alianzas entre consorcios, fundaciones y entidades públicas, tratan de adelantarse e innovar en la respuesta a una realidad cada vez más inestable. Es en ese punto en el que la administración local adquiere un valor esencial frente al resto, permitiendo gestionar los recursos habilitados por órganos y entidades menos territorializadas. Delegar en lo local la capacidad de acción e implementación resulta, sin embargo, realmente complejo, especialmente cuando los recursos de la administración pública sufren una falta de reposición generalizada. El esfuerzo y la implicación del personal y entidades municipales suple así, en muchos casos, la ausencia de unos recursos más necesarios que nunca. Sucede en lo local, pero durante la pandemia se ha evidenciado en la sanidad o en la propia capacidad de respuesta y esfuerzo común de Administración y ciudadanía en su conjunto, frente a una situación sin precedentes.  

Así, como entidades inherentes a la redistribución de los recursos públicos, las administraciones locales no solo deben asumir con avidez la implementación y gestión de la respuesta a las necesidades cambiantes y complejas de la ciudadanía. Resulta prioritario articular al mismo tiempo los mecanismos y herramientas que permitan hacerlo de manera transversal y moderna, contando con más recursos, pero también con otros modelos de gestión que impliquen a distintos actores, fomentando la permeabilidad y mejorando la cercanía en muchos casos perdida por completo en los últimos dos años. No habrá ciudad del siglo XXI aquello que algunos llaman smartcity sin una administración local cercana, resiliente y capaz de responder a la ciudadanía a la que sirve, articulada y con recursos a la altura de su tiempo y de las circunstancias que nos ha tocado vivir. 

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Alejandro López Parejo es arquitecto especializado en proyectos de ciudad y coordinador de servicio en el Ayuntamiento de Getafe (Madrid).

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