El Tribunal Supremo amaneció este lunes atestado de cámaras. Y no era para menos. La expectación en torno a la tercera comparecencia del exministro José Luis Ábalos en el ahora llamado caso Cerdán era máxima. Sobre todo, después de que hubiera disparado a discreción en los medios contra su exasesor, Koldo García, y su sucesor en la secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Las señales parecían indicar que el ex número tres de los socialistas tiraría de la manta en sede judicial. Algo que, al final, no ha sucedido. Ábalos lo ha negado todo, alejando así de un plumazo cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción que suavice una posible futura condena: "No ha reconocido nada".
El exministro de Transportes regresaba al Alto Tribunal con un nuevo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil apuntando hacia él. El extenso documento, de cerca de medio millar de páginas, ponía el foco en una supuesta trama de adjudicaciones de obra pública a cambio de comisiones de la que se habría beneficiado el trío Cerdán-Ábalos-Koldo. Para los investigadores, tanto el exministro como el que fuera su asesor "habrían percibido" con la "mediación" de Cerdán –que tiene previsto declarar el próximo lunes en el Supremo– "altas cantidades de dinero" como consecuencia de la concesión de licitaciones a determinadas empresas –Acciona, LIC y OPR, principalmente–.
El envío de aquel demoledor informe de la Guardia Civil al instructor de la causa en el Supremo, el magistrado Leopoldo Puente, provocó un enorme terremoto político y judicial. Cerdán, a quien se venía arropando desde el Gobierno y desde la formación socialista, fue obligado a dejar todos sus cargos. Y los principales investigados comenzaron a repensar sus estrategias de defensa, que hasta ahora habían pasado por evitar el choque de trenes. Koldo, quien en su primera declaración no dudó en proteger a su exjefe, cambió de abogado después de que el penalista Ismael Oliver le recomendara colaborar con la investigación. Una posibilidad que también puso sobre la mesa el letrado del exministro.
Que algo se estaba moviendo quedó confirmado el pasado jueves en la radio. A cuatro días de la cita clave en el Alto Tribunal, Ábalos decidió romper su silencio en la Cadena Ser con una entrevista en la que se presentó como otra víctima más de la trama y disparó sin piedad contra Koldo y Cerdán, a los que acusó de utilizarle. Dijo que ambos venían con una "dinámica previa" de corrupción desde Navarra y que lograron penetrar en su ministerio, donde le "presionaron para tratar de influir" en las adjudicaciones públicas. Y no descartó ningún escenario judicial, incluyendo, por supuesto, un acuerdo de colaboración con el Ministerio Público que suavizara una posible condena.
Ese mismo día, según el diario El Mundo, el abogado de Ábalos mantuvo un encuentro con el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, para tantear un posible pacto que permita al exministro beneficiarse de una atenuante de confesión tardía en la petición de penas que pueda llegar a hacer en un futuro el Ministerio Público. Acuerdo que solo es posible a través de un reconocimiento de hechos que también lleve aparejada una colaboración relevante con los investigadores, aportando datos clave que permitan descubrir otros hechos novedosos. Cierto es, no obstante, que un pacto con la Fiscalía puede alcanzarse hasta el último minuto, aunque uno in extremis no reporta las mismas rebajas de pena.
Con todos estos mimbres, se daba por hecho que el exministro empezaría a cantar este lunes en sede judicial. Al menos, hasta última hora de este domingo, cuando La Sexta reveló que Koldo García y José Luis Ábalos se habían reunido en el despacho del abogado de este último. A partir de ese momento, se empezó a hablar de la posibilidad de guardar silencio ante el juez, estrategia que ha seguido su exasesor. De hecho, el ex secretario de Organización del PSOE ha amagado con esa posibilidad al comienzo de la comparecencia, cuando ha señalado que no se encontraba en condiciones de prestar declaración y ha relatado el acoso sufrido en su domicilio.
No se reconoce y evita 'disparar' contra Cerdán
Al final ha terminado sometiéndose a las preguntas del instructor, su abogado y Luzón. Ahora bien, no ha habido tirón de manta. Ni ha reconocido amaños de contratos, ni ha confesado cobro de comisiones, ni ha apuntado hacia nadie más. El exministro, en un giro de última hora, ha negado todos los indicios recogidos en el último informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, en el que se llega a señalar que Ábalos y Koldo habrían recibido, en relación con la constructora Acciona, 620.000 euros "gestionados" por Santos Cerdán.
