Violencia machista

Más de 800.000 menores viven bajo la amenaza de la violencia machista

Más de 800.000 menores viven bajo la amenaza de la violencia machista

Primero en Moraña y después en Castelldefels. Una semana y cuatro niños asesinados por sus padres en lo que parecen ser dos nuevos casos de violencia machista. Especialmente si tenemos en cuenta que en uno de ellos las niñas pasaban unos días con su padre –quedaban horas para que volvieran con la madre– y en el otro, además de matar presuntamente a sus dos hijos, el hombre habría matado también a su compañera.

En 2011 había en España 600.000 mujeres que decían haber sufrido malos tratos según una encuesta del CIS. De ellas, casi el 62% confesaron que sus hijos habían "padecido situaciones de violencia", en total 517.000 jóvenes. La cifra se disparaba entonces hasta los 800.000 menores que vivían en hogares donde presenciaban el maltrato hacia sus madres. Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, calcula para infoLibre que el dato hoy día puede rondar los 810.000 niños porque las mujeres que sufren violencia machista "crecieron en 2015 un 3%", asegura.

Lorente –que fue delegado del gobierno socialista para la Violencia de Género– considera que "los menores son un elemento muy eficaz para conseguir el control sobre la pareja". "El objetivo es controlar y la violencia es un medio. El hombre mata cuando percibe que ha perdido el control, con la separación fundamentalmente". "Muchas mujeres dicen que se separan cuando sus hijos sean mayores", añade el profesor.

Para muchas mujeres maltratadas los hijos representan un "obstáculo" a la hora de denunciar, pero además, estos son utilizados por los agresores como chantaje y amenaza. En conversación con este periódico, Nuria Varela, periodista y autora de varias publicaciones sobre feminismo, considera "irrisorio" el número de retiradas de custodias, patrias potestades y regímenes de visitas. "En los juzgados se sigue pensando que un maltratador puede ser un buen padre, y no es así. Los niños siguen siendo víctimas y un elemento de control".

Se suma a su planteamiento Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres. "Los tribunales son favorables al contacto entre padres e hijos aun en casos muy graves". Se refiere en concreto al juez que en 2014 permitió a un hombre que estaba en prisión preventiva visitar a su hija de cuatro años. La niña estaba en casa cuando mató a la madre de la menor. Dice Soleto que "cualquier custodia compartida está contraindicada en casos de violencia de género. Solo debe darse en situaciones de acuerdo entre las partes". Critica así el anteproyecto de Ley de Corresponsabilidad planteado por el Gobierno, una norma que ha sido rechazada por hasta 50 asociaciones que recuerdan que cada año mueren entre cinco y seis niños durante el régimen de comunicación y visitas. No obstante, Soleto está a la espera de que mejore la protección de los menores con la Ley de Protección a la Infancia, "que ha tardado 10 años" en ser aprobada.

Menos denuncias y un sistema "poco especializado"

Los tres especialistas consultados para este reportaje afirman que faltan tribunales, abogados de oficio, forenses e incluso equipos sociales especializados en violencia de género. "El último ejemplo es la elección de la fiscal en Violencia de Género [Pilar Martín], una mujer sin experiencia", comenta Nuria Varela. Así lo entendieron también varias asociaciones de mujeres. "No tenemos nada contra Pilar Martín Nájera, seguro que tiene suficientes méritos en la carrera fiscal, pero creemos que no basta. Aquí no solo hay que conocer la ley, sino las circunstancias que producen las víctimas y al maltratador", explicó a Servimedia Yolanda Basteiro, presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas. "Es necesario el conocimiento técnico para detectar, identificar y actuar, no solo actuar" contra la violencia, añade Miguel Lorente.

A finales del año pasado, el Observatorio de Violencia de Género pidió más especialización en los juzgados y que se acortasen los plazos de los juicios rápidos. Varela dice que esto hay que relacionarlo "con la reducción de las denuncias, un 70% menos en los últimos años". "¿Por qué se denuncia tan poco? Porque las mujeres no reciben el tratamiento que esperan por parte de la justicia", se responde.

Influyen además otros muchos factores, como el miedo a las represalias y la presión de la familia a que todo siga igual. Se desconoce cuál pudo ser el motivo para la mujer que fue asesinada presuntamente por su marido –junto a sus dos hijos– este miércoles en Castelldefels. Había avisado a la policía de malos tratos en cuatro ocasiones, sin embargo, nunca llegó a presentar una denuncia formal. Lo que el juez quiere saber ahora es cómo actuaron las fuerzas de seguridad tras conocer la reiteración de estos hechos.

Se reducen las denuncias pero en 2014 fueron más las mujeres asesinadas que habían denunciado a sus ex parejas. De las 45 víctimas, 14 habían presentado antes una denuncia.

Cobertura mediática y líderes de opinión

Para Miguel Lorente la raíz del problema no está en la falta de especialización del sistema sino en un cambio cultural que no llega a producirse del todo. "La violencia denunciada solo representa el 20% de la realidad. Cuando se les pregunta por qué no denuncian el 44% reconocen que lo que sufren es violencia pero no lo suficientemente intensa. El 25% no lo hace por vergüenza. Esto es una anormalidad cultural cómplice. No te han enseñado a decir 'mi vecino me pega lo normal', pero sí 'mi marido me pega lo normal".

Sin embargo, entre la cúpula de opinadores públicos han surgido algunas voces que califican de "infame" la ley de género. Es el caso de Herman Terstch, que este mismo jueves comentó en su perfil de Twitter que “algún día alguien se atreverá a buscar el origen de desesperación y locura de mucho asesino en la ley de género que despoja de derechos”. 

"En España, si dices que hay muchas denuncias por violencia de género que son falsas, eres un machista", comentaba en la misma red social Leguina. Explica Miguel Lorente que esto es consecuencia de "un problema cultural, porque solo se responde contra quienes justifican el maltrato cuando se superan determinados umbrales que se consideran inaceptables". Para este profesor, dichos comentarios hacen "apología de la violencia" y tiene por objetivo "desviar la atención y generar confusión". Además, "incrementan la rabia y las emociones" de algunos hombres y maltratadores, sugiere.

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Los expertos consultados cuestionan también la forma en que los medios de comunicación informan sobre los asesinatos machistas. "Hablan de asesinatos y a veces de muertes, como si las mujeres muriesen solas. No es información rigurosa porque no se estudian las causas y las circustancias en las que se produce el asesinato. Se trata como un suceso y no como algo político y social", subraya Nuria Varela, y aunque dice que no debe reducirse la cobertura, cree que "se ha provocado un efecto cansancio entre la población en vez de provocar rechazo, como en el caso de los desahucios".

También ha servido para el debate el hipotético efecto imitación que se produce ante casos de violencia machista tan sonados como los dos últimos. Miguel Lorente no cree que sea determinante pero "sí un factor de refuerzo para seguir adelante con la intención". Los maltratadores "son personas, influidas por la realidad que les envuelve y sobre la que nos sentimos identificados. Si veo algo que refuerza mis ideas me puede ayudar a tomar mi decisión". 

Nuria Varela y Marisa Sotelo tampoco creen en el efecto imitación. "Las causas de la violencia de género son otras, y en verano siempre hay un aumento de la violencia. Pero no es un efecto imitación, sino que se acaban las vacaciones del colegio, muchas mujeres esperan a entonces para separarse y hay también más convivencia familiar", explica Varela. Soleto también lo tiene claro: "Donde sí hay un efecto imitación es de los hijos al padre maltratador, y los jueces no han intervenido cuando había motivos para romper esa relación entre padres e hijos".

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