Cumbre del clima de Madrid

La ciencia entra en juego en la COP25: los expertos advierten de los "récords" alcanzados de temperaturas y los riesgos para la salud

La primera semana de la cumbre del clima de Madrid y, en general, de cualquier cumbre del clima está dedicada a la ciencia. Mientras los políticos arrancan motores, muchos de los principales organismos científicos del mundo elevan su voz para contextualizar el debate. En ese sentido, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha presentado este martes en la COP25 su informe anual, y como era de esperar, no trae buenas noticias. "No hemos visto ninguna mejora en los indicadores atmosféricos desde la firma del Acuerdo de París", dijo en rueda de prensa el secretario general de la institución, Pettri Taalas. 

El informe concluye que la media de las temperaturas del último lustro (2015-2019) y de los últimos diez años (2010-2019) han sido los más calurosos de la historia y se sitúan como periodos récord. Además, Taalas ha precisado que el actual año 2019 es el segundo de los tres años récord de temperaturas. El secretario general de la OMM recordó que este año también se han batido marcas en la concentración de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano, y señaló que el primero "no va a desaparecer ni en las próximas décadas, ni en los próximos siglos". 

Taalas dibujó una relación inequívoca entre dos fenómenos que muchas veces se pone en duda tras la frase de "eso ha pasado siempre": los fenómenos extremos y el cambio climático. Mientras en Murcia vuelve a llover torrencialmente por seguna vez en pocos meses, el secretario general de la OMM repasó brevemente las "pruebas" del cambio climático en lo sucedido durante este 2019. Las anomalías térmicas han tenido un especial impacto en Norteamérica, debido al debilitamiento del jet ártico, que habitualmente contenía el frío en el polo norte. El océano, además de cambiar su composición química afectando a los ecosistemas que contiene, está calentándose y acelerando la subida del nivel del mar: con más fuerza, además, en el Pacífico, donde pequeños países insulares están empezando a pasarlo mal. "La ola de calor de junio y julio en Centroeuropa también ha roto récords", dijo el responsable de la principal agencia meteorológica del mundo, que citó como destacables los incendios en Australia y los huracanes Idai y Gloria, especialmente devastadores. 

La OMM también dedicó unos minutos de la comparecencia a destacar que la colaboración entre científicos a lo largo y ancho del mundo para ilustrar la "evidencia" del cambio climático cada vez funciona mejor. "Tenemos la evidencia. Tenemos la evidencia comparada. Ahora es trabajo de las administraciones coger esta evidencia y transformarla en políticas", concluyeron. 

Cambio climático y salud

Acto seguido, otro organismo de alcance y prestigio internacional tomó la palabra: la Organización Mundial de la Salud (OMS) que presentó los resultados de su última encuesta sobre Cambio Climático y Salud. Aunque pueda parecer lo contrario, la contaminación atmosférica, que afecta directamente a los sistemas circulatorio y respiratorio del ser humano que vive en espacios especialmente sucios, no es lo mismo que el cambio climático: son diferentes fenómenos, con diferentes causas y consecuencias, donde gases de diferente composición intervienen. Sin embargo, señaló la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, "si combatimos el cambio climático combatiremos la polución del aire: evitando la quema de combustibles fósiles". 

En su último trabajo, resultado de encuestar a responsables de más de 100 países, la OMS señala que las naciones "están priorizando cada vez más el cambio climático y la salud, y la mitad de los encuestados han desarrollado una estrategia o plan nacional en este ámbito. Es preocupante, sin embargo, que únicamente el 38% de los encuestados cuente con recursos financieros para ejecutar aunque solo sea parcialmente su estrategia nacional, y menos del 10% destine recursos suficientes para su plena ejecución".  Aunque pueda tratarse de ámbitos diferenciados, no lo están tanto: la crisis climática hace crecer el impacto de enfermedades de transmisión vectorial, alimentaria o hídrica, como el cólera, el dengue o el paludismo, así como aumenta las lesiones o la muerte derivadas de los eventos extremos y el estrés térmico. 

El hecho de que solo una parte de los encuestados declare tener fondos suficientes para hacer frente a los efectos del cambio climático pone de relieve que la financiación será uno de los grandes puntos de debate de la cumbre del clima de Madrid: siguen en discusión cuánto dinero deben pagar los países más ricos –y más responsables de la crisis– a los más pobres para hacer frente a los retos que deben afrontar en las próximas décadas. 

 

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