Elecciones europeas

Menos del 3% de los emigrantes españoles votará en las europeas

Vista exterior de la Eurocámara en Estrasburgo, el pasado abril.

El voto emigrante se desplomará en las elecciones europeas del próximo domingo, hasta hacerse prácticamente irrelevante. Se espera que menos del 3% de los 1,72 millones de españoles residentes en el exterior participarán en los comicios del 25-M. Apenas unos 42.000. Hace cinco años, emitieron su sufragio un 14,07% de los 1,23 millones que vivían fuera de nuestro país. 

¿Qué ha pasado? El hundimiento de las cifras no es sólo achacable a la altísima abstención que se espera –tal vez por encima de la de 2009, que escaló hasta el 55,1%, la más alta de la historia en España–, sino también a la reforma de la Ley Electoral que se introdujo en 2011. Entonces se implantó el llamado voto rogado, que obliga a los emigrantes a pedir la documentación tanto para luego votar por correo como para hacerlo desde sus respectivas embajadas y consulados. Una vez registrados, reciben la documentación y las papeletas y emiten, si quieren, su sufragio. Antes de esta reforma, los españoles residentes en el extranjero recibían los papeles sin solicitarlos y sólo tenían que mandar después su voto. 

Estas son, pues, las primeras europeas en las que existe el voto rogadovoto rogado. Pero esta modalidad ya se puso en funcionamiento en las generales de noviembre de 2011, en las que venció Mariano Rajoy por mayoría absoluta. Y ya entonces se comprobó cómo esta nueva exigencia reducía drásticamente la participación de los emigrantes. 

Vayamos a las cifras. En 2011, el Censo Electoral de los españoles Residentes Ausentes (CERA) lo formaban 1.482.786 ciudadanos. De ellos, solicitaron el voto 138.037 personas, y al final emitieron su papeleta 73.361. Un 4,95% del total de emigrantes. En las legislativas de 2008, las que ganó por segunda vez José Luis Rodríguez Zapatero, cuando aún no estaba implantada la reforma, el CERA lo integraban 1.205.329 ciudadanos. Votaron 382.568, un 31,74%. La caída de la participación hizo, de hecho, que los socialistas apostasen por revertir el cambio que ellos mismos impulsaron desde el Gobierno. 

En las europeas de 2009, vivían fuera de España 1.232.902 españoles [consulta los datos aquí], y metieron su papeleta en el sobre el 14,07% de ellos. Exactamente, 173.474 ciudadanos

Cifras que variarán muy poco ya

Ayer lunes, la Oficina del Censo Electoral, que depende del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicó los datos provisionales de solicitud de voto de los residentes ausentes. Un total de 78.930 emigrantes vieron aceptada su petición. Las cifras se cerraron el 18 de mayo, pero no se espera que varíen mucho porque la fecha tope para requerir el voto finalizó el 26 de abril y la administración electoral acepta aquellas que tengan un matasellos válido. 

¿Cuánto pesan los 78.930 españoles residentes en el extranjero que han pedido participar el 25-M? Un 4,57% de los 1.725.788 ciudadanos que componen el censo CERA, cerrado a 1 de abril. Hay que subrayar que el volumen de españoles ausentes ha ido aumentando de elección en elección: de los 99.755 de 1987 se pasó al 1.091.960 de 2004 y a los 1.232.902 de 2009.

Hagamos una proyección. En 2011, el 53,14% de los 138.037 ciudadanos que solicitaron el voto finalmente metió su papeleta en la urna. Si ese porcentaje, el 53,14%, se repitiese ahora, en las europeas, significaría que votarían 41.943 emigrantes. Y estos pesan un 2,43% del total de 1,72 millones de emigrantes. De modo que cabe anticipar que manden su sufragio menos del 3% de los residentes en el exterior

La mayor parte de las 78.930 solicitudes de voto han llegado desde Francia (16.206), seguida de cerca por Argentina (15.058). A más distancia, Alemania (5.008), Suiza (4.632), Estados Unidos (4.524), Bélgica (3.292) y Uruguay (3.263). Por detrás, Brasil (3.093), México (3.032), Cuba (2.670), Reino Unido (2.592), Italia (1.685), Chile (1.465), Venezuela (1.370) y Andorra (1.128). 

Las razones de los números

Para Eva Anduiza, profesora de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), los bajos registros de participación de los emigrantes son atribuibles al carácter de estos comicios, "que no son especialmente movilizadores", y a la reforma legal de 2011. Es decir, "no hay incentivos institucionales" que favorezcan la afluencia a las urnas. El peso de los españoles residentes en el exterior es tan pequeño que su peso en el volumen total de votos será "muy pequeño", y se diluye todavía más al tratarse de una circunscripción única. Anduiza señala, no obstante, que buena parte de esos emigrantes pueden haber votado a las candidaturas de su país de residencia. También sucede a la inversa: el Ministerio del Interior calcula que 336.586 ciudadanos comunitarios podrán votar en España

El voto por correo crece en Cataluña y baja en el total de España

Más datos que hay que tener en cuenta. El de los españoles que residen en España pero piden votar por correo. La Oficina del Censo Electoral ha aceptado 301.321 peticiones, frente a las 315.374 de hace cinco años. Ello supone una caída de un 4,46%. Son también datos provisionales, aunque se espera que no cambien mucho, porque el plazo acabó el pasado 15 de mayo (el 16 en aquellas localidades en las que el 15 fue festivo, como Madrid). Los que tengan ya la documentación en su poder, tienen hasta el próximo jueves, 22 de mayo, para emitir su sufragio.

Del total de solicitudes remitidas, 2.153 corresponden a españoles que se encuentran temporalmente en el extranjero, frente a las 948 recibidas en las europeas de 2009.

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Los datos desagregados por comunidades ofrecen conclusiones interesantes. Así, la solicitud de voto por correo ha caído en todas las autonomías, menos en seis de ellas. El crecimiento más espectacular se observa en Cataluña: un 44,99%. En 2009 se recibieron 21.276 peticiones, y ahora, 30.849. Es inevitable pensar que este repunte tan significativo se deba a la tensión soberanista, gran protagonista de esta campaña, y así lo confirma Anduiza. "Es posible que tenga que ver con el contexto de mayor movilización, y no sería extraño que hubiera más participación en estas elecciones en Cataluña. Aunque no sé si afectará más al bloque secesionista o al unionista", recalca. 

Por provincias, la secuencia es esta: un aumento del 62,56% en Girona (de 1.923 solicitudes a 3.126), uno de los territorios más soberanistas. Le sigue Lleida, con un 54,33% (se pasa de 1.815 a 2.801 peticiones); Tarragona (de 2.240 a 3.190) y, por último, Barcelona (de 15.298 a 21.732). 

Otras comunidades donde ha crecido la solicitud de voto por correo son Baleares (un 17,76%), Andalucía (un 10,58%) y Canarias (un 10,35%). El repunte es más moderado en Castilla-La Mancha (5,19%) y Navarra (un pequeño 1,92%). En sentido contrario, donde más se ha desplomado el sufragio postal es en Murcia (un 55,21%, de 13.553 a 6.070 peticiones), La Rioja (un 54,45%), Melilla (53,46%) y, a mucha distancia, Euskadi (15,52%). En Madrid, el descenso es de un 12,21%. La caída menos vigorosa se encuentra en Galicia, con un 1,15% respecto a 2009. 

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