El exdirigente socialista, de hecho, ha cuestionado las grabaciones intervenidas a su exasesor, ocho audios en los que intervienen el trío de investigados y sobre los que se apoya el informe de la UCO. En sede judicial, ha dicho que no se reconoce en las cintas e, incluso, ha deslizado que podrían estar manipuladas. Ante la insistencia del magistrado, y tras señalar que nunca ha percibido estar siendo grabado, ha señalado que en algunos casos no es su voz y, en otros, que no recuerda haber tenido esas conversaciones –o, al menos, no en el contexto que se apunta–.
Sobre las adjudicaciones, ha asegurado que nunca dio una instrucción ni se involucró en las mismas, insistiendo una y otra vez en que "no se ha llevado nada". Y que desconoce quién estableció los criterios subjetivos que, según el relato de la Guardia Civil, beneficiaron a las supuestas empresas corruptoras. Sí que ha reconocido, sin embargo, que Servinabar 2000, una de las sociedades en el epicentro de la trama y que los investigadores vinculan a Cerdán, hizo una transferencia de 4.500 euros a Fiadelso, fundación creada por el exministros. Ahora bien, ha dicho que fue solo una vez y como un "donativo".
En relación con esta sociedad, ha asegurado que no sabía nada de la misma y que no tenía ninguna relación con el ministerio, que fue Koldo quien "buscó" la citada aportación dado que la fundación debía cumplir con unos requerimientos que tenía y debía hacer unos "reintegros parciales".
En cuanto a Cerdán, el exministro ha evitado disparar contra él, lo que contrasta con las declaraciones dadas a la Cadena Ser. Como mucho, ha dicho que le recomendó algunos nombramientos en el ministerio: "La influencia de un compañero de partido que le dice personas adecuadas para el cargo". Y a la pregunta de por qué Koldo hablaba con Cerdán sobre licitaciones, se ha limitado a responder que se debía a una "relación preexistente", si bien ha señalado que no podía responder por los demás.
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A lo largo de la comparecencia, Ábalos también ha sido preguntado por el rescate de Air Europa, sobre el que también ha negado cualquier tipo de irregularidad. Y por el registro en su domicilio, en el que un agente de la UCO pilló a una mujer que se encontraba en ese momento con el exministro intentando abandonar el domicilio con un disco duro oculto en el pantalón. "Es una copia parcial de toda la información que ya tiene la Guardia Civil", ha señalado.
No habrá acuerdo previo
Este volantazo de última hora en su estrategia de defensa ha alejado de un plumazo la posibilidad de cualquier acuerdo con Anticorrupción, que ha visto cómo esa intención de colaboración a la que incluso ha hecho alusión Ábalos en sede judicial ha quedado finalmente reducida a nada. "No ha reconocido nada", señalan las fuentes fiscales consultadas por infoLibre, que señalan que "colaborar o no" es decisión del investigado. Ahora bien, dejan bien claro que no se va a acordar "nada" previamente con la defensa del ex secretario de Organización del PSOE.
Tras el paso de Ábalos y Koldo por el Alto Tribunal, que por el momento ha decidido mantenerlos en libertad con las mismas medidas provisionales que hasta ahora –comparecencias quincenales y prohibición de abandonar el territorio nacional, con retirada de pasaporte–, toda la atención se centra ya en el próximo lunes. Ese día, quien acudirá al Alto Tribunal como investigado será el propio Santos Cerdán. Y, al menos por el momento, su intención es, según expresan desde su entorno, prestar declaración frente al magistrado Leopoldo Puente.
El Tribunal Supremo amaneció este lunes atestado de cámaras. Y no era para menos. La expectación en torno a la tercera comparecencia del exministro José Luis Ábalos en el ahora llamado caso Cerdán era máxima. Sobre todo, después de que hubiera disparado a discreción en los medios contra su exasesor, Koldo García, y su sucesor en la secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Las señales parecían indicar que el ex número tres de los socialistas tiraría de la manta en sede judicial. Algo que, al final, no ha sucedido. Ábalos lo ha negado todo, alejando así de un plumazo cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción que suavice una posible futura condena: "No ha reconocido nada".